11. Una familia feliz

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Despreocupada la pequeña niña corría por los pasillos de la escuela hasta la salida de la misma, deteniendo su paso en la entrada, esperando paciente la llegada de su padre mientras observas como al resto de los niños ya los venían a buscar, y poco a poco todos se fueron yendo a sus respectivos hogares, quedando tan solo ella en la escuela, siendo su única compañía el conserje que acababa de llegar a limpiar el lugar, ¿En donde estaba su papá que no llegaba? La pequeña ya se hacía en su mente los peores escenarios posibles de lo que pudo haberle pasado a su padre.

¿Y si murió la ser atropellado por un camíon? ¿Se olvidó de mí? ¿Habrá sido secuestrado? ¿Se lo habrán llevado los aliens? ¿Y si me llevan a mí también?

Aterrada la pequeña no dejaba de ver en todas las direcciones, esperando un posible ataque de esos aliens, y por si lo preguntaban, Nila tenía una gran imaginación y se inventaba cada escenario. Y en un ataque de nervios eminente a la distancia ve una cara conocida, se sorprendió bastante de verlo aquí, él nunca sale y lo pudo notar por lo curiosa que era su mirada, viendo los alrededores.

- ¿Señor Heelshire? -murmulla desconcertada, acercándose hasta este- ¿Que es lo que hace usted aquí?

-Tu padre me mandó-explica cortante, nunca se le cruzó por la cabeza salir de la mansión e ir a la ciudad, pero Noah le había pedido que por favor fuera a buscar a la niña, cosas del trabajo, y de no ser por qué la niña estaba involucrada, seguramente se hubiera negado, pero no y miren ahora, se encontraba en el único lugar en el que no quería estar solo por Nila y la insistencia de su padre-. Perdona la tardanza, me costó llegar hasta acá.

- ¿No es de salir, verdad? -asintio levemente en respuesta-Es bastante obvio en realidad, pero es bueno que salga, tiene que tomar aire fresco.

Nila sin lugar a dudas era una pequeña demasiado dulce y considerada, pensando siempre en los demás, igual a su padre, eso era algo de lo que se había dado cuenta hace bastante tiempo, ambos compartían esa necesidad de querer ayudar al prójimo.

- ¡Hoy tuve examen de matemáticas y no sabes que pasó! -exclama sonriente- Me saque un diez! Nunca tengo notas tan altas, así que me siento emocionada por ello, ya le quiero contar a mí papi, se va a poner muy orgulloso.

-Yo ya estoy muy orgulloso-dice sin pensar, haciendo que la sonrisa de la pequeña se ensanche.

- ¡Yei! -exclama dando salatitos en celebración- ¿Sabe algo señor Heelshire? Usted en estos últimos meses se ha vuelto como un segundo padre para mí, ¡Y eso me pone muy feliz de verdad!

Estaba sin palabras, en verdad sorprendido, jamás se le había pasado por la mente aquello, ¿Él un padre? Y tal parece que se había vuelto uno sin saberlo, ella no era su hija de sangre ni nada, aún así sentía un gran cariño por ella y por el padre de la misma, ellos se volvieron su familia... Tenía una familia y eso no hacía más que llenar su corazón de dicha. Y por su familia él haría lo que fuera por protegerlos, matar no sería un problema, ya a matado en el pasado.

- ¿Que estará haciendo mí papá que lo tiene tan ocupado? -murmura intrigada la pequeña niña.

Noah Smith aún se encontraba en su oficina hablando con esa pareja que no hacía más que traerle problemas, más problemas de los que le gustaría. Desde que ellos entraron a su oficina esa mañana supo que no significaría nada bueno, y así fue, porque cosas que pasaron hace más de un lustro salían a la luz, y cansado de esa charla sin sentido se levanta.

-Entonces el verdadero asesino sigue suelto-murmura para sí-. Esto si que es intrigante, y si me lo permiten me gustaría intentar adivinar.

Aún dudosos, con un leve movimiento de cabeza aceptan la petición.

- ¿Se trata de Brahms Heelshire, no es así? -la sola mención del nombre basto para que sus sospechas sean respondidas-. Verán ustedes que hace un par de meses un intruso entro a la mansión y se presentó como Brahms Heelshire, acepte que se quedará solo después de saber su nombre. Y esa que yo no soy ningún estúpido, se claramente que el hijo de los Heelshire murió en el noventa y uno, pero al estar tanto tiempo en este negocio uno comienza a saber cuándo alguien miente o no, y Brahms no mentía y yo me preguntaba, ¿Cómo es posible que esté vivo? ¿No murió quemado? ¿Cómo sobrevivió todos estos años? Cientos de preguntas surcaron mí mente en ese momento, y a pesar de saber que alguien que se supone que está muerto estaba vivo, lo dejo vivir allí.

- ¿Lo dejo vivir con usted sabiendo que le pudo haber hecho daño a su hija? -lo interrumpe abrupto, Malcolm.

-Siempre llevo un arma cargada bajo mí saco en caso de emergencias, no se imagina cuánta gente quiere matar a un abogado que les arruinó su caso-comenta sonriendo ladino-, como decía antes de esa molesta interrupción, deje vivir al señor Heelshire con nosotros, y ni por un momento le quite la mirada de encima e investigue acerca de lo que pudo haber pasado y llegue a la conclusión de que él se oculto entre las paredes por años, habían varias pruebas de ello en la casa, como la entrada secreta a mí habitación a través del armario.

Aún atónito, agrega- ¿Y aún así usted lo dejo vivir con ustedes? ¿A ese maldito  monstruo? ¡Él mato a personas y estoy seguro que lo volverá hacer tarde o temprano!

-Y si eso llega a pasar no va a ser mí problema-espeta firme-, pero mientras que no le haga daño a mí hija yo estaré bien con eso.

- ¡Estás loco, él es peligroso!

-Y le aseguro que un padre sin su hija lo es todavía más-sentencia, y suspirando con pesadez se prepara para irse-ahora si no les molesta, tengo que irme, tengo cosas más importantes que hacer que está.

Noah Smith no era una persona normal, eso lo notaron, era alguien bastante inteligente que se le hizo sencillo descubrir por si solo la verdad sin la ayuda de ellos, a pesar de ello, no dejarían de insistir de que abandone la mansión, pero el señor Smith ya tenía suficiente problemas personales y legales con lo de su ex esposa, ella seguía intentando localizarlos, pero no lo permitiría, no dejaría que le hiciera daño a su hija nuevamente, y por más que Brahms Heelshire pueda resultar un problema mayor, no quería alejarlo, le agradaba y ciertamente le ayudaba bastante con los quehaceres del hogar.

- ¡Ya llegué!

No más lo al anuncio una pequeña comenzó a bajar apresurada las escaleras corriendo abrazarlo con una gran sonrisa en labios, y tal escena era vista desde la habitación continúa por el Heelshire-La cena ya está lista-avisa, entrando nuevamente a la cocina para llevar los alimentos hasta el comedor y cenar todos juntos en familia, como una familia feliz que aparentaban ser-Espero lo disfruten.

Un bocado fue suficiente para ver cómo sus ojos brillaban-Esta delicioso, Brahmsy, has mejorado bastante.

-Chierto, muy chierto-confirma la menor, aún con la boca llena.

-Nila, no comas con la boca abierta-la reprienden ambos adultos al unísono, fue inevitable no reír.

La pequeña niña no podía dejar de sonreír, estaba feliz en verdad, desde que dejo de vivir con su mamá todo había mejorado en su vida, venir a vivir al otro país era lo mejor que les había pasado, no solo a ella, a su padre también, esto lo noto más cuando el señor Heelshire irrumpió en sus vidas, y con esos dos viviendo con ella, sentía como si tuviera dos papás y eso le alegraba, pero había algo que aún faltaba.

- ¡Quiero un perrito!

Señor Smith ᴮʳᵃʰᵐˢ ᴴᵉᵉˡˢʰⁱʳᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora