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Llevo horas despierto, solo esperando una hora prudente para poder hacer que la chica junto a mi se vaya, su espalda desnuda, su cintura pequeña y sus enormes pechos fueron lo que me hicieron mirarla anoche. Llevo casi dos mese viviendo en este edificio, mientras mi divorcio se tramita, de un día a otro, es lo mejor que pude conseguir, y es un buen lugar, pero vivo junto a unos niños sin control.
08:52 a.m.
Me levanto de la cama tratando de ser torpe, entro a la ducho y unos minutos después aparece abrazándome por la espalda, doy golpecitos sobre su brazo t sin ser tan obvio, la separo de mi, doy la vuelta mirándola a la cara, ella- olvidé su maldito nombre- se acerca y me besa, pero la forma en la que me besa, no me gusta, quiere sostenerme, quiere hacerlo más romántico y yo quiero que se vaya, o tal vez aún no. Se separa y me mira mordiendo mi labio y entre sus mano toma mi -ahora- erección, yo tomo sus hombros empujándola hacia abajo.
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Termino de abotonar ni camisa, ella está cocinando, me acerco a la cocina y tomo una taza de café.
-¿ya te irás? Estoy preparando pancakes para que desayunemos juntos.
-amm- doy un trago a mi café- gracis, pero debo irme, tengo mucho trabajo.- me acerco a ella y doy un beso a su cabeza mientras me alejo- ¿puedes cerrar la puerta cuando te vayas? Gracias linda.
Salgo casi corriendo hasta el elevador, presiono la azotea superior y entro. Me apoyo al borde mirando la ciudad y enciendo mi puro. Escucho ruidos de alguna clase de música horrible y me apoyo al borde que da hacia la piscina y miro a esos imbéciles niños. Envío un mensaje y 5 minutos después, un empleado sube y al fin los calla.
Y solo puedo ver una cosa, ese diminuto bikini, observo mientras el chico que vive junto a mi apartamento, lo enciende. Ella se apoya a sus hrazos lo cual hace que su bikini se mueva de lugar, y aunque no expone nada, me gusta como luce. Ellos dos me miran, mantenemos contacto visual por un momento, pero lo único que se, es que voy a conocerla.
