capitulo 17

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Eran las dos de la tarde cuando Minjeong llegaba de la universidad, entró a su depa y gritó:

—¡Jimin, Aeri. Ya llegué!—.

Subió las escaleras y abrió la puerta de su habitación.

Ahí estaba la Jimin, echada en la cama chingandose una bolsota de Cheetos con la tele prendida y brazo todo tieso.

—Me sorprende la rapidez en la que tomas confianza—.

Está no despegó la mirada de la pantalla. —Solo soy así contigo, Yeji y a veces Aeri—.

Minjeong se acercó y se quitó los zapatos. —Deja de comer eso—.
Se acostó a su lado. —Compré pollo asado—.

Había pasado una semana desde que la pendeja de Jimin se había chingado el brazo.

—No es por mala onda, pero—. Dijo Jimin al ver a la japonesa bajando las escaleras en calzones. —¿Cuando se irá Aeri?—.

La rubia rió.
—¿Por qué lo preguntas?—.

—Pues siempre está aquí desde que llegué—. Comentó. —¿No tiene casa o qué?—.

Está siguió riendo. —Aeri vive conmigo—.

—Minjeong, ¿Compraste del frito?—.
Dijo la menor.

Está asintió sin parar su risa.

Jimin se sentía confundida y apenada.
Sentía que aún no conocía nada de Minjeong.

"¿Y si solo quería atención y no estoy enamorada?". Pensaba mientras se comía el pollo.

Vió a la rubia y sus pensamientos se adueñaban de su atención.

Pasaron los días y ese pensamiento seguía ahí, lo cual provocaba un sentimiento de culpa a Yoo.
Como doña espantaviejas jamás había atraído a una, pensó que esto no había sido natural o real so quiera.

—¿Jimin?—. Dijo una recién levantada Minjeong. —¿A dónde vas?—.

Esta estaba parándose de la cama y poniéndose los zapatos con una mano.

—Jimin, te estoy hablando—.

Está la seguía ignorando.

"Parece morra de dieciséis años, ¿Qué le habrá pegado?". Pensaba.

Total, Jimin se fué a encontrarse consigo misma.

Tanto tiempo libre le había causado pensar de más.

Salió a pasear un rato, eran las seis de la mañana y el sol apenas estaba saliendo.

Al chile Jimin no sabía ni que hacía ahí, ni conocía el lugar porque estaba en la colonia de Minjeong, pero ahí andaba.

Pasó por un Oxxo porque era lo único que estaba abierto y se compró un jugo de mango con unos pingüinos.

Fue a un parque que estaba ahí cerca y se sentó en una banca.

"¿Qué hago aquí?". Pensó mientras abría sus pingüinos con los dientes.

Vió a una señora llegar con un carrito, era la señora que vendía tamales.
Jimin la conocía, días antes Minjeong la llevó para cenar unos.

Los niños empezaban a entrar a la escuela, eran ya las siete y pico.

"Que bueno que ya me gradué de la secundaria. Me cagaba". Tomó su jugo.

Mientras en el departamento de Minjeong y Aeri.

—¡Aeri!—. Llegó la mayor a irrumpir la habitación de esta.

—¿Qué vergas quieres?—.

Lógico que se enojara, eran las siete de la mañana y ambas tenían el día libre.

—Jimin desapareció—.

Aeri rodó los ojos. —Seguro fue al Oxxo, ¿Yo que sé?—. Volvió a la cama.

—Aeri, hablo en serio. Estaba rara cuando se fue—. Dijo preocupada.
—Ni siquiera me habló a pesar de que yo lo hiciera—.

Está la miró, hacía mucho no la veía así. —Mándale mensaje, ¿Trataste de marcarle?—.

La mayor ya andaba sollozando cuando la japonesa le dijo.

En chinga se paró y fue corriendo a su cuarto.

Tomó su celular y marcó.

Espero unos segundos hasta que se escuchó "Gee" de SNSD.

Suspiró y se tapó la cara. —Chingada madre, Jimin—.

Jimin andaba paseándose por las calles veía una vagabunda tatuada, unos gays besandose fuera de una preparatoria, la novia de Yeji asaltando alguien y demás cosas.

Para esto ya habían pasado tres horas desde que salió.

Vaya que necesitaba salir.

"Yo creo que no me gusta Minjeong, solo me gustan sus chichis". Pensó.

Iba caminando de un lado a otro, ya ni se acordaba para que había salido.

Pasaron otras cuatro horas, los niños que había visto entrar a sus clases empezaron a salir.

—Oiga, doña ¿Sabe que hora es?—.
Preguntó un morro más joven que Jimin.

"¿Doña?, Tengo diecinueve". Frunció el ceño, pero no le dió importancia.
—Espérame—. Buscó su celular y se dió cuenta que no lo tenía.
—Perdón, no sé—.

El niño se fué, pero Jimin se asustó.

No sabía donde estaba, tenía un brazo tieso y ya no tenía dinero ni su celular.

"Chingada madre, debí haberme quedado con Minjeong".

Jimin se quedó en una esquina sentada en la calle. "A lo mejor y me dan dinero por mi brazo".

Cinco citas [Winter x Karina] •Aespa• Donde viven las historias. Descúbrelo ahora