Capítulo 76: La guardiana del escondite de un Dios, parte VI.
Él construiría un universo paralelo.
Luego de que Esteban y Oliver se calmaran otro poco, regresaron a la escuela y salieron rápidamente antes de que cerraran la puerta de la entrada, al final Oliver aceptó ir a la mansión Eisenhide, aunque antes pasaron a la tienda porque él quería comprarle unas galletas de chispas de chocolate a Ignacio, y más tarde, luego de entregarlas, ambos amigos subieron a la habitación de Esteban para tener una larga plática de varias horas en la que contaron sin miedo a ser juzgados los tormentosos pasados de cada uno.
El primero en hacerlo fue Esteban, se tomó su tiempo para contarle todo, desde saber que su padre lo odiaba, saber que su madre murió cuando lo parió y de ahí el origen del odio de Ignacio, la muerte de Matilde, las horas en donde aprendió de la sabiduría de Lewe, el más tortuoso año de su vida viviendo con los Cano Vidal, cómo terminó por matar a Hana para huir y cómo eso lo llevó a conocer a Selim, para al final no haber podido evitar que muriera a causa de un resfriado.
—Ahí en el hospital, Ignacio me encontró, y entonces regresé acá —finalizó Esteban desde su cama y volteó a ver a su amigo, quien estaba sentado en la silla de su escritorio—. Y eso es todo.
—Vaya... tenía la impresión de que tu papá era del tipo cariñoso porque parece estar bastante al pendiente de ti, pero ahora veo que... uhm. —Se rascó la cabeza.
—Se siente culpable conmigo, eso es todo. Por mucho tiempo puse toda la responsabilidad de la muerte de mi tía sobre mí, pero también fue culpa de Ignacio.
Oliver asintió—. Él fue quien empujó a tu tía a liberar tu poder.
—Exacto, pero su arrepentimiento no sirve de nada ahora, a menos que él consiga una forma de traer de vuelta a mi tía Mati, yo ya he perdido por completo el interés en él. Aunque —, se enderezó de la cama y saltó para correr a buscar el libro que escribí, oculto en un cajón de su armario, luego de tenerlo en sus manos caminó hacia Oliver y se lo dio—... léelo.
—¿Qué es? —preguntó luego de tomarlo y miró curioso la hermosa portada que mi nieto Paul pintó a mano.
—Léelo y ahorita te explicó —dijo levemente emocionado, lo que hizo sonreír a Oliver.
Luego de unos 20 minutos, Oliver cerró el libro y miró a Esteban—. Wow, espera, hay muchas cosas que quiero preguntar... primero, entonces, tu eres descendiente de la señora que escribió esto, ¿no? —Esperó a que Esteban asintiera con la cabeza—. ¿O sea que tu familia fue la causante de que las personas comenzaran a nacer con poderes?
—Sí, aunque como ya leíste, existe por ahí un universo paralelo en el que jamás existieron.
Oliver se rascó la cabeza—. Pienso que habría sido genial que ni tú ni yo hubiéramos nacido con estos poderes, pero... si los poderes jamás hubieran existido, me pregunto cuántas cosas habrían cambiado, por ejemplo, a lo mejor de haber sido así, mis papás no se hubieran enamorado, y por ende yo ni siquiera hubiera nacido, o quizás se hubieran enamorado, pero se hubieran conformado solo con tener a Benny.
—¿Qué tienen que ver los poderes con que tus padres solo hubieran tenido un hijo? —preguntó arqueando una ceja.
—El poder de abrir portales a otras dimensiones ha sido heredado a lo largo de las generaciones en la familia Binder al segundo hijo, siempre, por eso los Binder estamos obligados a por lo menos tener dos hijos. Cambiando de tema —, bajó la mirada hacia el libro—, ¿realmente existe una persona capaz de conceder deseos?
—¡Existe! —Se enderezó una vez más de la cama y miró con emoción el libro que escribí—. Antes te dije que mi tía y yo buscamos una forma de deshacernos de mi poder, pensé que podría hacerlo si encontraba a la Llave y ésta me concedía el deseo de quitármelo, pero... como ya leíste, la Llave tendría que morir para poder conceder deseos. —Agachó la cabeza a la vez que la emoción de su rostro era reemplazada por su habitual seriedad—. Mientras investigaba con mi tía sobre las Llaves, descubrimos que hubo dos Llaves en nuestra familia.
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Ojos Color Violeta.
General FictionEn un mundo en el que existen algunas personas con habilidades sobrehumanas, Dalila Eisenhide nació con el poder de distinguir a las personas comunes de quienes tienen esas habilidades, y por razones desconocidas, es apresada dentro de su propia cas...