28. Un juego macabro

552 51 34
                                    

-Quedan dos juegos- dijo Chishiya, mientras caminábamos por las desiertas calles de Tokio.

Con el tiempo, las plantas habían crecido alrededor de los edificios, haciendo que todo se viera más desierto de lo que ya estaba.

Ver la ciudad repleta de flora y fauna, casi como si los humanos nunca hubieran existido, me hacía sentir que tal vez jamás regresaríamos al mundo real.

-La reina de corazones y el rey de picas- murmure, mientras acomodaba la mochila que llevábamos con suministros, sobre mi hombro

-Mira, y el mercenario- continuo-. El juego de la reina de corazones sigue cerrado, así que supondremos que es el juego final, lo que significa que primero hay que encargarnos del rey de picas.

-Lo cual es básicamente un suicidio- dije entre dientes.

-No necesariamente- murmuró el chico, y me volteo a ver por un segundo antes de regresar su vista al frente-. Si somos lo suficientemente estratégicos, podríamos vencerlo sin la necesidad de ser más fuertes que él.

-¿Estategia?- rei-. Es un juego de picas, no uno de diamantes o tréboles. No necesitamos estrategia, necesitamos fuerza bruta... y muchas armas- recalque las últimas dos palabras

-Eso es algo que jamas hubiera imaginado que tú dirías en una oración.

Reí ante su comentario y el chico tomó mi mano con delicadeza.

Seguimos caminando por unos segundos, cuando a lo lejos pude ver a alguien. Llevaba lo que parecía un rifle colgado en su espalda, y parecía estar buscando algo en el suelo.

-¿Arisu?- pregunte, haciendo que él nos volteara a ver.

-Kyomi- dijo el chico con una sonrisa en el rostro, mientras se acercaba a nosotros.

-Hola- dijo mi novio, captando la atención.

-Chishiya- se limitó a decir mi amigo.

Mi novio soltó mi mano y se adelanto, como si quisiera hablar a solas con mi amigo, lo que provoco que me quedara detras de él.

-Quedan dos juegos. Los demás jugadores van hacia Shibuya, y conociéndote, sabía que estarías vivo.

Hubo un momento de silencio que pareció eterno, mientras los dos chicos intercambiaban miradas.

-Veo que has cambiado, ¿no?- dijo Arisu, rompiendo el silencio

-¿Si?- pregunto Chishiya, algo confundido.

-Si, estas más... relajado.

-Más relajado, eh... bueno, pase por muchas cosas- suspiro, y dio otro paso hacia mi amigo-. Oye Arisu, ¿podría decirte algo?

-Si, dime- carraspeo la garganta.

-Yo quería...

Pero antes de que pudiera decir más, el sonido de un disparo atravesó el aire, haciéndome saltar.

Arisu se agacho, y Chishiya corrió hacia mi, colocando sus manos sobre mi cabeza, y haciendo que ambos nos agacharamos también.

-Hola- dijo una voz, llamando la atención de los tres.

Niragi se encontraba de pie, con un arma que apuntaba al cielo en su mano, y una sonrisa macabra en su rostro.

-Me alegra tanto verlos, carajo- rio-. Él trío de oro reunido de nuevo.

-¿Niragi?- pregunto Chishiya entre dientes, colocandome detrás de él con cuidado.

-Esta es mi intervención sorpresa- volvió a sonreír, y esta vez, bajo el arma para apuntarla hacia nosotros-. Hay que comenzar un juego. Es decir, que otra cosa nos queda a nosotros cuatro.

El lobo y la oveja [Shuntaro Chishiya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora