Capítulo 12 (Solo yo y mis pensamientos)

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TW: pensamientos suicidas

Recomiendo que si tienes este tipo de pensamientos o crees que te puede afectar leer sobre ellos, omitas la parte de la historia después de las tres comillas (***).

Por favor, busca ayuda en caso de que este tipo de pensamientos estén recurriendo en tu mente.

Tu vida es valiosa.


Perder la conciencia no es de mis cosas favoritas, especialmente si estoy indefensa, en un lugar desconocido y con gente extraña. Normalmente no me suelen suceder estas cosas; siempre estoy en estado de alerta, nunca duermo profundo y estoy pendiente de los movimientos de todos y cada uno de los espacios a donde voy. Aun así, suelo perder mucho el control de mi mente, pues juega en contra mio mostrándome recuerdos falsos, inmovilizando mi cuerpo, presentándome ideas bizarras y sueños aterradores.

Creo que la persona que escribió la frase no confíes en nadie, se refería específicamente a mi mente.

Las personas son volubles, alterables, indefensas y manipulables; su juicio puede cambiar dependiendo del entorno, pasiones, gustos o estrategias; es lógico que lleguen a traicionar. Entonces, ¿por qué mi propia mente lo haría también? Pues es sencillo. Creemos que somos dueños de nuestra mente, que sabemos qué pensamos, lo que queremos, lo que aprendemos y recordamos. Creemos que podemos controlar esa pequeña voz que nos aconseja, pero todo es mentira. Esa voz, esa conciencia nos controla, no nosotros a ella y se que es difícil de aceptar, pero la mente siempre juega malas pasadas, te convence de hacer algo que no quieres, de sentirte indefensa.

La mente es poderosa y lastimosamente siempre será el enemigo.

Siempre será mi enemigo.

Un ardor en mi pantorrilla izquierda hace que vuelva a la realidad. Hago una mueca ante el repentino dolor y abro mis ojos para ver qué lo causó.

Intento moverme pero estoy atada de pie en posición de estrella con cuerdas en las muñecas y tobillos, inmovilizada por completo. Ver lo que está detrás mío me es imposible.

A mi lado derecho están Damen y Max atados de la misma manera, aún inconscientes. Nos encontramos colgando en la mitad de una habitación sucia, llena de manchas de sangre secas en el suelo y paredes, la poca iluminación viene de la franja debajo de la puerta de entrada. Viejas lámparas cuelgan del techo casi a punto de caer, las ventanas están cerradas con tablas de madera y telas.

En términos de decoración no hay mucho que decir, la habitación está completamente vacía a salvo por un escritorio de metal que debió ser blanco pero ahora es gris lleno de abolladuras y manchas negras, y unas dos sillas cerca de las ventanas y puerta. También hay unas cuantas cuerdas enrolladas al lado de un balde con un líquido oscuro y bastantes cuchillos en el otro extremo de la habitación.

Todos habíamos quedado con la ropa de base cuando nos quitamos nuestras telas y complementos. No hay rastro de ellas ni de nuestras pertenencias y armas. Estamos completamente indefensos. Tampoco hay rastro de Orión y Nyx lo cual indica dos cosas, o están encerrados en otra parte o ya se encuentran muertos.

Saber que están desaparecidos o por lo menos lejos de mi vista, me genera angustia y desconfianza, más que todo de Nyx. No llevamos más de dos días con ella y ahora desaparece en una civilización que solo ella conoce, con el Nero que puede darle tanto información de su gente, como de la nuestra. Maldito juego de pregunta-respuesta.

Tal vez si debí escuchar a Damen y no traerla a la misión. Es demasiado riesgoso tener a alguien más con suficientes habilidades para destruirnos. ¿Y si esto es una trampa y en realidad nos llevará de nuevo a las Dunas para que vendan nuestra carne? ¿Y si esta civilización es peor? ¿Qué nos hizo confiar en ella? No fue solo mi culpa, aunque sí insistí en que fuera con nosotros, pero Damen se encariño mucho en ella en cuestión de minutos, su razón fue cegada por la encantos de Nyx, al igual que la mía. Ambos somos culpables, pero más yo que me ganó la rabia y no quise escuchar a Damen.

Sin RastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora