cap 2

1.2K 178 7
                                    

Abrió los ojos con pesadez, las paredes eran blancas y la iluminación muy fuerte, su cuerpo dolía y se sentía muy débil.

Los recuerdos de la noche anterior regresaron a su cabeza, haciendo que un sentimiento de angustia y desesperacion se apoderarán de su cuerpo y antes de que empezará una crisis nerviosa, una enfermera entró a la habitación para tranquilizarlo.

—¡Soorim! ¿Cómo esta ella?—se apresuró a decir con algo de dificultad.

—Lo lamento mucho joven Bang, su novia no logró sobrevivir al accidente.—admitió apenada.

Aquello fue como un golpe fuerte en su interior, como si todo perdiera sentido de repente.

Quería verla, no podía desaparecer de esa forma, no tenía que ser así, tan sólo hace unas horas la había visto sonreír, ella tenía que seguir con vida, no había forma de que se la arrebataran así ¿por qué todas las personas a su alrededor lo dejaban solo?


[...]


Su estado era totalmente deplorable, simplemente no era él mismo de antes, y tampoco tenía quien se preocupase por él en esos momentos, estaba solo, sin motivación para salir.

Inundándose en los recuerdos de su amada, necesitaba verla de nuevo, su hermosa sonrisa, sus brillantes ojos, su preciosa voz, sus constantes mimos y caricias, aquellas que tanto amaba sentir.

Aún creía en la posibilidad de que ésta pudiera entrar por la puerta de su habitación para regañarlo por haber dormido hasta tarde, en verdad la necesitaba, pero visitar su tumba era algo difícil para el.

Aunque ahora consideraba que si seguía de esa forma terminaría en el mismo destino, no era del todo desagradable, pero el sabía que Soorim no abría querido eso.

Así que con toda la fuerza de voluntad se levantó de su inmundicia y fue a ducharse, quitándose toda las lágrimas derramadas en su cuerpo con ayuda de una ducha tibia, vistiendo el mejor atuendo que encontró en su olvidado armario, usando el mismo perfume que a Soorim tanto le gustaba, quiso sonreír ante su imagen en el espejo, pero el sabía que no tendría ningún significado.

La luz iluminó su rostro y las gotas de lluvia tocaron su piel, importándole poco.

Avanzó hasta su nuevo vehículo, teniendo una mezcla de recuerdos al tomar el volante.

Las sepulturas más altas en el camposanto comenzaban a proyectarse en su camino, dejándole una sensación desagradable, al final todos a los que amaba terminaban en este lugar.

Caminó por la entrada del paisaje, flores de distintos colores adornaban las lápidas a su alrededor, mientras éste caminaba
seguro hasta llegar la tumba de su amada.

Llegó con unas hermosas flores de gardenia, tomando en cuenta que esas eran sus favoritas, no sabía que decir, si bien no había tenido la oportunidad de despedirse, ahora no quería hacerlo.

—Soorim, yo... t-te extraño.—sin poder evitarlo algunas lágrimas comenzaban a inundar sus ojos.—Daría lo que fuera... por volver a verte, por favor... regresa conmigo.—sollozaba.

—La amabas mucho, ¿no es así?—escuchó una voz masculina detrás de él, su cuerpo volteo con confusión encontrándose con un hombre de abrigo.

—¿Quién eres?—preguntó sin poder ver su cara cubierta por un paraguas.

—Soy Kim Seungmin, tú debes de ser Christopher.—explicó elevando su sombrilla dando a conocer rostro.

El pelinegro abrió los ojos con sorpresa, algo en su interior reaccionó eufórico, era cómo si fuese una especie de sueño.


¡No puede ser tan idéntico!

No soy ella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora