Fulgor seguía llorando.
¿cómo podría decirle a su padre que intentó matarlo? Imposible no llorar.
Su padre muy preocupado fue a ver que le ocurría. Al entrar vio la cama de su hija con un poco de sangre.
-¿qué ha ocurrido?- preguntó el Rey George.
Fulgor hizo un gesto con la cabeza en forma de negación. No sabía qué responderle a su padre.
El rey se percató de las llagas en la mano de su hija a causa del fundimiento de la plata. Le preguntó que le había pasado y la hija volvió a negar. El rey, sin respuesta alguna salió de la habitación.
La culpa rebalsó el vaso. El rey George era un muy padre y matarlo por querer poder es horrendo. La culpa cedió.
Fulgor siempre tenía un cuchillo en su mesa de noche por cualquier cosa. Nunca había ocurrido nada para darle uso, hasta aquel momento.
La hoja del cuchillo empezó a recorrer la muñeca de la muchacha, dejando a su paso lineas rojas.