Capítulo 47: Quien mejor guarda secretos, parte X.
Las Llaves.
Dos días después, Paris y Hannia volvieron de su misión, así que todos fuimos hasta la sala de reuniones del 5to piso para discutir lo que cada uno había averiguado. En cuanto a Ale y Katia, quienes se habían encargado de interceptar a Lucía Amser para tratar de hacer que ella les dijera el paradero de Yanis Lizardi, las cosas no salieron del todo satisfactorias.
—En realidad, el señor Lizardi estuvo en Mellón, en el cuadrilátero, viendo la pelea, cerca de nosotros —dijo Ale con aspereza—. Pero para cuando Amser se dignó a decírnoslo, el señor Lizardi ya se había marchado.
—Bueno, pero les habrá dicho dónde pueden encontrarlo ahora, ¿no? —inquirió Dalila.
—Dijo que hablaría con él —respondió Katia con voz apagada.
—Tratará de convencerlo de que al menos nos escuche —agregó Ale—, si él acepta, entonces ella nos contactará para decirnos dónde encontrarlo, pero no será algo inmediato, ella tiene mucho trabajo, no puede perder tiempo convenciendo al señor Lizardi de ver a personas que no se le da la gana ver, en especial cuando sabe que queremos su ayuda y ya antes se la había negado al señor Ignacio.
—Así que, ¿solo podemos esperar? —cuestionó Paris luego de resoplar.
—Así es.
—Pero nuestro viaje a Mellón no fue inútil —dije con seriedad—. Mientras daba un paseo, me topé con un hombre llamado Eider, un antiguo miembro de REVENISH.
El señor Alan dejó caer su mandíbula—. ¿Qué te encontraste con Eider?
—¿Qué es esto? ¿Alan no pronuncia con desprecio el nombre de un antiguo miembro de REVENISH? —se burló Emily.
Él arrugó las cejas con enfado—. Eider es diferente, él fue manipulado por Tahiel para que se fuera a su lado, además de que mi papá. —Bajó la mirada con una expresión extraña en su rostro.
—¿Además de que qué? —preguntó el abuelo de Dalila.
—Además de que yo quería utilizar a Eider como una mera arma desechable —contestó el señor Guilmer—. Eider tenía un poder inmenso, igual al de Tahiel, podía transformar sus manos y piernas en unas poderosas y afiladas garras negras, también adquiría una fuerza y velocidad increíbles, pensé que podría usarlo como mi fuerza de ataque principal, y debido a que él había vivido encerrado toda su vida, era bastante salvaje...
Miré de reojo a Dalila, pensando que quizás ella se tomaría mal lo que pensé que estaba por decir el señor Guilmer, y pareció que ella también pensó lo mismo, porque, aunque mantuvo su habitual cara inexpresiva, endureció la forma en la que lo miró.
—... debido a eso, pensé que me sería fácil no pensar en Eider como un aliado —continuó el señor Guilmer—, en su lugar, quise verlo como un animal salvaje al que podría domesticar, lo entrenaría para que matara a todos los enemigos que pudiera hasta que lo mataran a él, y entonces enviaría a los demás a acabar con los restantes.
La atmósfera en la sala se tornó muy pesada, el señor Alan parecía avergonzado por actitud que su padre tuvo alguna vez; el abuelo de Dalila estaba anonadado, me pareció que él no podía creer que el señor Guilmer pudiera tener ese lado tan insensible; los gemelos también parecían idos, siendo que veían al señor Guilmer como un abuelo, le tenían mucho cariño y lo admiraban en secreto, tenían una imagen heroica de él, por lo que estuvieron muy decepcionados en ese momento; Dalila, Ale y Hannia lo miraron con cierto reproche; y en cuanto a Emily, Katia, Leonardo, Paris y yo, nos quedamos inmóviles en nuestros asientos, sin saber a dónde mirar debido a la incomodidad.
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Ojos Color Violeta.
General FictionEn un mundo en el que existen algunas personas con habilidades sobrehumanas, Dalila Eisenhide nació con el poder de distinguir a las personas comunes de quienes tienen esas habilidades, y por razones desconocidas, es apresada dentro de su propia cas...