treinta y tres

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Lisa descansa desnuda a mi lado, está completamente dormida, por otra parte quien no está para nada dormido es su amiguito. Está duro y pegado a mi muslo. Lisa tiene su palma sobre mi pierna y no he podido quitarla.

Son las nueve y usualmente los sábados Leo despierta a las once o doce del día, tiene el sueño muy pesado y ama dormir. La siesta es su hora favorita del día.

—Lili... Linda. —murmuré acariciando su rostro.

Lisa respiró profundamente antes de abrir los ojos y observarme fijamente con el rostro molesto.

—¿Por qué parece que me odias? —pregunté.

—Me despertaste. —gruñó volviendo a cerrar los ojos.

—Tú me debes algo. —murmuré.

—Ya sé.

Lisa sonrió aún con los ojos cerrados y yo tomé su barbilla para unir nuestros labios.

—Te sentí roncar. —murmuré y ella soltó una risita grave.

—No dormía de ésta forma hace bastante. —susurró.

—¿De qué forma?

—Desnuda y abrazando a una chica tan linda. —abrió un ojo y le sonreí.

—¿Y Taeyeon qué? —pregunté.

—Nunca dormí desnuda. —murmuró.— No me gusta dormir desnuda, siento que se me pega el cuerpo a la cama.

—¿Estás consciente de que eso es absurdo, verdad? —pregunté y ella asintió.— Leo opina lo mismo de ti, odia estar desnudo sobre su cama, cada vez que le cambio la ropa es una discusión si tardo demasiado.

—Te ayudaré con eso. —murmuró.

—Deberías ayudarme con algo más... —susurré y ella subió sobre mi cuerpo besándome.

Ésto será interesante.

[•••]

Leo y Lisa estaban corriendo por todo el jardín de un lado a otro.

—Con cuidado. —murmuré.

Lisa se lanzó al suelo y Leo se cayó encima de ella. Los vi darse besos en el rostro mientras el cachorro corría en círculos alrededor de ambos.

Leo se quedó quieto sobre el pecho de Lisa y Lisa comenzó a acariciarle la espalda.

—¿Ya se cansaron? —pregunté y ambos me observaron molestos.

Giré los ojos. Tienen la misma mueca molesta.

—Sólo preguntaba.

—No preguntes, mami. —gruñó Leo.

—Sí, no preguntes. —concordó Lisa.

La observé fijamente y ella apartó la mirada temerosa. Lo bueno es que sabe quien tiene el control.

[•••]

Lisa condujo hasta la casa de sus padres. Yo no quería ir, intenté quedarme en su casa pero los dos rubios manipuladores comenzaron a suplicarme por venir, y yo acepté.

—¡Ya bajo a llamar a los abuelos! —gritó Leo corriendo fuera del auto.

Lisa iba a bajar y la detuve poniendo mi mano en su antebrazo.

—No puedo hacer ésto. —dije rápidamente.— No veo a tus padres hace cinco años y hoy de pronto tienen un nieto.

Ella observó mi mano y la tomó llevándola a sus labios para dejar un beso sobre mis nudillos. Le sonreí y ella observó si Leo se había ido lo suficientemente lejos. Tomó mi rostro y se acercó a besarme.

Sus labios tocaron con delicadeza los míos, mi mano pasó por su nuca pegándola más a mí. Lisa acarició mi labio inferior con su lengua y luego rozó la mía.

Este beso realmente me relajó.

—Estarás bien. Mamá te quiere más que a mí. —bromeó contra mis labios. Volvió a besarme y yo asentí con los ojos cerrados.

Sentimos un golpeteo en la ventanilla y ambas nos asustamos separándonos de golpe. Rosé estaba observándonos mientras enarcaba una ceja. Lisa bajó la ventanilla y ella aclaró su garganta.

—No pierden el tiempo, eh. —sonrió.— Hola, Jen.

—Hola, Rosé. —murmuré algo incómoda.

—¿Ya acabaron de revisarse la garganta? Probablemente mamá quiere verlas, ya que Leo la tiene observando desde la ventana hace un rato.

Ambas observamos en dirección a la casa y vimos a Chitthip en el ventanal más grande.

Joder.

—Te odio. —murmuré y Lisa soltó una risita nerviosa.

—Ve pensando una excusa.

—Oh, no. —interrumpió Rosé.— Iré a decirle lo que vi.

Comenzó a correr y Lisa salió rápidamente del auto comenzando a perseguirla.

Siento que ya viví ésto.

Flashback:

Lisa subió su mano por mi cintura besándome con más intensidad y yo solté un gemido en cuanto la sentí tocar mi seno.

—Lili... —gemí contra sus labios y ella subió sobre mi cuerpo.

—Te amo... —susurró.— Te amo tanto...

Nos observamos fijamente y ella volvió a besarme con la misma pasión de hace un par de segundos.

—¿Quieres? —preguntó observándonos y yo asentí lentamente.

Ambas llevábamos deseando éste momento hace muchísimo, y nunca teníamos el momento ideal. Hasta ahora que sus padres salieron de casa.

Mi mano bajó hasta la entrepierna de Lisa comenzando a masajear lentamente su miembro sobre la tela de sus jeans.

—¿Liz? ¿Sabes dónde...? —preguntó Rosé abriendo la puerta de golpe.

Lisa se levantó asustada y la observó molesta.

—¡Le diré a mamá! —dijo rápidamente y salió corriendo.

—No. ¡Rosé! —gruñó.

Me observó y se acercó a besarme.

—Ya vuelvo, amor. ¡Rosé! —gritó antes de salir corriendo tras su hermana.

Mierda. Que vergüenza.

Fin flashback.

Luego recuerdo la charla sobre el sexo que tuve con mis padres y Lisa con los suyos. Fue incómodo, pero al menos no nos prohibieron vernos y aceptaron que... Estábamos en una edad en donde... No sólo nos tomaríamos la mano.

Las vi correr con agilidad. Lisa tomó a Rosé desde la camiseta y la hizo caer al suelo. Rosé pateó a Lisa y ella también cayó.

Chitthip salió rápidamente a separarlas. Bajé del auto y vi como Lisa y Rosé no dejaban de discutir y Chitthip las regañó. Ambas se levantaron llenas de polvo.

Chitthip se acercó hasta mí ignorando las quejas de sus hijas. Me abrazó muy feliz.

—Bienvenida otra vez, cariño. —murmuró.

Lisa elevó sus pulgares desde atrás. Correspondí el abrazo de Chitthip algo incómoda.

—Oh, gracias, Chitthip... Muchas gracias.

Bien, ésto no está siendo tan malo.

¿Disculpa? | Jenlisa G!P (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora