Capítulo 05

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DIFERENTE A LO ACOSTUMBRADO

Un preocupado suspiro se escuchó entre la amena mañana mezclándose entre las avivadas risas y conversaciones de las personas al pasar cerca de la banca donde solitariamente se encontraba aquella peli-negra alisándose a los lados su corto cabello, tapándose como pudiera sus orejas.

Miró al frente, justamente donde estaba el pequeño parque donde los niños jugaban; viéndolos como jugaban, poco a poco se preocupaba por ver el calorífico de los juegos haciéndola estremecer. No podía saber cómo ellos podían aguantar el calor del medio día, ella ni siquiera podía soportarlo. Su vestimenta aclaraba toda duda, una camisa de tirante holgada junto a un pantalón de tela fresca, ella, sentada en una banca debajo de un árbol para darle sombra y refrescarla al menos un poco.

Realmente no lo aguantaba. Que calor. Suspiró mientras se secaba con un pañuelo la gota de sudor que afloró de su frente. ¿Cómo pueden estar bajo el sol? Yo me derrito.

— Señorita Myeong. — Sintió una mano en su hombro mientras la llamaban, haciendo que se levantara asustada soltando un pequeño grito ahogado. — L-lo siento, no quería asustarla.

— Sr. Sung. — Suspiró aliviada. — Soy yo la que debería disculparme, estaba distraída... — Lo miró atentamente notando el significativo cambio de su físico. — ¿Cuánto tiempo tenemos sin vernos?

Él pareció pensarlo.

— Casi una semana. ¿Por qué?

— Porque lo miro muy diferente a hace días. — Pasó su mano derecha por su rostro tapando su boca. — De verdad se ve diferente. — Murmuró para luego sonreírle. — Pero me alegra volver a verlo, que este bien.

De ella desprendía un aura completamente tranquilizadora haciendo sonreír al chico, miró la banca y la invitó a sentarse a su lado, cosa que acepto gustosamente. Ambos quedaron sumergidos en un ambiente un poco extraño, ninguno decía palabra alguna para terminar con el tormentoso silencio y que las personas que pasaban los veían o más bien a la pobre chica.

— Huh, eh... ¿Todo bien? — Preguntó al notar las miradas sobre ella, a pesar de estar a su lado y que también lo veían a él, podía sentir todas en ella y su incomodidad.

Dudó en hablar volteando a ver a los transeúntes de la vía pasando con más ganas frente a ellos y viendo a los niños de vez en cuando voltear a ellos. Alisó su cabello tapando sus orejas.

— ¿Todavía está en el hospital? — Sung asintió confundido. — ¿Podemos ir ahí? — Volvió a asentir dándole pasó y esperando a que se ajustara a su caminata.

Caminaron unos cuantos metros llegando al hospital donde todavía se encontraba reposando el chico; de vez en cuando la miraba de reojo, se miraba incomoda y nerviosa, parecía que quería esconderse de todo el mundo. La vio ponerse su pañuelo en su cabeza y soplándose levemente con su mano, miro un poco a cielo sintiendo un ambiente normal.

Al llegar al hospital, registrarse y entrar al fin soltó un pesado suspiro haciéndola sentir completamente aliviada y descansar del arduo calor que sentía. Inmediatamente se quitó el pañuelo y se sentó en la cama de la habitación, todo siendo visto por Sung detenidamente.

— Lo siento.

— ¿Por qué? — Le parecía extraño que se disculpara por nada.

Empezó a jugar con sus manos. — Pediste que nos viéramos en el parque, pero cambiamos de locación al hospital. — Vio al chico encogerse de hombros como si no le importara.

— ¿Sucede algo?

Ella asintió. Él guardó completo silencio para oírla y verla detenidamente.

— Desde que pasó todo... — Soltó una extraña risa. — Absolutamente todo es diferente. — En eso estuvo de acuerdo él también, porque así era. — Me siento completamente extraña, ya no soy la de antes, yo y todo a mi alrededor cambió desde entonces. — Inhaló aire. — Mi cuerpo ha cambiado, hace cosas que antes no podía.

Mi Musa Escarchada [Sung Jin woo X Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora