flechadisimo - julián x enzo.

rosas

Julián pasó la noche con Leandro, cuidándolo y mimandolo pero sus pensamientos no lo dejaban en paz. Finalmente tomó una decisión que creyó que era la mejor opción para Paredes y para él.

–lean... ¿estás dormido?– se sentó en la cama mirándolo. –no ju, ¿qué pasó? ¿necesitas algo?– al instante se levantó Paredes quien tenía todo el ojo morado por los golpes.

–mira lean, con todo lo que está pasando no me siento en condiciones de estar en algo con alguien, siento que solo voy a lastimarte mira ya por mi culpa como estas...– hizo una pausa para acariciar una de sus mejillas. –te adoro lean, sos de las mejores personas que tengo en este momento junto a paulo.–

–entiendo juli, yo te presione un poco por ahí, no quería que te sintieras de esta manera. te juro que mis intenciones siempre fueron darte todo el amor que tengo, me encantas y solo quiero verte bien.– Lean pensó que posiblemente esta sería uno de los últimos momentos como este que tendrían así que se acercó para darle un beso, que lo tomó como un beso de despedida.

Fue lento, Leandro metió sus manos bajo la remera de Julián mientras acariciaba con delicadeza su cuerpo. Para Paredes, Álvarez era una obra de arte. Nunca había deseado tanto poder tenerlo a esa cercanía, poder poseer esos suaves labios, poder sentir su aroma, simplemente tenerlo para él. Claro que sabía que todo era efímero, pero prefería aprovechar ese momento si Julián se lo permitía.

Julián mantenía sus ojos cerrados, las manos de Leandro estaban frías y eso causaba que su piel se erizara. Álvarez rodeó el cuello del contrario con sus manos, cuando se separaron del beso solo los unía un hilo de saliva.

Sus respiraciones estaban agitadas, Leandro quería seguir, pero Juli no podía, su corazón no sé lo permitía. Él estaba enganchado con Enzo a pasar de todo, lo odiaba porque mientras besaba a Paredes, imaginaba que era el morocho. Que esas manos frías que recorrían con curiosidad su cuerpo eran de él, no de Paredes.

–perdón lean, yo... yo todavía quiero a enzo, no puedo hacer esto.– agachó la cabeza y se alejó un poco. Paredes sonrió levemente, por más que quisiera Julián y él no iban, nunca iba a pasar por mucho que lo deseara.

–juli, tranquilo, no te presiones. yo no quise hacerte incomodar y no iba a hacer nada que no quisieras... ¿querés que te lleve a tu casa? estuviste todo el día cuidándome, ya no te preocupes por mi, tuve al mejor doctor del mundo.– le dedicó una cálida sonrisa aunque por dentro estaba muy bajón.

–¿seguro lean? ¿podes manejar así? puedo pedirme un remis, no te preocupes.– el contrario nego con la cabeza. –dije que te llevo, no te preocupes, dale vamos.–

☆

Enzo estaba con su celular mirando hace más o menos media hora la foto de Julián con Paredes, no podía creer que estaba perdiendo al pibe que le movía el piso. Se había portado como un reverendo estúpido pero su orgullo no le permitía admitirlo.

Entró al chat de Julián, desde las dos de la tarde que no se conectaba. Quería hablarle, quería solucionar algo, si es que todavía se podía.

–hola julian, estás en tu casa? quiero hablar con vos, me chupa un huevo que sean las once de la noche, quiero que hablemos
–xfa :(

Y así apago al toque su celular, no quería una respuesta, no quería que lo mandara a la mierda. Aunque poco duró ya que a los cinco minutos recibió la respuesta.

–para volver a hacerme sentir como una mierda? no gracias.

–no, quiero que solucionemos todo esto
–dame una oportunidad, tengo mucho que decirte...

–ok, voy o venis?

–yendo

☆

Juli estaba como loco, no sabía que hacer ni que pensar. Se arregló un poco y cuando salió a fuera se dio cuenta que estaba lloviznando bastante. Juli estaba impaciente, no sabía que le iba a decir y no quería caer a sus pies, tenía que hacerlo pagar, pero todas esas ideas de venganza desaparecieron cuando un Enzo todo agitado, mojado y con un ramo de rosas en la mano apareció.

Julián rápidamente le abrió la puerta para que pasara ya que estaba empezando a llover más fuerte. Una vez adentro Enzo estaba más nervioso que de costumbre, no podía ni mirar a la cara a Julián.

El morocho le extendió las rosas mientras miraba el piso. Juli lo miraba con curiosidad, nunca creyó poder ver así a Enzo, acepto las flores y las olió, eran hermosas.

–eh... ahí entre las flores hay un sobre con... algo, bueno léelo yo pensé que era lo mejor porque soy un queso con las palabras.– decía aún sin verlo a los ojos.

Eso era... ¿una carta? Nunca jamás en la vida le habían echo una carta, tenía miedo de lo que pudiera decir, pero luego de leerla lo primero que hizo fue darle el abrazo más fuerte del mundo a Enzo, como si fuera el último y el morocho se sentía algo aliviado. ¿Las cosas por fin funcionarían?

ays que romanticon enzo, ¿les gustaría leer la carta que le escribió a juli?

besoteees, cuídense, los tqm.☆