Capítulo 10 "Mañana será tarde"

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Septiembre 2022

(Llamada telefónica)

— ¿Hola? ¿Harry! ¿Cómo estás? —se notaba ansiosa pero esperanzada, aunque su omega se movía inquieta en su interior —Harry, yo quería hablar contigo.

—¡Hola cachorro!

—¡Deja de decirme así, tengo 21!

Hubo un silencio, suficiente para que Gabrielle comenzara a escarbar en sus cutículas y maltratarlas, tenía la sensación de cargar el mundo en sus hombros desde hacía años, pero aquella mañana, mientras la voz de su hermano retumbaba alegre, el peso se volvía descomunal.

Ella era simplemente una chica de veintiún años, enamorada, preocupada y a punto de ser embestida.

—Escucha, necesito decirte algo —exhaló —Quería llamar para decirte que, bueno yo... me iré de Suffolk. Hablé con Louis y...

—¿Te irás? —La pregunta que sonó al otro extremo de la línea fue cortante para Gabrielle, para el alfa en cambio; era una noticia alarmante en muchos sentidos que ni él mismo podía descifrar aún —. ¿Qué pasará con la casa y lo demás? ¿Tu alfa te está obligando? Porque si es así, juro que tomaré el primer vuelo y él va a escucharme...

Harry sintió los nervios recorrerlo, su cuerpo se estremeció con solo pensar en ese alfa. Una emoción se agolpó en su pecho con la sola idea de tenerlo cerca, de conocerlo por fin, pero no lo demostró.

Todavía dolía pensar en lo risible y patético de la situación.

¡Mierda! Era "el alfa de su hermana"

¿Por qué se sentía irremediable y enfermizamente hipnotizado por su aroma como una omega adolescente?

¡Él era un alfa!

Debía buscar una omega que le diera la compañía y la familia como e mundo demandaba, en cambio; estaba allí, callando los lloriqueos y gruñidos de su alfa que, gemía por el aroma más embriagador que había sentido jamás, ¿en qué maldita realidad alterna era eso posible?

Al principio ni siquiera reparó en que su única hermana se marcharía lejos, solo pensó en que el alfa se alejaría, tal vez para siempre. Cuando se dio cuenta de aquello, el estómago se le revolvió y se sintió asqueado por su actitud egoísta, ¡joder! Estaba más despavorido por pensar en el alfa, que en su propia hermana.

Se sintió como un enfermo, un hombre ruin, sin escrúpulos ni honor.

—¡Quiero hablar con él! Iré a Suffolk y ese alfa va a escucharme, por las buenas o por las malas.

—¡No tocarás a mi alfa! —gritó enfurecida —Louis no es la razón por la que quiero irme. Yo...solo quiero salir de Suffolk, necesitamos irnos.

"Necesitamos" dijo, porque eran dos de quienes hablaba...ella y su omega.

—¿Por qué? dime qué está pasando...—intentó concentrarse en su pequeña hermana, aunque su lobo no lograba calmarse —quiero entenderte.

—Porque...

Vaciló, y las dudas comenzaron a devorarla...

¿Cómo decirle que se había enamorado de una omega y no de un alfa, Louis de hecho? ¿O que Bradley estaba encaprichado con ella? ¿Cómo decirle que la acosaba a diario y cada día se sentía más asustada por ella y por Madison? Si tiempo atrás cuando intentó decírselo solo recibió un rotundo "no" de parte de su hermano.

No, debía parecer más convincente, Louis tampoco sabía que Bradley paseaba cerca de su casa por las madrugadas y que tanto ella como Madison vivían aterradas por el próximo celo de Gabrielle, con miedo a que el alfa estúpido arremetiera contra ella.

Gardenias para mi alfaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora