Quemados

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Fulgor salió del castillo muy apresurada, seguida por su padre.
George iba muy preocupado por su hija, pero por otro lado estaba muy molesto con Fulgor porque lo había dejado solo, o al menos eso creía.

Se internaron los dos al Bosque de Ramas, el gran bosque que bordeaba la costa, y que separaba a Hamerlot del Reino Grumpink.

Seguían corriendo, esquivando ramas y troncos caídos, pisando a indefensos conejos y ratas. Los dos sabían que estaba pasando, Hamerlot estaba cayendo en manos de Grumpinks y no podían hacer nada para detenerlo.

Los pies de Fulgor pisaron una fosa y consigo la princesa se cayó hasta el fondo, seguida por el Rey, que se dobló su brazo izquierdo. Gritaron los dos, estaban asustados, y la fosa donde habían caído era muy profunda y no tenían como salir de ahí.
Fulgor se percató que estaban sobre hojas secas, también se dio cuenta que un troll Grumpink se acercaba a ellos, con una antorcha; al tiempo que la lanzaba a la fosa.

Reina de OroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora