Mi Musa Escarchada [Sung Jin woo X Reader]

Capítulo 15

UN AMOR MUERTO

— Ya que la dificultad es relativamente baja ¿Qué tal si nos dividimos? — Preguntó Kang Taeshik. —  Aunque el peligro podría aumentar, el tiempo podría disminuir significativamente.

El señor Song estuvo de acuerdo. — Vamos a dividirnos. — Confirmó.

— Iré con los criminales y la señorita Myeong al derecho, así que si por casualidad encuentras al jefe ven a decirnos rápidamente.

Esa orden tomó desprevenido a Sung, quien rápidamente llevo su mirada a la chica de cabellos oscuros. Justo estaba pasando todo lo contrario a lo que quería, no podía dejar que la chica se vaya con ellos.

— Por supuesto. — Ella volteó a verlo mientras sonreía. — Estaré bien, es mi maestro después de todo.

La veía calmada, completamente tranquila a pesar de ir con los criminales, por lo que exhaló fuerte, pues de una u otra manera, él no podía ponerse en contra de eso al saber que podían sospechar de su protección. — Señor Song Chi-Yeol, vamos por el camino izquierdo. — Aclaró al haber presenciado esa energía del jefe de la mazmorra en esa dirección. Al menos no irán de este lado.

— Seguro.

Pero ante ello, vio al inspector verlo mientras sonreía, algo que no le causo mucha confianza. Lo vio voltearse y tomar de manera suave la espalda de la chica y dirigirla dentro del túnel, sus miradas y pasos parecían tan sospechosos, que no quería bajar la guardia en ningún momento.

Ya cada equipo empezó a recorrer el túnel designado, decidiendo, de manera muy difícil, confiar en la señorita Myeong, decidió concentrarse en la meta de derrotar al jefe. El jefe está al final del camino. Ya que los goblins no me dan mucha experiencia, tengo que ser el que mate al jefe para que me dé algo de experiencia. Apretó su arma. Pero más que eso... La imagen del inspector, que no podía quitarla de su mente, lo dejó intranquilo. El tipo de antes, él me preocupa.

— Musa.

La mujer de cabellos largos rojizos volteó a ver a su compañera, aquella que se disfrazaba de humana, una ninfa.

— Está todo listo. — Le sonrió para tomar su hombro de manera reconfortante. — Salimos en unas horas a Seoul, Corea. No debes preocuparte por nada mas que encontrar a la musa de la danza. — Suspiró sentándose en el sillón de la sala, dejando salir todo estrés. — ¿Qué sucederá con sus memorias? ¿Será la misma musa que conoces?

La contraria solo atinó a dar otro trago rápido de su bebida con hielo. — No lo sé, ni siquiera mi hermana mayor sabe de ella. — Su mirada se opacó. — Pero la única teoría que tenemos, es que nuestra primera hermana de la danza, con la que nacimos, este muerta. Dudo que haya sobrevivir a ese cruel ataque, creo que la que está aquí, es la nueva musa que ocupará su lugar.