17 | Mi querida abuela

755 88 7
                                    

Una mañana nueva había comenzado, Gorou estaba dispuesto a levantarse para comenzar su día, sin embargo... No podía.

Había algo sobre él que le impedía moverse, esté estaba boca abajo por lo que no podía ver qué era.

Hasta que se dió cuenta de que aquel peso corporal que tenía encima era Itto, quién tenía su brazo sobre la espalda de Gorou y su pierna sobre las suyas, cosa que le hacía imposible el movimiento.

Finalmente y como pudo, salió de la cama, dónde ahora se encontraba el peli blanco usándola totalmente; bajó hasta la cocina dónde encontró a su madre preparando huevos fritos, a su padre y a su hermana en el comedor; su madre preparaba el desayuno, su padre leía el periódico y su hermana veía su teléfono.

Cada quién parecía estar centrado en sus cosas hasta que Gorou entro a la habitación, fue entonces cuando todos dejaron lo que estaban haciendo y dirigieron su mirada hacía Gorou, el cuál encontró muy incómodo esto.

Su madre fue la primera en hablar mientras volteaba los huevos fritos del sartén.

— Hola ¿Amor, cómo dormiste anoche? — Pregunto su madre tan cariñosa como siempre.

— Pues si durmió con aquel alfa seguro que muy bien mamá — Dijo su hermana en un tono burlón y apunto de soltar una risa, lo que hizo que los presentes también esbozaran una sonrisa por aquel chiste.

— Komomi, basta ya, deja a tu hermano en paz, el solo trajo a su amigo por cortesía, así que no empieces con tus cosas — Aclaro su padre volviendo a fijar su vista sobre el periódico.

— Gracias padre — Dijo Gorou.

— No es nada, pero Gorou, recuerda que si vas a tener algún tipo de relación sexual con alguien es importante usar la protecc- —

— ¡PAPÁ! NOSOTROS NO HICIMOS NADA — Dijo Gorou en un grito pues pensó que su padre se había puesto de su lado argumentando que Itto solo era un amigo, para después darse cuenta que no era así.

Gorou, no te enojes, tu padre tiene razón, es importante que conozcas todas las medidas de protección que existen, ahora que estás en la edad de experimentar este tipo de cosas... Pues... Es bueno que lo sepas amor — Dijo su madre quién servía una ración de huevos con tocino para Gorou.

Este sólo infló sus mejillas en señal de desaprobación y tomo el plato de comida para posteriormente salir huyendo hacía su habitación.

Una vez ahí, decidió no entrar aún, pues escuchó que el mayor se encontraba leyendo algo, y no es que le importará mucho (sí le importaba) pero quería saber que era lo que podía estar leyendo que proviniera de su habitación, hasta que escucho de que se trataba y entro lo más rápido que pudo.

— Descubra 10 secretos para mantener su cola con una esponjosidad envidiable, número uno... Aplique aceite de almendra todos los días por la mañana antes de su cepilla- —

— ¡ITTO NO LEAS ESO — Una vez que Gorou entro tan rápido como pudo con la mano que le sobraba le arrebato aquella revista de las manos de Itto y la voto a un rincón de la habitación donde no la pudiera seguir leyendo.

— Oh, hola Gorou — Saludó Itto cómo si no hubiera sido brutalmente atacado hace unos segundos.

— Hola... Buenos días, lamento haber hecho eso... Pero... Esas revistas son cosas que los alfas no pueden saber de los omegas... — Esa era una total y vil escusa para que no seguiera leyendo la revista, y es que, a Gorou le daba mucha vergüenza admitir que tenía tratamientos tan especiales para su cola, pues, todos creían que se mantenía así por naturaleza propia, lo cual no estaba más alejado de la realidad.

— ¿O en serio? Vaya, no sabía eso, me encontré la revista tirada aquí, y cómo no tenía nada que hacer cuando desperté, y como tampoco te ví decidí que era la mejor distracción que podía usar — Explicó el mayor justificando sus acciones.

Mmhh.. sí, lamento haberme ido, tuve que bajar a saludar mis padres y a mi hermana, oh,  y traje esto para compartir — Dijo Gorou acercando el plato de comida hasta dónde de encontraba Itto, el cuál parecía que hasta se le habían iluminado los ojos con tal delicioso plato.

Ambos comieron de aquel desayuno sentados en la alfombra de Gorou, mientras proponían ideas de como terminar su ensayo, y de vez en cuando desviándose de su tema central para charlar de cosas triviales.

— He visto que tienes medallas y arco ahí colgado en tu pared, ¿Prácticas ese deporte? — Preguntó el mayor curioso.

— El tiro con arco sí lo practico, pero es algo más como un hobbie, pues aprendí por mi cuenta...y esas medallas si son olímpicas, cuando era más pequeño practicaba artes marciales, pero tiempo después lo dejé... — Explicó el omega mientras seguía comiendo.

— ¿Ah sí? Pero se veía que eras bastante bueno, ¿Por qué lo dejaste? —

— A decir verdad no fue por voluntad propia, al yo ser un omega, siempre he sido más débil que los demás, en especial que los alfas, por ello siempre me molestaban y trataban de hacerme menos, llegando a un punto realmente fuerte, dónde to incluso llegaba mal herido, por lo que mis padres prefirieron que yo no siguiera entrenando —

— Vaya... Me esperaba cualquier motivo menos ese, debió haber sido realmente difícil para ti, aunque te entiendo perfectamente, a veces los niños pueden ser muy crueles cuando uno es diferente con los demás —

— Eso... ¿Lo dices por experiencia propia—

— Siendo sincero sí, cuando yo era pequeño sufrí muchas burlas pues... Yo no conocí a mis padres, mi abuela fue la que me crío todo este tiempo, es por ello que los niños se burlaban de mí, pero... Eso nunca me importó, yo sabía que mi abuela me quería tanto como otros padres a sus hijos, por lo que siempre ignoré esos comentarios, aunque claro, hay que veces que según nosotros los ignoramos, pero se quedan grabados muy en el fondo, y realmente llegan a causarnos daño — Explicó Itto con una voz suave y una mirada perdida en aquel lugar, cómo si estuviera recordando aquellos vividos momentos.

— Yo... No tenía idea de eso — Dijo Gorou, pues era verdad que el nunca se esperó que Itto sufriera de algo tan fuerte como la perdida de sus padres.

— Es algo común, la gente siempre me ve con una personalidad alegre y explosiva, así que no piensan que tenga experiencias tristes en mi vida, pero a decir verdad, eso me agrada, me agrada que las personas se alegren cuando estoy con ellas —

Después de este comentario Gorou e Itto voltearon miradas casi instantáneamente, cómo buscando una respuesta en los ojos del otro, o no una respuesta, simplemente un reconforte por haberse abierto tanto en una plática así.

Ambos seguían mirándose sin decir nada, hasta que poco a poco y tal vez sin darse cuenta sus manos se chocaron, tomándolos por sorpresa a ambos y haciendo que al enterarse ambos se soltaran y apartarán su mirada, pues, las mejillas de los dos jóvenes ahora se encontraban pintadas por un bello color carmín.

— Bien, creo que es hora de irme... Mi abuela ya debe haberse preocupado por mi ausencia a pesar de la llamada de anoche — Dijo el peli blanco levantándose y tomando sus pertenencias que se encontraban ahí.

— Sí, está bien, yo me encargaré de entregar y completar el trabajo con la parte que ya me diste — Dijo Gorou levantándose rápidamente para acompañar a Itto a la salida.

Entonces así, el alfa volvió a su hogar, y Gorou... Pues, le esperaba todo un cuestionario por parte de sus padres.

 ۪۫❁ཻུ۪۪ ¿Cómo conquistar a un Omega? | Ittorou Donde viven las historias. Descúbrelo ahora