Después de un corto recorrido en el vocho de la pelinegra, ambas llegaron a su destino. La feria de Cepillín.
Era un parque de diversiones chiquito, juegos mecánicos, heterosexualidad, vendedores ambulantes, niños corriendo y muchas luces.
Ya eran las siete y empezaba a anochecer.
Los camarógrafos ya habían llegado minutos antes para grabar todo lo que ocurriera.
—Mira, Minjeong—. Señaló la más alta. —¿Quieres una?—.
Está asintió, era una señora vendiendo manzanas acarameladas en un palito.
Jimin compró dos, una para cada una.
Se gastó toda su beca ese día.
Mientras caminaban se comían sus manzanas y hablaban de cosas triviales.
—¡Ya! No te burles de mi—. Exclamó la rubia.
—¿Es que cómo pudiste llorar cuando Zayn dejó One direction?—. Dijo Yoo entre risas.
Minjeong le dió un suave putazo en el hombro. —Deja de reírte, me da pena—.
Jimin sintió sus mejillas calientes, la rubia se veía increíblemente tierna enojada. —Ya, se supone que la penuda aquí soy yo—. Abrazó a Kim para que no viera su sonrojo.
Está se quedó congelada en los brazos de Jimin, era tan cálido ese abrazo, era sincero. "Dios, Jimin hueles a Cheetos". Pensó cuando olió al poste con patas, pero le resto importancia, lo creyó divertido e inocente.
Al instante Jimin se separó y desvío su mirada pues al no tener nada de experiencia en esas cosas se emocionaba por cualquier cosa.
—¿Por qué me sueltas? Tengo frío—.
La pelinegra se quedó pensando un segundo. —Ya sé, toma—. Jimin traía puesta una bufanda, digo traía porque se la quitó para poder ponérsela a su cita.
Minjeong jamás se había sentido así de sumisa, sentía que estaba en un sueño. Un poste con patas, toda greñuda y con olor a Cheetos le estaba protegiendo del fuerte frío.
"Cálmate, Minjeong se te sale lo gay y apenas es la segunda cita". Se dijo a si misma mientras veía la sonrisa que le ofrecía la pelinegra.
—¿Mejor?—. Preguntó Jimin.
Está asintió.
Siguieron caminando hasta que se acabaron las manzanas y tiraron los palitos.
Vieron un juego donde te podías ganar un peluche y tirabas todas las botellas que estaban en el puesto.
Jimin miró a su cita y puso en juego todas las técnicas de enamorar a una chica en todas las películas de romance que había visto.
—Te conseguiré un pato—. Tomó la mano de esta y la guío al puesto.Minjeong estaba extasiada por la confianza que había agarrado la pelinegra, así le gustaba más.
—¿Pero puedes pedirlo tú?, Es que me da pena hablarle al señor—. Dijo Yoo escondiéndose detrás de la rubia.
Está rió y asintió, pidió la oportunidad y hasta pagó con el dinero de Jimin, no dejaba de insistir en esto.
Agarró la pelota y suplicó en su mente por poder tirar esas pinches botellas.
Suspiró, miró las botellas y lanzó su pelotita.
Minjeong miró nerviosa a Yoo, estaba casi temblando y Minjeong entendía el porque. No sé conocían de hace mucho, pero sabía que está era demasiado tímida.
—¡Lo hice!—. Gritó como nunca la pelinegra.
Había tirado todas y cada una de las botellas al suelo. Miró a Kim y en chinga la abrazó y hasta la cargó en sus brazos de lo emocionada que estaba por su logro.
Está estaba riendo por la ternura que le generaba conocer ese lado de la azabache.
—Felicidades, aquí está su premio—.
El don le pasó un peluche de un perrito blanco y algo de gris.—¿Qué pedo con este lobo?—. La rubia miró raro el peluche que tenía
—Es un Husky siberiano—. Dijo Jimin riendo. —Se parece a ti—.
Siguieron jugando entre ellas hasta que Minjeong viera un juego acá bien extremo.
—Jimin, ¿Podemos?—. Señaló el juego.
Está estaba esperando que a Minjeong también le dieran miedo esas cosas, no quería subirse a nada que tuviera que ver con los juegos mecánicos, le daban tremendo pavor.
Asintió, pues un culo la movía más que cualquier miedo.
Minjeong se veía muy emocionada por subirse así que no iba a quitarle esa emoción.
Ambas se formaron en la fila (evidentemente).
Jimin estaba mordiéndose un labio para tratar de calmar sus nervios.
Minjeong la vió y se preocupó, ¿Que estaba viendo?. Miró a la dirección de la vista de la más alta, era una de las encargadas del mantenimiento del juego.
Está frunció el seño. "¿Por qué esta viendo a esa pendeja en lugar de a mi?". Pensó mientras apretaba su nuevo peluche.
La rubia se acercó un poco más a la pelinegra para tratar de llamar su atención. Lo cual consiguió, se asustó al sentirla casi casi encima de ella.
Cuando llegó su turno ambas se subieron al mismo carrito.
Era una atracción de carritos que daban chingos de vueltas en su mismo eje.
Nomás empezó el juego y Jimin se empezó a sentir de la verga, se estaba mareando y muriéndose del miedo.
Mientras Minjeong la estaba pasando bomba, gritaba y toda emocionada movía a Jimin por sus hombros.
"Puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre". Pensaba Jimin con los ojos cerrados.
Cuando el juego paró estás se bajaron.
Minjeong toda alegre pidiendo ir a otro juego y Jimin apenas pudiendo caminar.
—Mi-Minjeong—. Tartamudeo antes de agarrar el sombrero que traía puesto y.. pues ya saben, vomitar en este.
Minjeong se quedó tiesa, no pudo ni reaccionar a lo que está pendeja había hecho.
Pero no dijo nada, espero a que Jimin terminará.
—Perdón—. Dijo en voz súper bajita, toda la confianza que tenía había desaparecido completamente por la vergüenza que había pasado.
Fueron a los baños y Jimin entró sola por petición de ella misma.
El sombrero claramente había quedado en la basura.
—¿Estas bien?—. Preguntó la rubia cuando vio salir a su cita del baño.
Está asintió y con pena preguntó:
—¿No estás molesta?—.
Asintió. —¿Por qué no me dijiste que estabas enferma?—.
—No es eso—. Jimin negó con la cabeza aún mirando al piso. —Es que me dan miedo—.
—Babosa, ¿Por qué no me dijiste?—.
Jimin se sorprendió ¿No estaba enojada por su sombrero?.
—Si me hubieras dicho nos hubiéramos quedado con los puestos de comida o juegos menos extremos—.
—Lamento lo de tu sombrero—.
—No te preocupes, Jimin. Es normal el miedo, solo quiero que me digas cualquier cosa que pienses. Puedes confiar en mí ¿De acuerdo?—. La miró a los ojos.
—Esta bien—.
Se fueron del lugar y mejor regresaron a la casa de la rubia, fue por petición de Jimin. Ya había pasado suficientes penas ese día.
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Cinco citas [Winter x Karina] •Aespa•
Fiksi PenggemarUn reality de amor, cinco citas y dos lesbianas urgidas.