Capítulo 3.

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Lucía.

Comienzo a sentirme incómoda, me deslizo dentro del agua y tardo un poco en salir, cuando salgo y llego al otro lado, me sigue mirando, vuelvo hacia Louis y se inclina mirándome.
-Dime loca o...-
-No estás loca, si te está mirando.-Ambos miramos de nuevo, y el se dió la vuelta.

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Una semana después.

Salgo de mi última clase, y voy directo hacia la cafetería, los jueves salgo tarde, así que apenas llego a tiempo, firmo mi entrada y salgo a la barra mientras coloco mi mandil y mi gorra, coloco mi clave en la computadora y ahora lista para iniciar. Pasan dos horas, todo ca bien, estoy feliz.

-Hola, buenas tardes, ¿como puedo ayudarle?
-Dame un latte pequeño, frio.
-Un latte pequeño, frío-repito- ¿qué tipo de leche desea?
-la normal.
-¿la normal?, ¿leche enter- la señora me interrumpe de forma grosera.
-¡Si, niña, la leche normal!
-Perfecto- siempre hay clientes así- ¿a nombre de?...- tomo el vaso para escribir su nombre.
-Carolina, con "C". -resfirma.
-okey, serán 2.59 €.-extiende su tarjeta y paga.- puede esperar y en un momento estará listo.

Continuó tomabdo órdenes, un momento después, la misma mujer de hace unos momentos, empuja al siguiente en la fila.

-¡Disculpa!, ¿eres sorda o algo así?-levanta la voz.
-Lo siento, ¿hay algún problema?
-Sí, parece que para servir café deberías ser buena, pero ni eso logras, te pedí un maldito café con leche deslactosada, y me lo diste con leche entera, ¿te parece algo normal?
-Una disculpa, señora, pero usted ordenó leche normal, y yo volví a preguntarle si deseaba leche entera y dijo que sí.
-¿QUE ACASO TIENES UN RETRASO MENTAL? HABLA A TU MALDITO GERENTE, AHORA.- Jackson, el gerente viene al escuchar gritos mientras me pide alejarme, la señora se comporta muy grosera así que me alejé, estoy tranquila, la máquina guarda su orden, y su vaso también, ella cometió un error, y si lo hubiese pedido de una forma menos prepotente, podía arreglarlo cambiando su café. Unos minutos después, Jack llega y me llama a su oficina.

-¿estás bien?- pregunta mientras se sienta.
-Sí, sí- me siento confundida- solo, no entiendo su reacción.
-Sabes que pasa seguido.
-Lo sé, solo nunca me había pasado.
-Me alegra que no te hayas congelado... Entonces, ella pidió que, más bien, exigió que te despidieran...
-¿qué? Y estás... ¿pensándolo?
-Luci, sabes que no tengo en mi poder-
-¡Jackson! Sabes que necesito el empleo, no he terminado la universidad y no pueden contratarme en otro maldito lugar.
-El cliente siempre tiene la razón, Lucía.- quiero llorar, mi rostro comienza a temblar sin poder controlarlo, aprieto mis labios y asiento.
-Me estás despidiendo por un café, un solo error en tres años que he trabajado aquí, y eso no es justo.
-Pues pasar al final de la semana por tu ultimo pago, Luci.

El sigue balbuceando, mi cabeza no puede procesar ni una sola palabra, salgo de ahí, quito mi gorra y mandil colocándolos sobre la mesa, tomo mi mochila y salgo de la parte trasera.

-¡Lucía, regresa y hablemos!

Continuó caminando y salgo del lugar, ¿qué voy a hacer ahora?, ¿como mierda voy a pagar la escuela? Y peor, ¿cómo voy a pagar el tratamiento de mamá?...
Unos cuantos pasos después, alguien camina junto a mi, miro de reojo, volteo para mirarlo y es el mismo hombre de hace unos días en casa de Louis.

-Tu eres la chica de la piscina.- dio un trago a su café y yo me detuve.
-Y usted debe ser el tipo quien llamó a servicio.-el rie y asiente.
-Sinceramente, ¿crees usted que yo hablaría con alguien de servicio?
-Tiene razón-sonrío fingiendo gracia-lo siento, debo irme.

Camino hasta alejarme, no estoy de humor para hablar con alguien, diez minutos después, llego a casa, al entrar, veo a mamá sentada en el sofá con sus manos en su cabeza.

-Oye, ¿estás bien?, ¿qué pasa?- me acerco a ella y toma mi mano.
-Estoy bien, cielo. ¿Qué haces aquí?
-Luego te cuento, ¿necesitas algo?
-Estoy bien, solo una migraña, ¿qué pasó?- me levanto  y voy hacia la cocina.
-Me despidieron, pero es una estupidez, así que solo no me preguntes y cuéntame algo.
-oh, cariño... en el horno deje comida por si tienes hambre, pues nada...- suspira mientras toma la comida del horno- estuve cosiendo algunas cosas, solo que me.sentí algo mareada y dejé eso de lado.
-Que bueno que dejaste eso, no me gusta que fuerces tu vista... mamá, hoy un tipo me reconoció de un lugar y se acercó a saludar.
-¿y es guapo?- pregunta emocionada.
-No lo sé, es mayor.
-¿qué tanto?- pregunta curiosa.
-No sé, no le pregunté, pero es un hombre, mamá, un señor.
-es una lastima, si tu no lo quieres, podrías prestármelo- ambas reimos.

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Al día siguiente.

Subo al piso 27, camino hasta la puerta del apartamento de Louis. Veo una media en la manija, de nuevo el, tomo el elevador y subo a la azotea superior, me siento junto al borde, esto puede tomar un tiempo, media hora después en completo silencio, he pensado tanto en lo que será de nuestra vida ahora, el elevador suena, miro hacia las puertas, y el vecino de Louis, entra. Se detiene al mirarme, pero sonríe y continua su camino, consigo trae una cajetilla de cigarros junto con un encendedor, toma uno y lo coloca en su boca para después encenderlo. Unos momentos después, se acerca y se sienta junto a mi y extiende su cajetilla de cigarros, niego y sonrio.

-No, gracias.
-¿prefieres algo más fuerte?-solo me rio, el extiende su mano frente a mi- soy Niall Horan.
-Lucia Murphy.
-Bonito nombre- deja de mirarme y continua con su cigarro.
-Igualmente.
-Eres muy bonita, Luci.- y es cuando me siento incómoda, me levanto y tomo mi bolso.
-Gracias, debo irme.-llamo al ascensor vuelvo al piso 27, al llegar, la media sigue ahí, ¿si va a estar ocupado para que me llama? Me siento junto a la puerta y el ascensor se abre, Niall abre su puerta, justo frente a mi.

Neigbors- N. H. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora