La clínica.

122 9 0
                                    


Narra: Vanya.


-Leonard fue atacado por unos pandilleros anoche- Dije mientras caminaba por toda la sala del hospital. La mano me temblaba, y eso dificultaba el agarre de mi celular- Sí, yo estoy bien. Pero... sucedió algo muy raro. No, no, no fue eso- Apreté el móvil contra mi oreja, puesto que la conexión no funcionaba tan bien como esperaba- Yo... Leonard tenía razón, Tati... toda mi vida he tenido poderes.

Decidí sentarme para relajar mi cuerpo, aunque mi pierna hacía totalmente lo contrario. Tomé un sorbo de café que me habían dado en un vaso descartable y continué:

-Lo sé bien, en serio. Yo hice volar a esos tipos, ¡lo juro!- La comunicación no era tan buena, y a cada segundo iba empeorando- ¿Hola? ¿Tati, estás ahí?- Lo repetí incansables veces hasta que un constante pitido me informó que la llamada se había cortado. Suspiré aún con los nervios de punta. 

No tenía idea de Leonard al menos desde que entramos al hospital. Los médicos lo llevaron de urgencia y desde ese momento, no supe nada de él. Esperé pacientemente hasta que un doctor viniera a darme los resultados de su estado, pero el tiempo pasó tan lentamente que cuando quise ver la hora, me sorprendí al saber que había pasado 30 minutos desde que llegamos. Era insoportable, y ya no sabía qué hacer. 

Pensé en lo que había hecho. Era claro que había sido yo, ese impacto lo sentí salir desde mi cuerpo. Pero por qué, por qué en ese momento. 

-¿Tú estás esperando a Leonard  Peabody?- Me levanté inmediatamente al escuchar esa voz gruesa y calmada que tanto esperé.

-Sí, soy su novia. ¿Él está bien? 

-Todavía lo estamos tratando, pero está fuera de peligro. No se preocupe, dentro de unos minutos podrá verlo; quizá en una hora- Me informó mientras anotaba algunos datos en su libreta.

En ese momento, un gran alivio vino hacia mí. Me senté repentinamente o, mejor dicho, me caí encima de la silla. Estaba exhausta, al menos mi cuerpo no respondía como quería. Mi cabello me caía por los costados de mi rostro, llegando a tocar mis mejillas. Me apoyé sobre mis piernas y junté mis manos encima de estas. 

(...) 


Luego de tanta espera, pude verlo. Por fin podía como se encontraba. Pero...

-¡Leonard, tu ojo!- Exclamé mientras me tapaba la boca sorprendida. Él me dio una media sonrisa de labios cerrados, como si sarcásticamente quisiera decirme que ya lo sabía. 

Claro, que estúpida. Él más que nadie debería saberlo. 

-¿Hace cuánto tiempo estás aquí?- Preguntó sosteniendo mi mano. Lo miré por unos segundos, intentando analizar todo lo que estaba pasando- ¿Vanya?

-¿Ah? Eh, creo que sólo fueron unas pocas horas. No te preocupes- Le respondí fortaleciendo nuestro agarre. Me senté en el pequeño sillón que se encontraba al lado de la camilla y, luego de unos minutos, Leonard cayó rendido en su almohada. 

Lo examiné detenidamente: cada mancha de su piel, cada pequeña arruga que se encontraba en el contorno de su ojo izquierdo (el que aún tiene), cada mueca de su boca, cada cicatriz... Todo en él se había convertido en algo... extraño. Algo se había vuelto extremadamente extraño. Pero no sé qué puede ser. 


Narra: Tatiana. 


YO POR TI, TÚ POR MI (cinco y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora