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La chica sin tiempo (Parte 1)

Academia Privada Hyakkāou
Jardines Pabellones de Tercer Año
| Lunes 23 de Setiembre | M i s m a h o r a

Jamás había estado en esa parte de la academia, y probablemente tampoco debería, ya que los jardines de último año eran principalmente utilizados para el club de Botánica, quienes hacían un trabajo casi prodigioso para mantener la hegemonía y el cuidado de cada una de las flores que mantenían en el cultivo.
Claro está, la presidenta se había tomado la libertad de aprovechar la vasta amplitud de los jardines para sus propios fines. No muy a lo lejos de aquel gazebo blanco en el que se encontraba, tras un par de murallas a base de frondosos arbustos, Mary podía ver claramente la cima de una torre blanca y cilíndrica. Ella no sabía exactamente qué había dentro de ella, pero si Yumeko se había referido a esta como una "estructura romántica y estimulante" y Ririka iba allí constantemente, pues no podía esperar menos que alguna especie de laberinto tortuoso. No tenía mucha imaginación.

   — ¿Qué es lo que dijiste que había allí? —señaló alargando el cuello, con la punta de la nariz— Recuérdamelo, si puedes.

   Ririka estaba sentada en la banqueta centrada del gazebo, con la mirada fija en un libro de poesía al que Mary nunca le había visto sostener antes. No parecía alguien muy interesada en algo, o probablemente ya era hora de conseguirse un pasatiempo. Sus orbes turquesa rodaron hasta encontrar los suyos, y luego, viró hacia su izquierda para contemplar la estructura.

   — Puertas —dijo haciendo luego una breve pausa—. Varias puertas con acertijos que te ayudan a abrirlas —indicó, bajando el libro hasta su regazo—. Son como cinco pisos y solo hay eso y escaleras.

   — ¿Sólo eso? —enarcó una ceja, a lo que Ririka se encogió de hombros. Mary rechistó con los dientes—. No se por qué aún me sorprende que tu hermana tenga gustos así de excéntricos.

   Ririka se mantuvo callada, Mary seguía apreciando la vista y de seguro ella ya había vuelto a aquel libro. Era extraña aquella forma de responder, considerando también lo que recordaba de hace un tiempo. Yumeko la había visto entrar a ese lugar, y ella luego nunca le dio una razón, excusada en que ella podía manejar sus asuntos. Vaya asuntos que podrían llevarse a cabo en un lugar tan extravagante.

   — ¿Crees que prepare algo así para nosotras? —sonrió—. Mínimamente merecemos eso, que nos ofrezca un lugar así para nuestra apuesta después de hacernos esperar un siglo entero.

   — No lo sé —fue seca—. Pero espero que no te decepciones si no resulta ser así.

   Ahora volteó para encararla, reposando su cadera sobre la barandilla de madera.

   — Lo único que me decepcionaría sería caer fácilmente ante ella —dijo cruzándose de brazos—. Y para serte honesta, esta incertidumbre no nos es de mucha ayuda —tan interesada en su libro, la rubia le buscó un pretexto para que hablara con ella sobre el tema—. ¿No sabes nada de ella? ¿Enserio?

   No parecía incómoda de seguir con la conversación, dicho por el hecho de que ahora decidió cerrar el tomo

   — Está en Taiwán, hasta donde sé —colocó el libro a un costado. Ese era un destino bastante inesperado—. Tiene que resolver un asunto de los mayores allí, complicaciones de negocios. Probablemente luego vuele a Singapur y de ahí regrese. Y de verdad, es de lo único que pude enterarme.

   — ¿Mayores? —repitió al no entender. Ririka parpadeó un par de veces con pesadez.

   — Los padres de Terano, Rin, Miyo...

YOUR NASTY CUTENESS | Kakegurui Fanfic [Mary Saotome x Ryota Suzui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora