CAPITULO 5.

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Me tuve que haber quedado dormida en algún punto de la larga noche. Klaus se encontraba durmiendo en la misma silla que lo había visto anoche, eché un ojo a toda la habitación y la encontré totalmente limpia y acomodada, como si no me hubiesen asesinado anoche en medio de esta.

—Limpiaste todo —murmuré y él se acomodó sin abrir los ojos.

—El desastre lo he hecho yo —comentó sin mirarme— ¿Te sientes bien?

No sabía como contestar a eso.

—Exactamente ¿A qué le llamas bien?

Abrió los ojos y estos estaban inyectados en sangre por todo el evento de la noche.

—Le llamo bien al hecho de que si todavía no me odias hablaremos sobre ti.

—Lo que dije anoche fue solo un momento de debilidad —comenté saliendo de la cama y viendo que el vestido lleno de sangre ya no se encontraba en mi cuerpo— ¿Me has cambiado de ropa? —pregunté sorprendida y él asintió.

—Limpié todo, no iba a dejarte dormir con un vestido así —empezó a desperezarse— No te preocupes, apagué la vela así que estaba oscuro y no toqué nada importante.

—Bien.

—Mamá se ha levantado hace un rato, la he escuchado —se puso de pie y se acercó a mí. Sin pedir permiso o perdón me atrapó en un abrazo que embarcaba muchas palabras— Irás al mercado conmigo.

—¿Qué? —pregunté y él se despegó un poco. Todavía me molestaba el hecho de que tenía que subir la mirada para poder verle a los ojos.

—Le he dicho a mamá que se quedara hoy, que tú me acompañarías.

—¿Y cuándo se lo has dicho?

—Ayer.

—O sea, que todo lo que hiciste anoche fue premeditado.

—Con tres años de ventaja —me dio un beso en la frente y empezó a caminar hacia la puerta— En una hora nos marchamos, procura comer algo, el camino es largo.

Me quedé de pie en la habitación procesando todo. Klaus había desenmascarado por completo mi secreto y simplemente se lo tomó como si fuese la cosa más común del mundo.

El agua estaba tan fría que casi pego un grito cuando tocó mi piel, mi cuerpo todavía dolía, pero lo que más llamaba la atención era la linea recta de unos 5 centímetros en medio de mi pecho. Estaba enrojecida como si simplemente hubiese sanado hace años y la marca quedase como recuerdo.

—¡Alice! —la voz de Katherine llegó a mis oídos— Supe que estás aquí, ¿Te estás duchando?

—Efectivamente —respondí sintiendo un arranque de felicidad— Salgo en un momento.

Ver a Kath me devolvió mucha energía, debo admitir que ella es de las cosas que más he extrañado de este lugar. Sin importarle que mi pelo estuviese mojado se abalanzó hacia mi y me envolvió en un gran abrazo, su risa inundó mi habitación y ese nuevo olor que vestía asentaba bien con su ropa.

—¡Mirate! —me despegué un poco y ella giró para mostrarme su nuevo aspecto— Luces...

—Como la futura Lady Katherine de Brimstone —sonrió abiertamente y me mostró su anillo— No sabes cuanto había querido mostrarte esto, Alice.

—Estoy tan feliz por ti, pequeñuela —los ojos se me llenaron de lágrimas por la emoción— Estás cumpliendo tus sueños.

—¿Qué hay de ti? —preguntó sacando uno de mis vestidos del armario— ¿Ya tienes pretendientes en Londres?

Midnight Silhouettes © ||✔|| #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora