Lucía.
Odio estar aquí, odio los hospitales, odio las salas de espera, odio el olor a cosas estériles, odio el piso de oncología. Sentada frente a un consultorio junto a más personas, algunos apenas inician su camino aquí, con esperanzas de que ellos o sus familiares sean de ese mínimo porcentaje en que las quimioterapias funciones, o desesperanzados, como yo. La puerta se abre, y el doctor Torres, que ha estado todos estos años con nosotros abre la puerta para mamá, por el rostro de ambos, deduzco, no son buenas noticias. Me pongo en pie y me despido de el doctor, mi madre entrelaza su brazo al mío y caminamos hacia la bodega para pedir los medicamentos que la nueva receta indica. Ninguna habla, solo silencio, como han sido estos 5 años desde que papá se fue.
Yo conduzco, es tarde y me esperan en la cafetería, un día más que llegue tarde y me despiden. Mamá me obliga a ir a la cafetería con ella, estaciona el auto y mientras yo firmo mi entrada y me preparo para servir en la barra, ella entra y se sienta en una mesa. Al parecer, la tarde está tranquila, son las 4:07 pm, pero esto se vuelve un caos después de las 7:00 pm. Me acerco con un vaso de agua para mamá y una tarta, su favorita.
-Gracias, Luci.- toma mi mano dando un apretón, yo me siento frente a ella.
-Deja de ocultarme las cosas, mamá.
-No te he ocultado nada, solo no te lo he dicho aún.- y calla de nuevo.
-¿Me lo vas a decir?- pregunto molesta.
-Es lo mismo de siempre- toma un trago de agua- bada ha cambiado, sigo igual.
-Mamá...
-No estoy mintiendo, Lucia. Vuelve a trabajar, no quiero que te despidan por mi culpa.Me levanto y vuelvo detrás del mostrador, la tarde pasa rápido después que mamá se va.
11:22 p.m. Hacemos el corte de caja y estoy saliendo para ir a casa y 10 minutos después, llego. Tiro mi bolso sobre el sofá, estoy exhausta, me siento frente al televisor mientrs reviso mi teléfono, tengo que ducharme, pero puede esperar. Me recuesto en el sofá, tomaré una siesta antes.
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-¡Es tarde!- me despierto solo por que mamá me llama. Me quedé dormida anoche, tengo que esta en la uni en 20 minutos, salgo corriendo hacia el baño y tomo una ducha rápida, 15 minutos después, salgo de mi habitación y mamá, que está sentada en la mesa, sube su mano extendiendo las llaves del auto.-llévalo, hoy estaré trabajando todo el día.
-¿Estás segura?- mamá asiente.
-Sí, conduce con cuidado.Llego 10 minutos después a la universidad, y vaya sorpresa, el profesor no llegará.
-¿Y entonces? Vamos a mi casa- Louis golpea mi hombro.Terminan logrando persuadirme, le aviso a mamá que estaré en casa de Louis, y es que siempre me invitan, pero nunca acepto. Louis vive con su hermana de 16, Sarah, ella me prestó un bikini, me quedaba diminuto, no.
-¡ya sal!- intenta apresurarme.
-Está muy pequeño, no voy a usar esto.
-Nadie te verá, solo seremos nosotros - asegura Sarah refiriéndose a las 10 personas que vienen con nosotros-iré a quitarle una camisa a Lou así te la pones encima hasta que lleguemos a la piscina,¿ si?.Asiento y la veo salir. Camino hacia el espejo enorme que está junto a su puerta, está muy pequeño, y soy consciente del cuerpo lindo que tengo, pero quiero que un pezon salga de su lugar, Sarah entra y me empuja.
-¡TE VES INCREIBLE!- lanza a mi cabeza la camisa de Lou- ojalá a mi me quedara así, bueno, ya vamos.Me coloco la camisa y Sarah toma mi mano, salimos del apartamento,subimos los 3 al ascensor, Louis, Sarah y yo.
-¿no conseguiste algo? - refiriéndose a la ropa, pregunta Louis.
-sí- interrumpe Sarah- solo está guardandolo para la piscina- el ascensor llega al ultimo piso, la azotea.
-Yo quiero verte- dice fingiendo inocencia.- pierdete enana.- empuja a Sarah apoyando su mano en su cabeza y ella se va. Louis empuja mi cuerpo de la cintura hasta el borde de la piscina y nos sentamos, coloca su tabaco en la boca y lo prende.- ¿por que no te quitas eso?-refiriéndose a su camisa.
-Porque aún no entro a la piscina.
-Nunca te he visto con algo más que no sean jeans.- y subieron volumen a la música, que era casi imposible entender lo que decían.
-Que mala suerte por ti- grito haciendo que me escuche, el mueve el cigarro frente a mi y asiento, lo acerca a mi boca y lo enciende.
-Lu, ¿cómo está tu mamá?- me mira y vuelve su mirada a los chicos.
-Está bien- asiento y el me mira sabiendo que no es así, no insiste, sabe que no me gusta hablar, quito la camisa de Louis sobre mi y me mira sonriendo. Las puertas del elevador se abren, uno de los porteros del edificio entras y se acerca directo al estéreo, baja el volumen.-Lo siento, los inquilinos se están quejando sobre el volumen excesivo, les pido de favor tengan consideración.-sale del lugar.
-¿quién mierda se queja? no se escucha nada en los pisos de abajo- dice sarah molesta.
-De seguro es el idiota de junto.-Louis responde, vuelve a colocar el cigarro en ni boca y lo prende.Miramos hacia el balcón y hay un hombre ahí, fumando un puro,no quita sus ojos de donde Louis y yo estamos.