A broken promise || Five Hargreeves #2

19

──Nuestras caras están quemadas.

No podía dejar de contemplar aquellas figuras con nuestras caras quemadas y pósters con las caras rayadas. Estaba perpleja.

──Da miedito. Este tipo tiene graves problemas.

──¿Por qué nosotros? ─pregunte aún perpleja.

──No lo se... Pero esta loco ─Diego respondió en un susurro─. Mierda.

──Nunca estuvo interesado en Vanya. Era por nosostros.

Cinco cayó al suelo casi desmayado. Me di la vuelta para ver a cinco tirado en el suelo y me asusté. Estaba casi inconsciente.

La preocupación, cuando se trata de él es diferente. Hay algo en mi que controla el como pienso, de hecho la preocupación no me deja pensar con coherencia y solo tomó decisiones que puedan ayudarlo. En cambio esta vez me quedé ahí paralizada, mirándolo.

No sabía porque no podía moverme, incluso cuando miré aquella horrible herida en su abdomen. Solté un suspiro y lo escuche hablar.

──Tenemos que seguir. Estoy... Tan cerca.

No podía creer lo que estaba viendo. Aún estando herido pensaba en el Apocalipsis, estaba tan consumido por el que se me hacía frustrante.

──Tenemos que llevarlo al hospital.

──No... A casa, no podemos ir al hospital.

No dije nada, solo me di la vuelta para bajar e ir a encender el auto mientras ellos bajaban con cinco entre sus brazos. Cuando subieron a cinco me pidieron que fuera con el atrás. Allison manejo esta vez y Diego solo estaba pensativo. Me observo por el espejo retrovisor varias veces.

Yo solo acariciaba el cabello de cinco y trataba de evitar que no se durmiera. Este me miraba, estaba muy mal. Me partía el corazón, sin embargo, no sentía la necesidad de hacer algo para salvarlo. No podía.

...

Contemple a cinco dormido en su cama. Dormía como un angelito. Por primera vez desde que volvió podía verlo así de tranquilo, mientras dormía. Me sentía tan cansada. El embarazo no ayudaba para nada. Acomode mi cabeza en la cama y comencé a pensar.

¿Nunca habéis pensado en como su vida ha cambiado de repente?

Pues este era mi momento para pensarlo. No tengo idea que pasará con cinco y con mi embarazo. Simplemente no tengo idea de nada y eso esta bien. ¿No ser fuerte esta bien? Claro que sí, no siempre seré fuerte como todos quieren que lo sea. Yo solo quiero una vida tranquila y felíz.

Tenía una vida tranquila de alguna forma, pero no todo podía ser como yo lo deseaba. Pero las cosas podrían complicarse o ser fáciles. Y mi hijo es lo único que deseo.

Comencé a sentir unas pequeñas puntadas, un dolor muy fuerte, tanto que no podía soportarlo y grité del dolor. Me levante despacio y vi que mi ropa estaba mojada. Pogo llegó a la habitación y me observo preocupado.

──Ya es hora.

...

Sonreí en cuanto pude tener a mi pequeño bebé en brazos. Estaba en mi habitación acostada en mi cama con mi bebé en brazos y siendo la persona más feliz del mundo. Jimmy por su parte miraba a nuestro hijo con tanto amor como podría describirse. Son las seis de la mañana y estoy tan cansada, pero el solo hecho de ver a mi hijo en mis brazos me da energía para seguir despierta admirandolo.

Jimmy se acercó con una pequeña sonrisa y estiró sus brazos para pedirme a nuestro hijo.

──Debes descansar ¿si?

──Pero...

──Pero nada. Ha sido muy difícil el parto, debes descansar. Yo cuidare de él.

A veces la vida puede ser muy injusta y quitarte lo que más amas y valoras. Puede dejarte derrotada en el suelo sin poder levantarte porque los problemas son muy difíciles de areglar, pero siempre hay una pequeña luz que te ayuda a superar todos los problemas y te ayuda a levantarte.

Mi hijo era aquella luz que necesitaba. Se que al tenerlo ahora no tengo excusas para no luchar.

La habitación estaba oscura, ningún ruido perturbando el ambiente y el frío gélido recorriendo mi cuerpo en un gran escalofrío. Con cuidado caminé a la habitación de cinco. Al llegar a ella tan sólo me encontré con una cama vacía y soledad.

Una luz encendida llamó mi atención hacía la habitación más lejana del pasillo. De un momento a otro pude sentir mis pies moviéndose hacía la luz. Al abrir la puerta que estaba entre cerrada pude ver a Cinco mirando a mi pequeño hijo dormido en una cunita. Jimmy estaba dormido en un sofá, pero su sola presencia no era importante para Cinco.

Aclare mi garganta para hacerlo saber de mi presencia.

──Es pequeño...

──Asi suelen ser los bebés normalmente.

Su respiración era casi nula al parecer y con delicadeza se volteó.

──¿Por qué me duele verlo? ─pregunto tras unos segundos con los ojos llorosos.

Me acerqué a él con cuidado, pero este dio dos pasos atrás dándome a entender que no me quería cerca.

──Te odio.

Algo dentro de mi se comprimio causandome un pequeño dolor en el pecho que me dejó sin respirar.

──Porque hiciste tu vida sin mí ─contesto por sí mismo─.  Ese bebé es la prueba de ello y no entiendo porque odio eso.

──Yo... No me siento culpable por vivir mi vida, Cinco, sin embargo me cuestionó que habría pasado.

──¿Si me hubiera quedado?

Negué. Eso ya había pasado por mi mente muchas veces y ya no me quedaban dudas de que eso no me llevaría a nada.

──De que habría pasado si no hubieras vuelto.

Miró lentamente a Jimmy con recelo.

──¿Te habrías casado con el?

──Para nada. Habría sido solo el padre de mi hijo y tal vez un amigo. Lo nuestro se rompió hace mucho.

Soltó una risita la cual no pude comprender muy bien. Comenzó a caminar fuera de la habitación y sin dudar yo ya estaba siguiendo sus pasos como una tonta. Llegamos hasta la mitad del pasillo y paró. Sin voltearme a ver hablo.

──¿Crees que podamos estar juntos?

──No lo se. No se nada, absolutamente nada.

──Pero me amas y eso si lo sabes.

Sonreí levemente.

──Si eso lo sé.

Me acerqué y mis brazos rodearon su cintura.

──Solo debemos dejar que esto pasé y no poner más excusas tontas.

Sonreí aún más cuando se volteó y me abrazo soltando las lágrimas que había retenido y lloró, lloró como un niño pequeño que había estado aguantandose todo lo que tenía dentro.

Lo único que hice fue abrazarlo mientras se desahogaba.