Capítulo 12

463 63 10
                                    

YO TE CUIDARÉ


— Jin-woo. — Volvió a llamarlo mientras sus manos seguían acariciando los cabellos del chico por lo que ante su llamado, levantó suavemente su cabeza del regazo de ella.

— ¿Estás bien? — Preguntó sin dejarla continuar, pues como desde que se conocieron su piel se mantenía más que fresca, ahora la sentía diferente, demasiado cálida para el gusto de ambos. Se levantó para ir a la mesa donde su hermana había dejado el termómetro. — Hay que tomar tu temperatura. — Le colocó la herramienta. — Voy por Jin-Ah, estuvo muy preocupada.
No espero respuesta para irse.

A unos segundos de irse, la azabache suspiró suave mientras su mirada se perdía en la sala; los recuerdos, sus memorias hechas por si misma poco a poco quedaban mezcladas con aquellos "sueños" que había catalogado desde un inicio, cuando estos nuevos la hacían recorrer cada emoción y sentir tan real. Y gracias a ellos, se sentía como si le hubieran pasado un camión encima.

Me siento igual, pero... Miró sus manos, a pesar de siempre verlas todo el tiempo, ahora parecían distintas, como si estas escondieran algún misterio. A la vez diferente.

Sus pensamientos fueron parados al escuchar el maullido de su acompañante de hace tiempo; frente a ella Jin-Ah, la hermana menor del azabache, mantenía a Rex, su gato, en sus brazos. El rostro de la menor se veía preocupado, dudoso. Y así, atando hilos sueltos, supo que la había asustado de alguna u otra manera.

— Jin-Ah. — Estiró su mano, queriendo alcanzarla y levantarse, pero no lo hizo, tal vez ahora ella le tendría miedo.

Pero en vano eran esos pensamientos, pues la chica se le lanzó, la abrazó aplastando entre ambas al pobre gato que chilló al momento haciéndolas separarse.

— L-Lo siento, Rex... — Se disculparme soltando al gato para verlo correr deprisa a los pies del Sung mayor. — Lo siento.

— Estará bien, no fue fuerte. — Río nerviosa la mayor. — Jin-Ah, lamento asustarte así, yo... — Empezó a disculparse mientras se levantaba e inclinaba hacia la contraria. — Simplemente tampoco sé que sucedió, solo, pasó. Tal vez lo mejor hubiera sido quedarme sin salir.

De verdad estaba arrepentida, no quería causar ningún problema a absolutamente nadie.

Jin-woo recogió al gato negro entre sus brazos para caminar donde ellas y sentarse a un lado de donde estaba la señorita Myeong. — No, de hecho hiciste bien en venir. — Ambas lo miraron. — Si te hubieras quedado sola en tu hogar, lo que mantenemos en secreto se hubiera revelado en poco tiempo. — La miró directo. — Estabas congelando el lugar, si nadie te ayudaba, hubieras congelado casi toda la residencia.

— Lo siento. — Se disculpó mirando alrededor, ya casi no quedaba rastro del hielo.

— Si vuelves a sentirte mal... — La menor la tomó de las manos. — No dudes en venir, mi tonto hermano te ayudará.

Se sintió ofendido. — Oye.

— Muchas gra... — Quedó a la mitad de sus palabras cuando el mayor le quitó el termómetro.

— Tu temperatura esta subiendo, Myeong.

Jin-Ah se acercó a ver también la toma de temperatura de la de cabellos cortos. — ¿Eso es malo?

— Sinceramente no estoy seguro, pero desde el primer momento que te conocí, siempre tu ambiente está frío, hasta tu cuerpo. — Tocó su frente.

Ambos voltearon a ver como la menor salía corriendo hasta llegar a la cocina e ir directo al refrigerador, sacar una bolsa térmica y llenarla de hielo.

En toda su vida cuidando de la menor, Jin-woo nunca la vio correr tan rápido como ahora, tener una idea fuera de lo común tampoco fue pasable. Como un rayo cayendo a la tierra, Jin-Ah ya estaba frente a ambos con la bolsa térmica, sonriendo se la ofreció a _____.

— Aquí tienes.

La tomó entre sus manos, pero sin saber que hacer ante la idea , que no sabían nada, en la mente de la menor. Además que le ofrecía otra bolsa de hielo extra. Ambos solo miraban las bolsas.

— Disculpa mi ignorancia, sé que serviría para la fiebre, pero... — La examinó con la mirada. — Creo que tienes una idea diferente.

La menor asintió dando un aplauso, feliz. — Si ella es fría... — Habló de su temperatura. — Entonces necesita del frío para vivir. Tienes fiebre, entonces hielo. — Entonces jadeo ante otra nueva idea. — ¡Ve a la cama con mi hermano!

Y eso fue todo.

La mente de ambos azabaches quedó en blanco, con sus mejillas sonrojadas quedaron pasmados ante las ultimas palabras de ella. En ningún momento pensaron que aquella pequeña chica pudiera tener tales pensamientos "extremistas". Inconscientes, ambos se miraron de soslayo, cayendo en la mirada del otro; poniéndose más nerviosos.

— Él tiene un clima exactamente arriba de la cama... — Así mismo empezando otra vez con sus ideas, ambos quedaron como completos mal pensados, pero no era sus culpas, ella había sonado extraña. — Pon la temperatura más baja y que ella se ponga debajo para recibir el frío mientras también tienes la bolsa térmica en la cabeza.

— ¿Servirá? — Se pregunto a si misma, pero siendo escuchada por ellos.
Recibió una suave palmada en el hombro por parte de Jin-woo. — Tendremos que intentarlo.

Mi Musa Escarchada [Sung Jin woo X Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora