treinta y siete

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Lisa's pov:

Jennie está corriendo de un lado a otro en la cocina, me ha picado unos trozos de manzana mientras me explica como se hacen las cosas, estoy anotando todo, sin embargo noto que evita hacer contacto visual conmigo y eso me pone de los nervios.

—¿Me odias? —pregunté rápidamente.— Es decir, ya no te gusto o algo...

Ella se giró hacía mi y pasó su mano por su cara secando la leve capa de sudor que tenía encima.

—¿Qué? —preguntó fingiendo no entender.

—Sí, me odias. —murmuré volteando el banco giratorio para darle la espalda.

—Lisa, no —no me giré.—. Hey —seguí sin girarme.—. Lili... Anda, linda.

—No.

—No entiendo por que Leo siquiera tiene mi apellido, es una copia ridículamente exacta de ti.

Leo llegó corriendo a la cocina con su plato de spiderman.

—¡Mami, manzana! —apuntó sonriente. Me observó y soltó su plato.— ¿Por qué nos enojamos? —preguntó en susurro cruzando sus brazos y poniéndose como yo.

—No nos enojamos, cachorro. —murmuré.

—¿Entonces por qué mamá está solita hacia ese lado y nosotros hacía aquí? —preguntó.

—Yo estaba hacia aquí, tu te haz colado. —murmuré.

—Pero yo te apoyo, mami. —murmuró.

—¿Pueden dejar de hablar como si no los escuchara? —preguntó Jennie desde el otro lado.

Ambos nos giramos dos segundos y volvimos a nuestra posición.

—¿Qué contestamos? —pregunté.

—No sé, dile que sus ojos son bonitos. —murmuró Leo.

—¿No estábamos molestos?

—Sí, pero es verdad —insistió Leo.—. Mamá dice que hay que ser amable incluso estando enojado.

—Muy cierto —me giré.—. Creemos que tus ojos son bonitos. —murmuré y Jennie pasó su lengua sobre sus labios.

—Gracias, pequeños. —murmuró apoyándose contra la encimera para observarnos mejor.

Volví a girarme.

—¿Y ahora qué, mami? —preguntó Leo.

—Ve y bésala.

—Sólo si luego la besas tú —murmuró y bufé.—. ¡No seas tramposa! —gruñó y yo asentí.

Él fue corriendo y estiró sus brazos. Jennie lo tomó en ellos y Leo dejó un beso ruidoso y lleno de saliva en su mejilla.

Luego se fue corriendo no sin antes levantar su plato y dejarlo en el lavabo.

—¡Te amo! —gritó Jennie y oí un delicado 'yo también' como respuesta.

Jennie caminó hasta mí y se puso delante mía. Tomó mi rostro y me besó cortamente en los labios.

—¿No me das otro? —murmuró.

—No —dije rápidamente.—. Debemos hablar.

—Lili...

—Basta, entiendo que no quieras formalizar, sólo no me alejes como si tuviese la peste, porque me duele —dije rápidamente.—. ¿Bien?

Me levanté molesta y caminé hasta el marco de la entrada a la cocina. Pude ver a Leo reír por las caricaturas mientras le enseñaba a Skate algunas. Sonreí.

Su risa es lo más hermoso que he oído en toda mi vida.

Jennie tomó mi cintura desde mi espalda y pegó su rostro a mi camisa.

—Lo siento... Entré en pánico —murmuró.—. Sabes que eres mi chica favorita...

Me giré y la observé fijamente.

—Repítelo, no te creo.

—Lo eres, Lili... Te lo prometo. Me gustas muchísimo y... Tienes razón, si tu vas a confiar en mí, yo confiaré en ti —murmuró antes de unir nuestros labios en un beso suave.—. ¿Quieres ser mi novia? —preguntó y asentí lentamente.— Yo quiero ser tu novia, pero... Con una condición.

—¿Cuál? —pregunté rápidamente. Ella sonrió arrugando la nariz y dejé un besito sobre ella.

—Quédate esta noche y duerme conmigo, quiero... Abrazarte.

Mi corazón se aceleró y me sentí muy nerviosa. Claro que quiero eso. Jennie me hace sentir como una adolescente teniendo su primer amor. Siempre es así con ella.

Tomé su cintura y besé sus labios. Asentí y luego escondí mi rostro contra su cuello.

—Me vas a volver loca, Jennie Kim... —murmuré.

—¿Por qué? —preguntó ella besando mi cabello y acariciando mi espalda con lentitud.

—Porque me encantas demasiado... No sé como manejarlo.

Y es verdad... Jennie me gusta demasiado, ella por completo es increíble, cada vez que veo todo lo bien que ha hecho con Leo, lo maravillosa madre que es y cada vez que hacemos el amor, la tengo cerca o siquiera pienso en ella no puedo evitar sentir que todo al fin va bien.

Jennie es... Jennie siempre fue la persona que más cosas me generaba. En todo el mundo.

Nadie jamás podría hacerme sentir lo que Jennie Kim provoca en mí.

Ella besó mi mejilla y luego mis labios aún aferrada a mi cuello. Tomé su cintura pegándola a mí.

—Te quiero. —murmuró.

—Yo a ti.

—Aw —escuchamos y notamos que Leo estaba frente a nosotras.—. ¡Yo también las quiero! —gritó emocionado abrazándonos.

Lo tomé en brazos y él se aferró a nuestros cuellos.

—Al fin tengo dos mamás —murmuró.—. Me hace feliz tener una familia completa.

Jennie sonrió y acarició su mejilla antes de besarlo.

—¿Carrera hasta el sofá? —pregunté y él asintió bajándose y corriendo.— ¡Eso es trampa!

—¡No, tú eres lenta!

Jennie me besó una última vez y sonreí como una estúpida.

—Ve. Luego nos besamos más.

[•••]

—Shh... —murmuré contra los labios de Jennie.—Va a oír tu risa.

Ella no dejaba de reír mientras me besaba sobre su cama.

—Sólo son besos... —murmuró ella hundiendo su lengua en mi boca.

Tomé su nuca y la acerqué más.

—Pero tú sabes como me ponen los besos. —susurré y ella asintió lentamente.

—Lo siento. Me gusta estar pegada tu boca... —murmuró.— Me gusta estar pegada a ti, Lalisa Manoban. Eres adictiva...

Sonreí algo nerviosa. Jennie siempre logra ponerme nerviosa.

—Me gustaba que fueses así cuando éramos novias. —murmuré.

—Somos novias, otra vez. Así que mi deber... Es ponerte nerviosa. —susurró volviendo a besarme.

Leo subió corriendo a la cama y se recostó en medio de ambas interrumpiendo el beso.

—¡Veamos la película de los Simpson! —gritó emocionado.

Ambas asentimos y Jennie se levantó a ponerle mientras Jake se recostaba en la cama y Skate subía sobre su lomo de un pequeño salto.

Leo apoyó su cabeza en mi pecho y Jennie se recostó del otro lado acariciando la espalda del pequeño.

Sonreí al sentirme tan... En familia. Ellos son mi familia... ¡Lo conseguí! ¡Triunfa el mal!

¿Disculpa? | Jenlisa G!P (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora