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La chica que no se controla

Academia Privada Hyakkāou
Sala de la Vicepresidencia
Setiembre, Jueves 05 |11:00 am

La semana todavía no acababa, y aún así a ella y a Ryota les había ido considerablemente bien. No les quedaba mucho por repasar, hasta habían utilizado ese tiempo sobrante para avanzar el proyecto de Ciencias sociales que habían expuesto justo ese mismo jueves. Una investigación digna de dos estudiantes en el podio de los mejores en el área académica. Era un 95% asegurado, y ambos –al menos en ese aspecto– ya se encontraban mucho más tranquilos.

   Por otro lado, por más que trató, Saotome se dio cuenta de lo difícil que era evitar pensar en el pequeño inconveniente de hace unos días, porque sí, persistía en su cabeza, intensificándose algunas veces y desapareciendo por cortos y placenteros plazos. Creyó que sería algo paulatino en un principio, pero algunas cosas comenzaron a cambiar cuando aquella idea era más intensa de lo usual.

   Cada vez que se sentaban muy de cerca podía presentir que, sin importar la pose en la que estuviera sentada, sus piernas comenzarían a temblar –luego buscaría cómo culpar al aire acondicionado de la biblioteca si es que Ryota le preguntaba si todo andaba en orden. También por eso había comenzado a disminuir sus encuentros de entrenamiento e irse más temprano o tarde, dependiendo para no encontrárselo y tener que acompañarlo en el tren.
Por otra parte, sus mejillas se ruborizaban con mayor facilidad a cualquier gesto que le resultara adorable, e incluso se disculpó un par de veces después de notar que él se percató de que se había quedado estática viéndolo por un buen rato –y muchas otras hacía muecas al no saber que cara poner.
Era terrible. Pensaría que todo conllevaría a distanciarla de él de forma emocional en cualquier momento, pero para su sorpresa y fortuna todo lo que sucedía era exactamente lo contrario. Y además, ¿cómo alejarte de alguien que se volvió sin querer una de las personas más incondicionales de tu entorno? Es bueno que su consciencia trabajara, de lo contrario ella habría hecho como si nada. La apatía entraría en el campo de juego, y ella ya no sería la Mary de siempre.

   En cuanto a otros asuntos dentro de su agenda, sabía que no podía descuidar otros pendientes o amistades por andar de coach de apuestas del fido. Especialmente una de las que le urgía mantener la confianza en alto era de la que menos había escuchado en un buen rato.

   — Entonces... se lo dijiste.

   — Mhm.

   Una al lado de la otra y sin verse. Sorpresivamente, era la segunda vez que se veían en la semana. Ririka había estado ocupada con papeleo importante debido a la ausencia de su hermana. Qué gesto el suyo para darle trabajo cual subordinada en lo que regresa para retomar lo que es suyo.
Mas no por mucho tiempo, si le preguntaras a la joven de segundo año.

   — Fue lo mejor —su voz era tersa como siempre. Traía los dedos sosteniendo su máscara sobre los muslos—. Cuando culmines con él y su deuda haya sido saldada, lo que suceda ya no será cometido a tu nombre.

   — Sí, así parece —resopló entre dientes.

   Ririka giró discretamente. La rubia se encontraba enfocada en el ventanal.

   — Creí que estarías más aliviada —Mary viró en su dirección.

   — Uhm, sí. Sí lo estoy.

   Había olvidado lo fácil que era para la Momobami el leerla. Costo beneficio de su cooperación.
Mary volteó por completo entonces, y resopló mientras caminaba hacia la mesa frente a ambas. Los votos de ambas chicas estaban allí, regados y apilados sobre un cobertos de mesa de terciopelo color vino.

YOUR NASTY CUTENESS | Kakegurui Fanfic [Mary Saotome x Ryota Suzui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora