Esperaba que después de todo, Philip solamente se retirara a su hogar, lo cual no fue así.
Al darme media vuelta para tomar el camino contrario, sentí como me sujetó del brazo, provocando que me girara a verlo. Aún así, el silencio duró por un par de segundos.
—Damien, lamento lo que causé… –con vergüenza, miró al suelo. Le sonreí, tomándolo del mentón para hacerlo levantar la mirada.
—No haz hecho nada malo, me ayudaste, cariño. –confesé, besando su frente con delicadeza—. Ahora, ve a casa, está helando.
—Damien. –me llamó, evitándome seguir mi camino—. ¿Tienes donde pasar la noche?
—La casa de mi madre. –le sonreí—. Es algo vieja, pero me he encargado de su cuidado desde que pude. Ansiaba un día habitarla, cuando me atreviera a salir de aquí.
—Está helando, por favor, ven a mi hogar. Podrás irte en la mañana si gustas; está cerca y no traes abrigo, ¡Oh Dios! –noté como estuvo apunto de quitarse el suyo.
—No, Philip. –ordené, más aquella prenda no tardó en serme entregada.
—Tómalo, o pensaré que sigues molesto conmigo. Tengo uno debajo, es ligero, pero me protegerá en el camino.
—Agh…sabes bien como sobornar a alguien. –mencioné en tono burlón, colocándome aquel abrigo. En ese momento, noté que era el mismo que hace unos inviernos, le había regalado.
Aquello, me hizo sonreír, siguiéndolo hasta su hogar, el cual, me sorprendió una vez estuve frente al mismo. Una vivienda con una fachada de la época, grande sin exagerar y con una apariencia cálida.
De rojizas paredes y cortinas blancas, podía ver cómo una de las luces de las habitaciones se encontraba encendida y por mi mente, pasó el amable Joe Gargery.
Al entrar, confirmé lo que pensaba: era cálido. Te sentías bienvenido y a pesar del invierno, noté que el frío era casi nulo ahí.
—Puedes dormir en el sofá, Damien…, si hace mucho frío, pondré la chimenea.
Ahí, lo volteé a ver, haciendo una ligera mueca. Odiaba mentirle, pero aquello era por un bien mayor.
—...Si, ehm…, dormir en el sofá me da un horrible dolor de espalda. –me estiré—. ¿Tienes alguna habitación extra?
—Para tu desgracia, esa habitación está ocupada ya.
—Que mal… –“afirmé”—. Supongo que…, podría dormir contigo en ese caso, ¿No es así?
Noté como tuvo que desviar la mirada, para que no notara su sonrisa. Sin embargo, no sabía si ese gesto, era de felicidad o nervios.
Lo seguí escaleras arriba, dónde entré a su habitación, la cual, no examiné con detenimiento, pues me apresuré a reiterarme las prendas que me sobraban en ese momento, no obstante, noté como hacía una división en la cama, con ayuda de sus almohadas.
—Si tienes frío, puedes decirme. –y sin permitirme acercarme, apagó la lámpara, dejándome con una leve luz que entraba por la ventana.
Me acerqué, para acostarme en el lado que me correspondía, mirando al techo.
—Philip… –hablé, escuchando un “¿Hm?” de su parte—. Quiero disculparme…
—Te has disculpado tanto hoy…, deberías descansar.
—Sobre Angelina. –el silencio se hizo presente y aún con la barrera, supe que se había encogido en hombros—. Sabes que si me habría enterado de su funeral…
—No es algo de lo que me guste hablar…
—Pero yo quiero hablarlo.
—Basta, Damien. –demandó.
—...No me enteré. –continué hablando.
—Damien.
—Pero he ido todos los días. –nuevamente silencio—. Sin falta, Philip. No sé qué flores le gustaban, así que cada vez le llevo distintas.
—...Tulipanes. –lo escuché decir—. Y rosas, blancas de preferencia.
—Gracias…
Cerré los ojos, sin embargo, volví a abrirlos cuando sentí un brusco movimiento a mi lado.
Antes de siquiera voltear, noté sus brazos envolverme y experimenté una paz tan inexplicable, que no pude evitar abrazarlo con fuerza, girándome para besarle el rostro.
—Te extrañé tanto, mi Philip. –lo tomé de las mejillas, sintiendo sus lágrimas en mis pulgares—. Shh, shh…, ven aquí, cariño.
Lo acomodé en mi pecho. En ese momento, no pensé en que escucharía a mí corazón latiendo con fuerza, debido a nuestra cercanía. No me avergüenza, amo que se percate de sus efectos en mí.
—¿Puedo dormir así…? –lo escuché preguntar.
—Me harías sentir honrado. –lo acurruque.
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Al día siguiente, escuché a las personas reír y hablar, haciéndome abrir los ojos, percatándome que aquel ruido, venía del piso de abajo.
Cuando terminé de lavarme y ponerme los zapatos, bajé, siguiendo el delicioso aroma hasta la cocina, dónde noté como Philip estaba riendo, mientras Pocket le contaba algo que era desconocido para mí.
—¡Oh, Damien, buenos días! –saludó Herbert—. Anoche creí que aluciné al escuchar tu voz, pensé que Pip te habría dejado para siempre. –dijo, moviendo el tenedor en su mano, de un lado a otro—. Pero le dije: Pip no seas tan duro con él.
—Supongo que te debo las gracias, Pocket, no me imagino como hubiese sido, si era duro.
—¡Pfft!, Pip molesto cambia hasta de nombre. –exageró, causando que las mejillas del rubio se ruborizaran—. Pero siéntate a comer, Damien, debes tener hambre.
Obedecí, uniéndome a su conversación. Hacía mucho tiempo que no disfrutaba de un momento como ese y tras ver a Pocket y a Philip, me di cuenta que estaba comenzando a vivir.
Después del desayuno, me retiré a la vivienda donde mi madre alguna vez residió. A pesar de que había intentado mantenerla intacta, con el pasar de los meses tuve que cambiar algunas cosas. El tapiz, los muebles, la decoración, pero, a pesar de nunca haberla conocido —y llámenme loco—, sentía que ella estaba ahí.
Y aquello, marcó el inicio de mi vida: Gregory me visitaba algunas tardes para comer, planteé Camelias en el jardín y una vez florecieron, cada una fue destinada a un ramo.
Ramo que acababa frente a la puerta de Philip, porque estaba decidido a reconquistarlo, y con cada uno de ellos, le confirmaba que mi amor por él seguía siendo el mismo.
Aquellas Camelias marcaban el renacimiento de lo que se consideraba perdido.
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𝐂𝐀𝐌𝐄𝐋𝐈𝐀𝐒 ━━ Dip
Fanfiction𝐒𝐎𝐔𝐓𝐇 𝐏𝐀𝐑𝐊 ▎damien regalaba ramos de camelias a philip, para demostrarle que sin importar la diferencia de clases sociales, su amor sería eterno y puro. ㅤ૮₍ ⸝⸝' ꒳ '⸝⸝ ₎ა 🌼 ⨾ publicado 04•01•22 🌼 ⨾ dip , damory 🌼 ⨾ créditos de la imagen...