La chica sin tiempo (Parte 2)Septiembre 23
Distrito de Suginami
Departamentos Kihazaki
Departamento A302 | 19:10 pmCualquier tipo de inhibición que se hubiera autoimpuesto alguna vez quedaba fuera de juego. Ya en el calor de su departamento, se lanzó bruscamente al sofá y deslizó sus dedos sobre la pantalla del móvil con torpeza. Gracias a aquella intervención tan súbita hace unas horas, ahora tenía menos credibilidad en caso quisiera excusar su previa actitud con la pelipúrpura. Se mordía el labio por dentro ante la frustración que eso le provocaba.
Deslizó el contacto que buscaba entre tantos números y pegó el celular a la oreja. Cada pitido de espera en la línea eran segundos eternos que le carcomían el cerebro. A pesar del talento que había desarrollado para mantener la compostura, muy dentro de sí en aquella limusina deseaba tanto que se la comiera viva el asiento. Tsuzura había ganado y aún teniendo la razón ya de por sí. Ahora dar la cara ante ella sería más humillante a como estaba previsto.
Mas dudaba mucho que la muchacha hubiera tenido esa maliciosa intención. Eso sería lo menos lógico, conociendo que nunca iría tan lejos, y que dentro suyo cabía de todo menos perversidad. También se habría cansado de esperar a que ella tomara la decisión de hablar, y tomó al ciervo por las astas, poniendo un final momentáneo a todo aquel tema. Obviamente no esperaba que dejara ir la situación por lo mucho que su estatus como hija lo demandaba, pero al menos muscó darles un respiro a los tres dentro de una situación tan compleja.
— ¿Hola?
Piernas recogidas sobre el asiento, Mary agitó la cabeza velozmente, volviendo de las ideas que le rondaban la mente.
— Hey... Tsuzura —le tembló la voz. Como si sirviera para encontrar las palabras correctas, comenzó a rascarse la cabeza.—. Uhm... Hola...
— ¡Qu-Querida Mary! —le tembló la voz con aquella leve alegría. Mary no supo cómo continuar, y vaya era la suerte que a la que no agradecía del todo que Tsuzura decidiera continuar. Podía imaginarla en su habitación a esa hora, muy probablemente con la mano cerca a los labios, recostada en la cama dentro de una espaciosa habitación. Con suerte, la suya propia—. Su-Supuse que querrías hablar... Por lo de hoy...
—Eh... uhm, no exactamente —musitó mirando a un costado. El distraerse mirando la alfombra era suficiente como para no pensar tanto. Pudo distinguir algunas manchas de humedad cerca a la parte que iba bajo el sillón. No recordaba cómo habían llegado esas manchas allí, pero probablemente había un fido que podría darle bastantes detalles —. M-Me alegró verte hoy.
— ¡Ahm... A mí también!
No sonaba enojada, ni mucho menos diferente a lo usual. Tsuzura siempre había sido tan transparente que no le sorprendía el agasajo, aunque el tiempo le daba experiencia para darse cuenta de lo que significan ciertas cosas. Mary no había obrado bien, y era inquietante que esa actitud no tuviera toques de rigor.
De repente el estruendo de un metal golpeándose le hizo bajar la mano, apretando el móvil contra el cuello. Había dejado mal cerrada la ventana que daba a la calle, explicando mucho más la brisa que comenzaba a percibir. Dejó que esta se balanceara ante sus ojos mientras mantenía la conversación.— Ha pasado un rato y... pues... —tragó saliva. Ririka tenía razón, lo mejor que podía hacer era empezar rápida y directamente con lo que era correcto.— No sé... No sé cómo expresarte mis disculpas por lo que pasó de una manera que... sepas que es real.
Ambas sabían que aquella conversación en la limusina fue ligeramente guionada por Hanatemari. No hubo naturalidad como tal, sólo la búsqueda de calmar las aguas entre los tres chicos, y, almenos para su objetivo principal, Tsuzura parecía haberlo conseguido. Mary aprovechó para arreglar el problema de la ventana antes de que diera más choques de los que pudiera soportar.
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YOUR NASTY CUTENESS | Kakegurui Fanfic [Mary Saotome x Ryota Suzui]
FanfictionCuando Suzui descubre que, al arriesgarlo todo y fallar por salvar su pellejo en medio de las elecciones se convirtió nuevamente en una mascota, parte de los datos del plan de vida que se le otorgó lo involucraron en una situación bastante incómoda...