veintitrés

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Jennie's pov:

Lisa y yo estamos observando a Leo dormir. Aún queda una hora de medicamento y decidimos que ella me hará preguntas sobre Leo para conocerlo mejor.

—¿Comida favorita?

—Le gusta la langosta. Es algo excéntrico.

—¿Postre favorito?

—Paste de chocolate con almendras.

—¿Bebida favorita? —preguntó mientras anotaba todo eso en su móvil.

—Le gusta la coca cola. —dije rápidamente.— Aunque a veces prefiere el jugo de frutilla.

—¿Qué películas le gustan? —preguntó Lisa.— Dime que lo hiciste ver juego de gemelas.

—¡Claro! Aunque realmente no se ve tan buena como cuando teníamos dieciséis, tiene un humor poco adecuado en ocasiones.

Lisa me miró ofendida.

—¡Retractate! —gruñó.

—No. Siguiente pregunta.

Ella se cruzó de brazos y sonreí. Es tierna.

—¿Qué le gustaría ser de grande?

—Músico. —dije rápidamente.— Desde que supo hace años que su madre tocaba la guitarra... Él quería ser músico, aunque probablemente también le gustaría ser policía.

—Ew, no. —dijo ella.— Será un músico.

Sonreí negando repetidas veces. Lisa sintió como Leo apretaba su mano mientras dormía.

—Lo hace desde que tiene dos años. —murmuré.— Siempre que duerme y tiene algo en la mano lo aprieta.

Sonrió levemente.

—Es todo un mundo... ¿Y qué le gusta hacer?

—Ve vídeos sobre vacas, juega con Skate, le da baños, juega con Jake, hacen siestas, deberías verlos... Leo duerme con Jake a su lado y con Skate metido en su cuello.

Ella sonrió embelesada por el rostro del pequeño. Parecía que quería grabar cada detalle de Leo.

—Es hermoso... Es... Tiene tus pestañas. —murmuró.

—Y todo lo demás es solamente Manoban. —admití.— Pero sí, es un niño hermoso... No hay cosa en el mundo que ame más que a Leo.

—Gracias por hacer un gran trabajo sin mí, es decir, es obvio que lo harías... Siempre fuiste mejor con eso.

—¿De qué hablas?

—Bueno, tu fuiste mi pilar cuando Leo enfermó y... Lo cuidabas, más que yo... Me ayudaste mucho y... Extrañé eso cuando... —suspiró.— Olvídalo, sólo... Gracias.

—¿Cuándo qué? —pregunté.

Ella negó.

—No es nada.

Iba a insistir, sin embargo Leo nos sorprendió con una sonrisa enseñando sus pequeños dientes.

—Hola, ya amanecí. —murmuró.

—Ya despertaste, cariño. —lo corregí.

—Sí, ya amanecí. —insistió. Me acerqué hasta él y besé su cabeza. Él apretó levemente la mano de Lisa y yo le indiqué con la mirada que me imitara.

Lisa también se acercó a besar su cabeza y Leo sonrió ampliamente.

—¿Ustedes fueron novias? —preguntó de pronto.— Ya saben, de esas como en la televisión, que se besan en los labios.

¿Disculpa? | Jenlisa G!P (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora