In another life | TAEGI | COMPLETA

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Yoongi lavaba los platos de la cena mientras Taehyung dormía a los peques. Sin hacer ruido el castaño entró a la cocina y tomó firmemente la cadera del pelinegro.

—Siempre me encantaste con pantalón de vestir —le susurró cerca del oído—, me dan ganas de comerte ese hermoso culito que tienes, mi amor.

—¡Taehyung! —rió, avergonzado. —Los niños te pueden escuchar.

—Ya se durmieron —contestó, haciendo un vaivén.

—Acabas de acostarlos, Yeji siempre se levanta por agua —la última palabra se alargó en un pequeño gemido.

—Entonces tendremos que ser rápidos y silenciosos —dijo mientras hábilmente le desabrochaba su pantalón y lo bajaba junto con la ropa interior.

Taehyung se agachó y con ambas manos masajeó los glúteos del mayor, abriéndolos para hacerse paso con su lengua.

—Aggh —jadeó Yoongi y se aferró a la encimera de la cocina.

—Sshh, no hagas ruido, gatito.

Yoongi empujaba un poco sus caderas para sentir más profundamente la lengua de Taehyung, sentía que estaba por correrse mientras el castaño acariciaba su miembro desde la raíz. La doble estimulación lo estaba dejando sin respiración hasta que se corrió.

Trató de tranquilizarse e incluso respiró de alivio porque no los habían descubierto, cuando Taehyung lo tomó del muslo, alzándole la pierna y se adentró en él.

Se mordió la lengua para no gritar, tuvo que volver a aferrarse con ambas manos mientras era brutalmente embestido por el menor.

Su pierna arriba de la encimera se le estaba acalambrando pero podía más el placer que le recorría el cuerpo con cada estocada, hasta que Taehyung lo llenó de él y eso le provocó volver a correrse.

El castaño le ayudó a bajar su pierna y le subió el pantalón, dejándole un beso inocente en la nuca antes de subirse él también los pantalones y girarlo para tenerlo de frente.

—Te amo, Min Yoongi —dijo, acunando su rostro y mirándolo con una sonrisita.

El pelinegro estaba totalmente sonrojado, se sentía como un adolescente hormonal, recordó cuando eran novios y apenas verse se arrancaban la ropa. En definitiva tenía años en que no lo hacían fuera de la cama, pero Taehyung parecía tener un apetito incontrolable recientemente, como si hubiesen pasado años desde que lo tocara.

—Eres un tonto —le pegó en el pecho, tratando de no cohibirse—, también te amo, Kim Taehyung —se besaron suave y dulce.

Una puerta se escuchó y algunas pisadas, se separaron de inmediato y Yoongi fingió que secaba los platos, mientras Taehyung acomodaba, supuestamente, las sillas de la mesa.

Yeji apareció al poco tiempo, un poco adormilada y yendo directo a llenar su botella de agua.

—¿Por qué todavía no se duermen? —preguntó.

—Ya casi, bebé —contestó Taehyung.

—Buenas noches, papis —dijo la pequeña y salió de la cocina, hasta que escucharon la puerta de su habitación cerrarse de nuevo, soltaron el aire. Entre risas se fueron a la ducha.

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Yeji colocó un sticker de un unicornio en el folder de sus documentos y Yoongi le llenó de besos el rostro para desearle buena suerte en su entrevista de trabajo. Taehyung dejó a Bogum con mamá Min y se dirigió a ese edificio que conocía tan bien.

Se sintió extraño sentándose en la sala de espera cuando él sabía llegar a la que era su oficina e incluso a la del presidente de la compañía.

Taehyung sorprendió a los directivos en la entrevista, su conocimiento no concordaba con su trayectoria de acuerdo a su CV, por lo que el castaño tuvo que mentir diciendo que había tomado cursos y asistido a conferencias en línea.

Se despidieron con un apretón de manos y Taehyung llegó a casa con una sonrisa, que se hizo más grande al encontrar en su cama a Yoongi leyéndoles a Yeji y Bogum. Se deshizo del saco y la corbata y se acomodó también, con la pequeña en medio, el bebé sobre el pecho de Yoongi y él rodeándolos. Nunca se había sentido tan feliz.

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Procede a desmayarse por las fotos que subió Yoongi a su IG en Paris.