Capítulo 10 (Conticinio)

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Siempre me gustó la palabra conticinio, no solo por su significado, si no por la importancia que tiene para mi.

Aprendí la palabra en uno de los tantos libros que leía y lograba entender, pues aunque aprendí a leer desde muy temprana edad, no tenía a nadie quien me enseñara nuevas cosas y bueno, la mayoría de libros que leía estaban en idiomas diferentes, además no todos en el desierto saben cómo leer y escribir, eso se volvió un hábito olvidado, algo que solo algunas personas están capacitadas para ello. Damen y yo al ser cercanos al Tío, pues por derecho o más bien obligación, estábamos necesitados de aprender estas habilidades.

Cuando no teníamos lecciones con el Tío, pasaba horas y horas aprendiendo de la naturaleza de antes y en lo bella que era, aun así, jamás me he cansado de apreciar la naturaleza de ahora, especialmente que puedo ver tan poco de ella, solo arena y agua salada que nunca he navegado y permitido ver más allá del horizonte. Antes, habían tantos árboles de diferentes colores y tamaños, existían flores y climas completamente distintos. Los animales eran hermosos y para nada letales, llovía agua y a veces polvo blanco que congelaba todo a su paso. En ciertas épocas del año se sufrían calores, pero no como los de ahora que se viven a diario, no, más bien ellos los disfrutaban e iban a las playas a broncearse y a nadar, dibujaban cosas en su cuerpo y usaban muy poca ropa. Viajaban por el cielo y por los mares, visitaban otros lugares, conocían nuevos paisajes, comidas y personas, se sentían tan inspirados en lo que conocían que creaban arte con ello. Pero como leí en alguna parte, "no apreciamos lo que tenemos, hasta que lo perdemos". El ser humano de antes nunca apreció la belleza de las cosas que tenían, siempre querían más y más de las cosas artificiales, descuidaron su hogar y cuando quisieron salvarlo, ya era muy tarde, el planeta acabó con la mayoría de ellos y destruyó su propia belleza para castigarlos.

Puede que ahora el mundo sea un desastre, pero he aprendido a valorar lo poco de naturaleza que queda en el planeta. Gracias a que ya no hay contaminación, puedo ver todas las estrellas. Me encanta contarlas, crear figuras con ellas y ponerles nombres extraños a mis creaciones, también las dibujo, aunque no soy muy buena. Disfruto jugar con algún animal indefenso y ver la escasa felicidad de las personas por cosas diminutas. Amo presenciar esos momentos en silencio que la naturaleza nos regala, especialmente de noche, cuando no se escucha a nadie, cuando solo se siente el frío y la tranquilidad del lugar, cuando las preocupaciones se olvidan y los problemas desaparecen. De todos los momentos especiales que la naturaleza me brinda, ese es mi momento favorito, el conticinio y como solo ocurre de noche, creo es una de las razones por las cuales nunca duermo tanto.

Me ofrecí a hacer guardia esta noche para poder sentir ese momento cuando todos caigan en la etapa profunda del sueño y la parte alerta de su cerebro se apague. Necesito tener un descanso y ser la única persona despierta me parece la mejor opción, además sé que se vienen noches difíciles con un integrante nuevo, otro herido y un camino desconocido.

Habíamos parado para acampar cerca de un puñado de cañones de poca profundidad. Según Nyx, tendríamos que bajar y caminar por los laberintos del cañón para llegar al lado más seguro del Bosque. "Será un camino difícil mientras salimos del desierto, pero es mejor llegar a un lado seco del Bosque Gris, que tener que nadar hasta algún edificio medio sumergido" dijo en algún momento de la noche. Luego Damen discutió con ella en que nos estaba llevando a una trampa y lo único que ella hacía era sonreír con malicia y mirarlo con ojos de querer matarlo en la primera oportunidad que tuviese.

Nyx es una chica delgada, con la mandíbula muy marcada, de cabello negro y ojos del mismo color, como todos en el desierto, tiene bastantes cicatrices en los brazos y unas cantas en la cara, probablemente de algunas peleas y es muy... Sociable, no le da miedo decir lo que piensa y no para de hablar, además de ser curiosa, un poco chismosa y buena manipuladora, logró sacarme información sobre la misión en minutos, cosa que la verdad, no fue tan mala idea, pues nos dio datos adicionales, así que ahora tenemos una mejor idea de lo qué encontraremos. En algún momento del camino, comentó que desde hace unas semanas atrás se veía ir y venir varios Neros de las Dunas con la intención de conseguir información, solo que de una manera más agresiva, por esa razón nadie quiso brindarnos información, tenian miedo que fuésemos igual de agresivos con ellos. Algunos salían vivos y otros no, los sobrevivientes se dirigían directamente al Bosque Gris con el objetivo de buscar algo, nunca comentaban el qué. Después de unas semanas sin saber de ellos se veía un destello blanco de un par de segundos en el cielo proveniente de algún lugar del Bosque Gris y luego desaparecía, esa era la única señal de vida que daban; nunca se volvía a saber de ellos.

Sin RastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora