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Observamos nuevamente el video a la mañana siguiente. Esta vez con Luther presenté entre nosotras, parecía sumamente desconcertado como nosotras. Cuando el video terminaba de reproducirse Luther volvió a hablar.

──Ponlo otra vez.

──Lo vimos un millón de veces, Luther. Siempre es lo mismo.

Continuó Allison por una enésima vez.

──Aunque lo veamos todo el día nada va a cambiar en el contenido de esa cosa.

Comente tras un cansancio de verlo tantas veces. Desgraciadamente eso no cambiaría y el que papá haya muerto luego de que mamá... Eso lo hacía cambiar, desconectó muchas cosas y eso me concernía demasiado. Esto me hizo entender que no puedo alejarme, no ahora. Más que nada debo estar metida en la tragedia Hargreeves.

¿Que puedo esperar si yo soy una Hargreeves? Que ingenuidad la mía ¿no?

La muerte del viejo no fue tan natural al parecer y eso es jodidamente demencial. El tenía enemigos, considerando su apática personalidad y forma de tratar a las personas. Pero el que mamá posiblemente lo haya hecho es más íntimo, menos creíble y más familiar.

Me niego a pensar que es capaz de hacerlo.

──Lo sé, ocho. Es que el video, pero... -susurro Luther atontado aún-, ¿que es lo que hace? El té. ¿Lo envenenó?

Nos miro a mi y a Allison en busca de una respuesta, cosa que ninguna tenía.

Salí de aquella habitación, no podía seguir en ese lugar mirando el vídeo y jugar a ser Sherlock Holmes. Quizás pogo pudo ver algo extraño, digo si mamá quiso hacer eso, envenenar a papá debió tener un comportamiento extraño ¿no?

Busqué a pogo por el primer pisó, pero lamentablemente no parecía haber rastro de Pogo. Cosa que me pareció totalmente extraña considerando que es fácil encontrarlo aún en la infinidad de la mansión Hargreeves. Busque por todos los lugares, la cocina, lavandería, baños, el estudió de papá, comedor, living y faltaban algunos cuartos.

Debo decir que me demore casi media mañana buscándolo y luego me di cuenta de que parecía estúpida buscando por tremendo lugar, pero ¡no estaba por ningún lado!

Caminé por las habitaciones, mientras recorría cada lugar de los cuartos los recuerdos me torturaron. Volver aquí se sintió una patada en el culo después de muchos intentos por evitarlo y haberme escapado antes de cumplir la mayoría de edad.

Que vueltas da la vida ¿no?

Pensar que un día este lugar lo fue todo y nada a la vez.

Me detuve en una puerta después de la mía, en esa habitación. Tal vez pogo estaba ahí ya que de la habitación provenían sonidos y en mi incansable búsqueda no encontré a ninguno de mis hermanos.

Quería negarme a entrar a esa habitación, no quería realmente, no quiero. A pasó lento me obligue a mi misma a entrar.

Mi sorpresa fue otra cuando en vez de encontrar a pogo, el que ocupaba la habitación era nada más que el dueño de ella. Supongo que debía imaginarlo.

Cinco guardaba unas cosas en un bolso. No pareció percatarse de mi presencia porque al terminar fue a la ventana con el bolso en el hombro. Antes de que saliera por la ventana, mi voz salió automáticamente.

──¿Que demonios hacés? -inquirí curiosa. Al escucharme se dio medía vuelta, su mirada sería se posó en mi vientre con una mueca para después mirarme.

──Tratar de salir sin tener que dar explicaciones, pero veo que no se puede.

Su voz sonó a modo de cansancio.

A broken promise || Five Hargreeves #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora