Grimm (Sterek)

Capítulo 5 - El flautista de Hamelín

"Saliendo de las puertas, ventanas y alcantarillas, ratas de todo tamaño, todas tras el flautista"

- El flautista de Hamelín

La llegada de Nick había sido un poco caótica, este le había insistido en que para saber más sobre lo que eran y cómo serlo debían irse a Portland, la ciudad del Grimm. Stiles se había negado rotundamente, en ese pueblo tenía a su padre, a su novio y su trabajo, así que no lo abandonaría. Los entrenamientos habían sido duros, Stiles no mentía en eso, y ni siquiera sus capacidades mejoradas podrían ayudarlo. Por el mismo motivo, muchas noches cuando llegaba a su trabajo se quedaba dormido en el sofá de Derek unas horas. Siendo el lobo muy comprensivo con su situación y no bajándole el sueldo por las horas no trabajadas.

Esa noche, en cambio, era diferente, ya que Nick había tenido que ir a un sitio, por lo tanto, no hicieron ningún tipo de entrenamiento. Al entrar al despacho Derek lo miró con los ojos entrecerrados, tanta energía era rara en su novio en las últimas semanas. Stiles se acercó, sentándose en el regazo y besando los labios de este.

- ¿Has podido dormir siesta o estás drogado?- Preguntó Derek con cuidado, Stiles resopló enfadado pegando en el pecho.

- Nick se ha ido, no hemos entrenado.- Derek asintió rodeando la cintura de este para acomodarlo y seguir trabajando.

Stiles se quedó un rato ahí, observando como Derek tecleaba en el ordenador mientras el murmullo de la música se colaba en el despacho. El ruido del teléfono de su mesa le hizo resoplar antes de liberarse del agarre del lobo y sentarse ahí para responder. Al descolgar se encontró un ruido siniestro al otro lado, Stiles saludó esperando que alguien respondiera, pero simplemente colgaron. Stiles suspiró cansado, comenzando a contestar los correos que tenía pendientes.

Con lo que le enseñara, Nick podía hacer una gran labor en el pueblo, no tanto la que él hacía en Portland, sino que podía ayudar a los Wasen sin matarlos, hacerles ver que no todos los Grimms eran cazadores. De detenerlos y matarlos ya se encargaba su padre, Beacon Hills no necesitaba otro Grimm sanguinario, sino uno diferente.

La noche pasó tranquila, nadie interrumpió en su despacho, ni se escuchó jaleo en la pista de baile. Así que cuando las luces se encendieron y todos se fueron de allí, Stiles esperó a Derek para irse a su casa esa mañana. Le daba igual que Nick estuviera ya en su casa, ese día no habría entrenamiento, necesitaba pasar tiempo con Derek. El lobo le sonrió rodeando su hombro y vio como el Alpha se despedía de todos sus lobos, recordándoles que lo avisaran cuando llegaran a casa. Derek volvió a apagar las luces y cerró todo a cal y canto antes de caminar con Stiles hacia el Camaro.

- ¿El grimm no me matará por secuestrar un día?- Preguntó Derek encendiendo el motor mirando divertido al chico. Este resopló poniéndose el cinturón, mirándolo divertido.

- Yo te defiendo si eso pasa.- Dijo Stiles ganándose una risa del lobo, Derek los llevó hasta su loft, que para suerte de ambos quedaba lo suficientemente alejado del pueblo para que nadie les molestara, ni Nick, ni Noah, ni nadie.

Al llegar Stiles se detuvo mirándolo con el ceño fruncido, había un suave murmullo que le estaba molestando en su audición, que sabía por el Grimm que había mejorado, era como pequeños chillidos junto a pasos rápidos.

- Creo que tienes ratas en el loft.- Dijo Stiles caminando hacia dentro, Derek lo miró ofendido. Algo que este estaba orgulloso de su casa, era que a pesar de que parecía estar a punto de caerse a cachos, la mantenía limpia y libre de plagas.

- No, no tengo.- Dijo seguro de Derek mientras llamaba al ascensor, Stiles levantó su ceja ante la seguridad de este. El grimm simplemente señaló su oreja para que el lobo escuchara con atención. Al hacerlo, y suprimir el corazón de Stiles de su atención, se dio cuenta de que era cierto, podía escuchar muchos pequeños corazones, junto a pasitos y ruidos.- Mierda, sí tengo ratas.- Dijo pulsando el botón para subir a su planta.- Llamaré a un exterminador, no pienso dormir con esos bichos por aquí.- Stiles se rio saliendo del ascensor y entrando a la cocina, se preparó un vaso de leche caliente antes de sentarse en el sofá escuchando a Derek discutir con el exterminador.