Hace varias horas que el mayor se marchó de la casa de Seungmin, había estado muy normal hasta ahora, pero sentía un gran vacío, el silencio en su habitación era deprimente.
Jamás tuvo amigos, toda su vida se basaba en leer libros y meditar sobre si mismo, Soorim había complementado todo ese espacio por un gran tiempo, estaba bastante acostumbrado a ella, pero su partida solo provocó que esté se cerrará aún mas en su burbuja.
La llegada de Seungmin hizo que tomara otro rumbo, y si bien tenía problemas al estar comparándolo constantemente con su difunta novia, este había logrado sacarlo de su zona de confort y hacerle sentir bastante cómodo con esto.
Pero había un detalle, no podía hacerlo solo, necesitaba de la compañía del menor para tomar la valentía de salir de su habitación y sabía que eso no estaba bien, su vida era tan monótona y Seungmin era alguien bastante sociable y carismático con los demás, totalmente diferente a él, pero aún así existían demasiadas cosas en común entre ellos.
El inexistente ruido en su habitación estaba provocando que su cuerpo perdiera motivación.
¿Volvería a encerrarse entre sus muebles?
¿Recordaría el exterior solo a través de sus libros?
Antes de que su cabeza se llenara de todas estás preguntas, el glorioso instrumental que tenía de tono en su celular comenzó a sonar provocando que esté saltará hacia el para responder.
—Channie, soy Seungmin.—no podía explicar la tranquilidad que sentía al oír su voz.—Olvidaste tu chaqueta en mi sala.—puede que se le haya "olvidado" intencionalmente pero no sé esperaba que le llamará tan pronto.
—Lo siento, iré a recogerla.—se apresuró a decir.
—No hace falta.—añadió.—Estoy en frente de tu puerta, y si no es molestia quiero quedarm-
La llamada finalizó inesperadamente después de que el mayor corriera hasta la puerta para recibir al castaño.
—Puedes quedarte Seungmin, siéntete como en casa.—manifestó obteniendo una adorable sonrisa del contrario.
—Traje una película, espero y te agraden las de terror.—añadió mientras se adentraba con confianza al interior.
—Soy todo un aficionado.—admitió.
—¿Hablas en serio? ¿Dónde has estado todo este tiempo? Ninguno de mis amigos quiere ver estás películas conmigo, siempre tengo que verlas solo y aveces me cago del miedo.—comentó divertido.
—Pondré a calentar fideos instantáneos.—avisó perdiéndose en su cocina.
El castaño se acomodó en el sillón mientras averiguaba como usar el reproductor DVD, de pronto su móvil comenzó a vibrar alertando una llamada. Liberó un largo suspiro al ver el nombre en la pantalla.
No puedo seguir con esto
Su buen humor se esfumó en un par de segundos, ahora sólo le molestaba la conciencia y no podía estar tranquilo por esto.
El mayor regresó a la sala con una media sonrisa, el castaño intentó poner su mejor expresión para mantener el ambiente pero poco le sirvió.
—¿Sucedió algo?—preguntó éste.
—Channie... tengo que decirte algo.—soltó, no estaba seguro de tener el valor de hacerlo.
—Te escucho.— añadió, el menor estaba apunto de hablar pero el sonido de el microondas interrumpió su declaración.—Deben de ser los fideos, ya regreso.
No puedo.
¿Qué es lo que estaba haciendo?
El mayor regresó con los platos en una charola y los colocó en la mesa mientras se sentaba al lado del castaño.
—Bien, ¿qué es lo que querías decirme?—preguntó curioso.
—Olvídalo, es algo insignificante.
El mayor no muy convencido decidió no insistir y puso play a la película.
No quiero que me odies.
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No soy ella
FanfictionCuando Christopher vió a Kim Soorim quedó encantado a primera vista, y cuando tuvo la oportunidad de conocerla se sintió plenamente enamorado. Todo era como un sueño, ambos se amaban y parecían tener planes de vivir la vida juntos, hasta que un fat...