15. Next Stage

877 61 5
                                    

Chishiya y Kuina se rehusaron a decirme a donde íbamos, lo cual me ponía los nervios de punta.

Por un lado, me sentía mal por haber confiado en ellos de nuevo después de que traicionaron a Arisu, pero por otro lado, sabía que ambos estaban arrepentidos, y después de todo lo que habíamos pasado no era tan fácil para mi simplemente dejarlos ir.

Arisu se había quedado con Usagi. Estaba muy malherido como para seguirnos el paso, así que se lo confíe a la chica. Sabía que ella impediría que mi amigo se metiera en cualquier clase de problema, en lo que nosotros tres regresabamos.

Arisu aún veía mal a Chishiya, y una parte de mi sentía que había algo más detrás de su mirada de odio... algo que iba más allá de la traición. Incluso Usagi había olvidado todo el asunto, pero la tensión de desprecio entre mi mejor amigo y mi novio era espeluznante.

Llevábamos un par de días dando vueltas por la ciudad, lo cual me tenía muy confundida, sobre todo porque ninguna arena de juego se había activado, al menos no cerca de nosotros.

-Cuidado- dijo Chishiya dándome la mano para poder bajar con seguridad.

Nos alumbrabamos con tres pequeñas linternas, pero eso no ayudaba de mucho. Nos encontrábamos en las vías del tren, eso era todo lo que sabía.

-Debería ser por aqui- señalo Kuina, aunque sentía que ella estaba igual, si no es que más perdida que yo.

Chishiya saco un pequeño papel de su bolsillos seguido de un mapa tamaño miniatura del metro y los observo unos minutos antes de asentir.

-Vamos -se limitó a decir, y seguimos caminando por las abandonadas vías del tren.

Entramos a una habitación que estaba completamente a obscuras. Kuina levantó su linterna, y ahogue un grito ante la imagen frente a mi.

Había varias mesas con monitores, y las personas que parecían a cargo, estaban muertas. Todas atravesadas por un láser, justo en el centro de su cabeza.

Chishiya tomó mi mano rápidamente, como tratando de tranquilizarme, y yo me limite a apartar la mirada.

-Ninguno sigue con vida- murmuró Kuina, acercándose a alguno de los cadáveres.

Chishiya me hizo un gesto de cabeza y lo seguí sin soltar su mano. Caminamos hacia un pasillo largo, donde parecía haber más cadáveres. Sentía el estómago revuelto.

-No llevan mucho tiempo muertos -grito Kuina detrás de nosotros.

-Seguramente murieron cuando nosotros ganamos el juego- dijo Chishiya encogiendose de hombros-. Y esto es un pasillo sin salida- dijo, observando la pared que impedía que continuaremos el camino.

Suspire con pesar, y me recargue en una de las paredes. Kuina se acercó a nosotros y observo la pared frente a nosotros, para después señalar a su lado un panel que parecía requerir de una contraseña para entrar.

Chishiya se acercó al panel y lo examino unos segundos antes de que un sonido fuerte me hiciera voltear a verlo de nuevo.

Una puerta se abrió, y del otro lado no había absolutamente nada. Era una habitación identica a la anterior, pero en esta no había nadie.

Me acerque al lugar y me deje caer sobre una de las sillas, para después suspirar.

-¿Cuál era el caso de todo esto? -murmure cansada.

Chishiya se sentó frente a mi, y tomo mi mano con cuidado.

-Respuestas -murmuró Kuina detrás de nosotros, mientras seguía observando las cosas sobre las mesas-. Aunque parece no haber ninguna.

El lobo y la oveja [Shuntaro Chishiya]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora