𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭𝐚𝐜𝐡𝐞▽ p. dojoon

13

Luego de dos semanas viviendo con nosotros, Zoé tuvo que regresar a Los Ángeles. Tenerla en el departamento no había sido tan malo del todo, ya que anhelaba sentir energía femenina en la casa, pues era algo difícil estar rodeada de testosterona. Antes de que partiera a su vida usual, ella me recalcó que continuaríamos en contacto y que esperaba poder convertirse en una amiga para mí, propuesta que se oía genial.

Hoy me encontraba teniendo una de las peores semanas en cuestión escolar, y es que las evaluaciones del idioma eran bastantes; me sentía presionada y comprometida a obtener buenas notas; no sólo por el hecho de no querer desaprovechar la oportunidad que se me estaba otorgando al estar estudiando coreano en una de las escuelas  más prestigiadas del país; sino también porque me ausentaría bastante debido a la gira, la cual, ya estaba a casi nada de empezar.

— ¿Has estado comiendo a tus horas, Indie?— inquirió mi madre del otro lado de la línea. Aproveché que el profesor de la última clase no pudo asistir, para así llamarle; por la hora sabía que estaba a punto de irse a la cama.

— Si, má.— respondí un poco harta;  pero no porque realmente lo estuviera, simplemente extrañaba resongarle en mi día a día.

— Mejor cuéntame, ¿ya le echaste el ojo a alguno de tus compañeros?— preguntó haciéndome soltar una carcajada.

— ¡Mamá!— le respondí entre risas.

— ¿Qué? Yo solo pregunto por si tengo que mentalizarme en caso de que cuando regreses ya con mi nuevo yerno.

— Solo te diré que si hay alguien que ha llamado mi atención.— enuncié y tuve un pequeño grito de emoción de su parte.—  ¿Ustedes  cómo han estado, hay alguna novedad?

— La mayor parte del tiempo nos la pasamos extrañándote, mi amor.— respondió y mi corazón se encogió un poco.— Técnicamente todo sigue igual... ¡Bueno, no! De hecho, algo inusual ha estado pasando en la cafetería.

— ¿Inusual? ¿De qué se trata?

— De unas dos semanas a la fecha, ha estado viniendo un sujeto con una pinta bastante rara.— enunció del otro lado de la línea.—  Se sienta en la jardinera que está afuera, observa un poco hacia el negocio, luego de unos minutos pide solo un café americano y cuando se lo termina, se queda observando un rato más hasta que se va.

— ¿Creen que los esté asechando?— pregunté bastante preocupada. Justo eso era lo que me temía; que algo grave les llegue a pasar y yo esté del otro lado del mundo para impedirlo.

— No lo sé, pero ha sido bastante extraño. Tú padre es quien lo recibe, no quiere que Ally y yo nos acerquemos en caso de que resulte ser alguien peligroso.— contestó.— Nos sentimos algo respaldados por las cámaras de seguridad del establecimiento y las que están por fuera.

— Ay mami, ahora me siento bastante preocupada. No quiero que les pase algo.— le dije sincera, un miedo inmenso me invadía.— Me siento culpable de estar en Corea en estos momentos.