Capítulo 3.

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Strange llega a Kamar-Taj. Está muy emocionado de encontrarse con América, pues tiene algo muy importante que decirle.

América: ¡Stephen!

La joven corre a abrazar a Strange, pues no se habían visto desde que llegó a Kamar-Taj hace un mes y lo extrañaba mucho.

Strange: ¿Cómo va todo niña?

América: ¡Genial! Bueno, no tanto, en realidad. Intento acostumbrarme al lugar, pero parece que las artes místicas no son lo mío.

Strange: ¿Ah no?

América: No, por más que lo intento simplemente no logró avanzar. Ni siquiera puedo manejar el anillo. Es extraño que se me dé mejor lo de abrir portales a otros universos que con este anillo.

Strange se agarra las manos con nerviosismo. No sabe si su idea va a funcionar, pero igual quiere intentarlo.

Strange: ¿Y lo quieres seguir intentando?

América: Honestamente, no. Ya sé que es un proceso largo esto de volverse hechicera, pero creo que simplemente no es para mí.

Strange: Bueno, en ese caso, no tienes que quedarte más en Kamar-Taj.

América se le queda mirando a Strange, extrañada.

América: ¿Cómo, me estás echando?

Strange: ¡No, nada de eso, no es lo que quise decir! Además Wong es el que está a cargo aquí y no podría correrte aunque quisiera... ¡cosa que no quiero, desde luego! Ay, esto se me hace muy complicado.

América se ríe.

América: Estoy bromeando, anciano. Sé que nunca querrías eso. ¡Dios, todo lo que es sencillo se te hace complicado!

Strange está un poco avergonzado.

Strange: Lo sé.

Ambos siguen paseando, cada uno perdido en sus pensamientos. Strange lucha contra sus miedos para decirle a América lo que lleva rato queriéndole decir. No sabe por qué, pero la chica tiene razón. Lo que para la mayoría es sencillo, a él se le hace difícil. Pero entonces recuerda a Christine. No a su Christine realmente, sino a otra versión de ella que conoció cuando salvó a América de Wanda. Ella le dijo que enfrentara sus miedos si quería ser feliz. Bueno, pues eso iba a hacer en ese momento, quisieran o no sus miedos.

Strange: En fin, yo... quería proponerte algo.

América: ¿Qué cosa?

Strange respira hondo y, tras dudarlo un segundo más, finalmente suelta la bomba.

Strange: Ya que no quieres seguir estudiando artes místicas y por lo tanto no tienes que seguir quedándote en Kamar-Taj, estaba pensando que quizás... si no tienes adónde más ir, claro... quizás querrías... vivir conmigo en el Santuario... ¿sí? sólo... piénsalo...

América se queda sorprendida por la propuesta.

América: ¡¿Cómo, dejar Kamar-Taj, que vivamos juntos en Nueva York?!

Strange suspira, triste.

Strange: Sí, debí suponer que no querrías...

De pronto, América vuelve a abrazar a Strange, mucho más fuerte que hace rato.

América: ¡¿Bromeas?! ¡CLARO QUE QUIERO! ¡¿Tendré mi propia habitación?! ¡¿Es grande?! ¡¿Cuándo puedo mudarme?!

Strange no se aguanta las ganas. Le devuelve el abrazo a América con todas sus fuerzas y ni siquiera se esfuerza por ocultar la sonrisa de oreja a oreja que le provocó la respuesta de la chica. Lo hizo, enfrentó sus miedos y funcionó. Estaba feliz, realmente feliz, más de lo que había estado en mucho tiempo.

Jóvenes Vengadores: El comienzo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora