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Estaba cansado, sentía un fuerte dolor pero al menos ya estabamos de vuelta en la Academia. Nuestros hermanos nos miraban desconcertados. Estaba listo para hablar y decir lo que teníamos que hacer, pero una mano cogió mi brazo débilmente, me di la vuelta confundido.

──Cinco...

Estaba a punto de caer, pero en un rápido reflejo la tomé en brazos antes de que cayera inconsciente al pisó. La observé con desesperación entre mis brazos y toque algo húmedo en su vientre. Temeroso levante mi mano para verla llena de su sangre.

Mi mundo se cayó. Mi corazón comenzó a latir con rapidez y la respiración se me estaba yendo. Un nudo se formó en mi garganta y la desesperación me hizo reaccionar de inmediato, pero el miedo me paralizó. No podía moverme, pero debía hacerlo. Escuche voces a mi alrededor y ninguna me devolvió a la realidad o eso hasta que vi como su sangre manchaba mis manos y ropa.

Con desesperación camine fuera de la sala en busca de pogo o de mamá, en realidad de quién pudiera salvarla, de quién pudiera ayudarme. El miedo de perderla me hizo entrar en la locura. Grité en busca de ayuda.

La llevamos rápidamente a la enfermería de la casa y mamá apareció por arte de magia. Pogo reaccionó mucho más rápido. Me sacaron de la habitación y cerraron la puerta en mi cara. Retrocedí lentamente hasta que caí al suelo, mi cuerpo no respondía a mis órdenes.

No entendía que estaba pasando solo podía ver la sangre en mis manos, en mi ropa, en el piso. Todo a mi alrededor había desaparecido, me faltaba el oxígeno y las lágrimas comenzaron a caer sin que pudiera controlarlas. Me levante desesperado, me acerque a la puerta. Necesitaba entrar y estar con ella pero fue en vano. No me lo permitieron.

El corazón se me hizo pequeñito y respirar me estaba costando más de lo normal. Pronto sentí como alguién me movía de un lado para otro.

──¿¡Que le hiciste!? ¿¡Que le pasó!?

Diego me gritaba mientras me movía con fuerza, las lágrimas desbordando sus ojos. Yo, sin reacción alguna solo podía pensar en la posibilidad de perder a la persona que más amo en mi vida y el temor me asfixió.

──¡Cinco responde!

De pronto ya no era Diego quién me gritaba, era otra persona, era aquel idiota. Me gritaba molesto. La ira me invadió al verlo. Ver cómo me gritaba sin derecho alguno después de haberme quitado a la mujer que amo y sobretodo verlo en el que se supone era mi hogar me causó ira.

──¿Que haces tú aquí? -gritó colérico y apuntó a la habitación donde estaba ocho-, ¿que le hiciste?

──¿Qué? -solté molesto-. ¡Tengo más derecho que tú de estar aquí imbécil!

──¡Ella estaba bien hace unas horas antes de irse contigo! ¿Que le hiciste?

Me acerque con impotencia a éste mirándole de forma amenazadora.

──¿Que le hice? ¿Insunuas que yo le hice daño?

──¡Claro que lo hago porque es lo único que tu haces por ella!

──Chicos basta, no es el moment...

──Luther callate de una vez. Dime una razón por la cual no debería matarte y lo voy a reconsiderar.

Jimmy soltó una carcajada y se acercó aún más.

──No hay ninguna razón para no hacerlo porque después de todo me quedé con tu novia, soy el padre del bebé que espera y si no fuera por tú estupidez ella y yo nos estaríamos casando en este instante.

Apretó mis puños molesto y trató de resistir las ganas de golpearlo hasta que muera. Enarco una ceja.

──¿Mi estupidez? -dije pensativo-. Me parece que tus "no razones" son un tanto erróneas. Ella me ama a mi y aunque yo no estuviera no podría casarse con una mierda tan insignificante como tú.

A broken promise || Five Hargreeves #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora