sesenta y uno

1K 126 14
                                    

Jennie's pov:

—Mingyu me llamó —murmuró Lisa.—. Se ha encargado de la cuenta del hospital.

—¿Qué? —pregunté rápidamente.

—Ya sé... Yo le he dicho que no era necesario y se lo pagaría, sin embargo... Me ha propuesto algo.

—¿Qué cosa? —pregunté rápidamente.

—Bueno... Me ha propuesto que iniciemos un proyecto. Me dijo que el financiaría un estudio musical para mí que iría en conjunto con la radio de Jackson, él nos ayudará los primeros dos años con la condición de promocionar su nuevo centro comercial que comenzarán a contruir en un par de meses, dijo que el treinta por ciento de las ganancias sería para él y Jackson tiene un treinta y cinco por ciento al igual que yo. —murmuró y yo asentí lentamente.

—¿Aceptarás?

—Es una gran oferta y me mantendría aquí por meses, años... Claramente cumpliré mi trabajo con Ed, sin embargo me iré por una semana nada más, eso me facilita todo.

Asentí sonriente.

—Es muy dulce de parte de Mingyu.

—Verdaderamente sí, el realmente podría hacer un negocio en cualquier lugar del mundo... Me ha dicho que yo lo he salvado tantas veces que... Siente que me debe una salvada en éstos momentos y que... Sobre Leo no me preocupe. Dice que lo hace con mucho gusto...

Leo subió sobre mi regazo y metió su mano dentro de mi camiseta. Movió mi sujetador y puso su mano sobre mi seno.

—¿Qué haces? —pregunté.

—Mis manos están frías —murmuró.—. Y aquí es cómodo. —se giró para mirar caricaturas.

—Ese es mi hijo. —murmuró Lisa ganándose una mirada asesina de mi parte.

—Leo, ya estás grande para seguir haciendo eso. —murmuré.

—No —gruñó.—. ¡Me hace sentir seguro! —se quejó.

—A mí también. —murmuró Lisa y la pateé.

Ella gruñó mientras Leo seguía jugando con mi seno.

—Leo, vas a mojarte si sigues con eso. —insistí.

—¿Mojarme con qué? —preguntó.

—La leche. —murmuré.

—¿Tienes leche? —preguntó abriendo mi camiseta y Lisa me observó de inmediato.

—Mira para otro lado —la regañé y ella negó.—. Lisa.

—¡Él puede ver!

—Lalisa. —gruñí.

Leo apretó levemente mi seno y su mano se mojó.

—Ew —se quejó.—. ¿Qué es ésto?

—La leche, amor. —insistí intentando quitar su mano. Leo insistía en revisar que todo estuviese en su lugar.

—¿Puedo probar? —preguntó.

—No —murmuré.—. Es para tus hermanas, tú ya no tomas pecho.

—¡¿Por qué para ellas?! —dijo molesto.— ¡Son mías!

—Bueno, tuyas... Así como tuyas... —comenzó Lisa y yo la observé molesta.

—Son mías —aclaré.—. Y tus hermanas las usarán cuando nazcan. —intenté explicarle.

—¡Que se consigan las suyas! —gruñó él mientras sostenía mi seno.— ¡Son mías! —insistió.

—Cariño, ellas son bebés. Ellas lo necesitarán y...

—¡Yo soy un bebé! ¡Yo! —gruñó Leo.— Y son mías, yo las encontré primero.

—Bueno, así como primero... —murmuró Lisa.— Realmente yo llegué primero, pero...

—Lisa, cállate. —la regañé.

—Leo, amor. Son para tus hermanitas y...

—No. Mías —gruñó.—. Y yo las voy a cuidar.

—Amor...

—¡Mías! —insistió.— ¡Sólo mías! ¡Yo las vi primero!

Observé a Lisa esperando que nada saliera de su boca. Ella se encogió de hombros con una sonrisa.

—Ya dije lo que dije —murmuró sonriente.—. Es lo que es.

Giré los ojos mientras veía a Leo seguir jugando con mi seno como si realmente lo estuviera cuidando. Los niños son... Extraños.

Me quejaría de ésto y de muchas otras cosas que trae la maternidad consigo, pero... Cada vez que observó esos ojitos de gato y lo veo regalarme una sonrisa incluso después de todo lo que está pasando... Es el amor de mi vida, jamás podría quejarme. Lo amo demasiado.

—Te amo. —murmuré besando su rostro.

—Yo a ti, mamá. —murmuró él mientras metía su cabeza bajo mi camiseta y se escondía allí.

—¿Qué haces?

—Así vigilo de cerca. —murmuró.

Lisa comenzó a reír por lo bajo y yo suspiré. Tengo mucha paciencia.

[•••]

—¿Entonces? —pregunté al doctor mientras analizaba los exámenes de Leo.

—Tal vez debamos seguir con la quimio hasta mitad de año —murmuró y yo suspiré. Lisa tenía a Leo en brazos.—. Pero pueden llevárselo a casa. El tratamiento está funcionando increíblemente y... Esperamos tener mejor resultado en un par de meses, pero necesitaremos transplante de médula... En éste caso, células madre.

Lisa me observó espantada. Ya sé en que está pensando... Ella y Rosé le donaron células madre a su hermano cuando estaba enfermo, luego de esa cirugía el pequeño recayó con fuerza... No hubo nada más que hacer.

—¿Y esa es la cura definitiva o...? —preguntó Lisa asustada.

-Bueno, es la cura a la médula deteriorada —murmuró el doctor.—. Y en ese caso, ayudaría. Para dicha cirugía debemos ver el cáncer erradicado.

Lisa asintió espantada.

—¿Puede volver a recaer? —preguntó.

—Son pocos casos, diría yo que casi nulos, pero... —se detuvo.— Nunca es cero.

Lisa asintió lentamente y besó a Leo mientras él se acurrucaba contra el cuello de su madre.

—¿Estará bien? —pregunté y el doctor sonrió.

—Haremos todo lo posible.

—Quiero que se quede aquí —dijo rápidamente Lisa.—. ¿Podemos mantenerlo aquí? Llevarlo a casa sólo sería exponerlo a cosas que su organismo no puede aguantar de momento.

Observé a Lisa. Se veía decidida y aunque me muero de ganas de tener a Leo por casa... Tiene razón. No podemos exponerlo.

—Mami, yo quiero ir a casa. —se quejó él.

—Amor es por tu bien —contestó ella rápidamente.—. Cuando te cures al cien por cien estarás en casa, te lo prometo.

—¿De verdad? —preguntó sonriente.— ¿Por la garrita? —extendió su meñique y Lisa lo tomó.

—Y haremos viernes de pizza con el queso especial que comes, ¿sí?

—¡Sí! —festejó mi pequeño.

Lisa... Está manejando la situación... Sin romperse, sin un sólo ápice de duda en su mirada.

Sonreí.

Estoy orgullosa de mi chica.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 10 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

¿Disculpa? | Jenlisa G!P (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora