8. Dejala en paz

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Desperté de golpe, el sudor llenaba mi cara, y mi cuerpo temblaba de escalofríos. El cuarto estaba en completa obscuridad, así que me puse de pie con dificultad y trate de caminar hacia el baño. Lavé mi cara con agua fría para despejarme, y me asome al cuarto.

Me costo un poco acostumbrarme a la obscuridad, y note que no había nadie más en la habitación, lo que me dio la libertad de prender la luz.

Me di cuenta de que había una nota adhesiva en la cabecera entre ambas camas, me acerque y la tome con cuidado.

"Vi que todavía tenias días en
tu visa así que no te desperté
para ir a los juegos, te veías
muy cansada. Te dejé algo para
que te tapes sobre el sillón, por
si quieres bajar cuando despiertes" 
-S.C.

Sonrei, y voltee al sillón, encima había un un cardigan tipo suéter blanco que se degradaba a azul, me lo puse, y me llegaba hasta las rodillas.

Abrí la puerta de la habitación, y hasta que salí de esta me di cuanta de que no tenía llave, o alguna forma de abrirla; ni siquiera había notado como Chishiya la había abierto.

Comencé a caminar por los pasillos, un poco desorientada. Llegué a topar con pared, y me di cuenta de que había caminado hacia el lado equivocado.

Suspire, y di media vuelta, al otro lado del pasillo había alguien; llebava una camisa negra con puntos blancos, y comenzó a caminar hacia mí. Me costo un segundo darme cuenta de quien era, pero cuando lo reconocí, palidecí.

Comencé a correr por el pasillo mientras maldecía en voz baja, y el chico me persiguió por un par de habitaciones hasta que me alcanzo y tomo mi brazo, para después azotar mi espalda contra la pared con fuerza. 

-Hola de nuevo -susurro acercándose a mi oído.

-Sueltame- forcejeé, ya que esta vez no llevaba ningún arma acima que me aterrorizara; pero él era evidentemente más fuerte que yo.

-No lo creo -rio-. Aquí no hay nadie que te salvé bombón, ahora si te tendré solamente para mi.

El chico tomó mis dos manos y las coloco sobre mi cabeza, haciendome más difícil el forcejear, y cuando intenté patearlo, separo mis piernas con la suya, dejándome completamente inmovilizada.

-Nos vamos a divertir mucho- murmuró en mi oído, y lamió el costado de mi cara lentamente.

-Ayuda -solloce-. Alguien ayúdeme porfavor -las lágrimas corrían por mis mejillas, y la desesperación había tomado posesión total de mi cuerpo.

-Entre más difícil lo hagas, será peor para ti -rio.

Deslizó su mano libre por mi abdomen, y la fue subiendo lentamente.

-Porfavor- solloce-. Déjame en paz -trate de forcejear una vez más, sin exito alguno-. Te lo suplico.

-Me gusta que supliques -sonrió, y comenzó a bajar su mano por mis caderas.

-Suéltatame -sentía mi vista completamente borrosa por las lágrimas, y mi cuerpo temblaba por completo.

-Te dijo que la soltaras -dijo alguien del otro lado del pasillo.

Ambos volteamos; Chishiya se encontraba a pocos metros de nosotros, con las manos en sus bolsillos.

-¿Qué piensas hacer al respecto? -dijo, y se acercó más a mi rostro, haciendome temblar-. ¿La quieres para ti?

-Sueltala, no lo pienso repetir -su voz sonaba demasiado calmada para la situación.

-Lárgate de aqui- dijo, y regreso su vista hacia mí.

El lobo y la oveja [Shuntaro Chishiya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora