Capítulo 18 "Como Morticia y Homero"

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¿Cómo siquiera sabe que Louis está en su puerta? lo sabe porque su aroma se coló por sus fosas desde que subió el primer escalón.

Hace dos días que no le responde, porque necesitaba tomar todo su valor para poder enfrentarlo con la misma careta de "amor" con la que él se presenta ante Harry.

Ha llorado, ha gritado, ha rogado por una señal que lo conduzca, que le muestre qué debe hacer, llamó a su madre y no pudo decirle nada porque; todo era demasiado doloroso.

Son dos días en que no ha comido, el sueño se ha esfumado y la fiebre lo ha atormentado.

—Hola Edwa-

El alfa ni siquiera tiene tiempo de saludar porque Harry le toma de camisa y tira de él, la espalda de Louis choca bruscamente contra la puerta y apenas puede tomar consciencia de lo que está pasando.

Iba a golpearlo, a estrellarlo contra su puño hasta que confesara por qué hizo esto. En su lugar; Harry lo besa fuerte, con ira y odio corriendo por sus venas.

No es un beso tierno ni apasionado, hay una clara intención de lastimar, de romper, de herirlo y que el alfa sienta tan solo un poco de todo el dolor que él ha sentido.

—Esp-

Se traga las quejas del alfa castañito al igual que sus propias lágrimas porque; no hay vuelta atrás, ama y odia por igual a este alfa.

La mano de Harry toma un puñado del cabello y aprovechando su estatura jala fuerte hasta obtener un quejido.

Louis lo empuja, esto no es lo planeado y no lo está disfrutando, el olor agrio de Harry está muy lejos de indicar excitación y el lobo de Louis siente cómo aquel alfa intenta pasar por encima  sin su consentimiento.

El beso se vuelve más rudo a medida que Louis intenta empujarlo, Harry se las arregla y con una de sus rodillas lo inmoviliza atrapándolo entre su cuerpo y la puerta, mientras sus manos son sujetadas de forma en que el alfa castañito no puede moverse.

—¡N-no! —protesta, su lobo está al mando en este momento y gruñe en respuesta porque la sumisión no es una característica, no cuando está siendo sometido de forma cruel y el olor agrio del sándalo lo rodea.

En otras circunstancias sería erótico, si ambos quisieran, pero en este momento. Sin embargo, Harry lucha por erguirse sobre él, continua el beso sin tomar en cuenta que el otro alfa intenta romper el agarre, vuelve buscar sus labios y cuando la atrapa, muerde sin detenerse a pensar nada, a pesar de escuchar las protestas de Louis.

Su alfa no es débil, aunque algunos lo pensaran, Louis es un alfa también dominante y su fortaleza supera las expectativas, lo demuestra con el último empujón que da contra el pecho de Harry quien finalmente se aleja, con el sabor de la sangre ajena en su boca.

El labio de Louis está roto y sangrando.

Harry solo se da cuenta de cuánto ha jodido todo hasta que, mira el hilo de sangre escurrir de su labio inferior y se siente histérico, apenas fueron unos instantes y la pesadez se aloja en su cuerpo, siente asco por lo que acaba de pasar, ¡mierda! 

Él no es esto, él no es así, esto solo es el resultado de los demonios que lo han atormentado desde que Xavier los ha alimentado con sus palabras.

—Louis —está a punto de colapsar, su respiración agitada y el estómago revuelto. Las arcadas lo golpean tan duro como la realidad y quiere vomitar —Louis, yo...

—¡¿Qué diablos, Edward?! —los botones de su abrigo están por el suelo, igual que su alegría —¿estás drogado?

Louis lleva su mano hasta tocar la herida en su propio labio y es hasta que la sangre corre por sus dedos cuando Harry se echa hacia atrás y se lleva las manos sobre el rostro.

Gardenias para mi alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora