Grumpink

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Fulgor había tomado desayuno sola. Su Padre estaba en guerra. En guerra contra nada más ni nada menos que con Rahenhall.
El rey Georger había peleado con la plebe del reino ( seguramente), ex aliado. La única razón fue que nadie sabía quien debía heredar el Trono de Plumas (así llamado en Rahenhall) .
Fulgor terminó su desayuno y bajó inmediatamente al bosque de Hamerlot para buscar una naranja y hacerse un delicioso zumo.
Cuando Fulgor ya había bajado las escaleras algo muy particular le pasó.
Un pequeño cuerpo, de algo cerca de un metro de alto, le saltó desde un mueble, haciendo que la princesa cayera, dándose un súbito golpe en su sien y en sus costillas, el golpe la hizo gritar y sollozar.
Se armó de valor y fuerzas sacó desde su interior. Estaba dispuesta a seguir a su contrincante.
Pero el personaje ya no estaba, se había marchado, dejando así, su identidad enmascarada.
La princesa no era tonta. Ella sabía que la había atacado un Grumpink.

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