Abril 2021
—Louis, perdón —Gabrielle cubrió su rostro con vergüenza mientras se lanzaba sobre su cama, sus hombros se movían arrítmicos por el llanto y su pena era tan cierta que el alfa interior de Louis lo instó a arrodillarse cerca de ella y acariciar sus cabellos para calmarla —lo lamento tanto, sé que piensas que soy tan rara, pero...
—Sh, detente amor —sentía una punzada en el pecho, Gabrielle era tan brillante como una mañana de primavera, pero en aquel momento; le recordaba a una ventisca de esas que estremecían el cuerpo adolorido, los rizos rojizos se escaparon entre sus dedos y se obligó a aguantar la respiración, la habitación olía a tristeza —todo está bien.
—¿Me odias?
El alfa sonrió enternecido y dispuesto a ser el hombro que sostuviera a la niña porque justo en ese momento, sentía que estaba al borde de una caída.
Entendía la angustia de la omega, aunque para él el proceso había sido diferente. Salir de los estereotipos nunca es fácil y no importa cuánto hayas iluminado la vida de los demás, el día que no cumples sus estándares, el alma pesará más que nunca, Gabrielle lo sabía porque en el momento en que su lobo interno parecía volar, el sol estaba derritiendo sus alas de cera.
—¡¿Por qué? ¿Por estar enamorada? Por supuesto que no, el amor no es un crimen.
—Pero no debía ser así.
—¿Así cómo? —preguntó con tono apacible —hoy más que nunca estás siendo tú, estás siendo fiel a ti misma y a lo que sientes, no te has dado cuenta pero cuando te vi allá afuera, estabas radiante, el brillo de tus ojos esta justo allí amor, entonces ¿por qué eso me molestaría?
—Pero es que...estoy convencida que tú eres mi alma gemela, mi omega lo sabe, lo siente, pero...no pude evitarlo, perdón.
—Ven aquí... amor, —Gabrielle levantó su rostro, había una clara vergüenza pintada en su rostro, pero la mano del alfa estaba extendida hacia ella como una cuerda de protección. La tomó y finalmente se sentó en la cama mientras Louis le rodeaba con un brazo —insistes en que soy tu alma gemela y tal vez lo sea, pero no tenemos que emparejarnos solo por eso. Existen las almas gemelas, pero de amigos ¿lo sabías?
—¿No estás furioso conmigo?
—No.
—Tu alfa no está celoso —comenzó diciendo, no era una pregunta sino una afirmación de algo que empezaba a descifrar —no está furioso por reclamarme, ni se ha alterado.
Louis negó con una sonrisa cómplice.
—¿Lo sabías?
—Lo supuse. Tienes su aroma por todas partes desde hace semanas.
Tan atormentada como se sentía, olvidó borrar el intenso aroma a canela que la envolvía. Desesperada, intentó desaparecerlo en vano, su propia piel y hasta sus cabellos bailaban impregnados de aquel aroma que la hacía flotar.
—Lo siento —resolvió, totalmente frustrada.
Louis giró para que ambos quedaran frente a frente, bajó un poco su cabeza buscando sus ojos.
—Le he dicho a todos, que eres mi alfa —bajó de nuevo su mirada —pero...
—Pero no es como si fuéramos novios ¿o sí? —el alfa dejó ver una sonrisa algo cansada y exhaló —es verdad que yo estaría orgulloso y feliz de tener a una omega como tú, pero el amor es como los zapatos, si tienes que forzarlo es porque no es tu talla.
—¿No estás molesto porque estoy enamorada de...otra omega?
—¡No! —respondió de inmediato.
Su alfa había sido claro desde el principio, y quería mantenerse fiel a sí mismo. Odiaba que este tema fuera motivo de tantas penas, así que lo urgió el anhelo de decirlo tan natural como la noche, que surge oscura pero noble, dadivosa y elegante:
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Gardenias para mi alfa
FanfictionPor años se abstuvo de buscar un compañero porque creyó que no existía un destinado para él, casi había perdido su habilidad para oler y su alfa se rindió, hasta el día en que lo encontró, el aroma a gardenias fue el primero en entrar a su sistema...