Capítulo 02

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LAS HERMANAS ESTÁN COMPLETAS

— ¿Está seguro?

Su voz sonó demasiado fuerte de lo que se pretendía preguntar frente al hombre sentado a un lado de la cama, en el hospital.

El mayor frunció su ceño. — ¿Por qué no debería estar seguro? Fui el capitán de la party. — Lo miró serio. — ¿Eso es todo?

Unos segundos de silencio ante la pregunta, uno de los interrogadores suspiró y se levantó acercándose a la cama donde se encontraba el cuerpo inconsciente de una chica. El mayor, del otro lado de la cama que también se levantó, posó su mano sobre el hombro de la chica pasarla sobre su cabello y acomodarlo para que caiga sobre cada lado de su rostro.

— Si. — Se quedó mirando la parte del cabello que acomodo el contrario. — Gracias por responder a las preguntas. — Y se marchó con su compañero.

En ocasiones la realidad se abre paso a través de las locuras más incompresibles

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En ocasiones la realidad se abre paso a través de las locuras más incompresibles. Y lo incomprensible esta frente a nosotros.

Con su respiración errática se levantó de golpe sobre la cama, agitado se tomaba con fuerza su pecho, confundido y tembloroso. ¿Un sueño...? ¿Fue un sueño? Miró a sus lados observando que no se encontraba en su ya habitual habitación, en su hogar. Un hospital...

— ¿Finalmente despertaste? — Dos hombres de traje entraron a la habitación donde se encontraba el pelinegro.

— ¿Quién eres tú?

Uno de ellos, el rubio, le entregó una tarjeta. — Lamento si te sorprendí.

— Inspector del gremio, cazador coreano... — Leyó en voz alta. — ¿Por qué los inspectores quieren verme...?

Definitivamente la situación no concordaba con lo que había soñado... ¿O no? Pues sus memorias se encontraban todavía procesando todo el dolor, el miedo y la agonía que había pasado dentro de aquella mazmorra. Pacientemente ellos le explicaron completamente la situación.

— ¡¿He estado dormido por tres días?! — Gritó sorprendido ante la realidad. — ¿Qué pasó con la señorita Ju-Hee y Sr. Song chi-Yul? ¿Está a salvo? — Se preocupaba más por los demás que por él mismo.

A un lado de la cama, sentados ambos en el sillón, explicaron la situación de ls demás. — Si, ellos están a salvo, pero con el brazo perdido probablemente le impida trabajar de ahora en adelante, por lo que puede retirarse si lo decide. — El rubio habló primero del Sr. Song. — La cazadora Lee Ju-Hee todavía sigue siendo tratada por su trauma extremo. Es incierto si se quedará como cazadora.

— Y otros como Kim Sang-Shik... — Quiso explicar el otro trajeado.

— No... — Le interrumpió el chico. — Está bien, es suficiente. — Recordaba todas sus palabras, sus crueles palabras dichas a él en la mazmorra.

Mi Musa Escarchada [Sung Jin woo X Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora