CAPITULO 15.

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"Holi Holiii, siento que estas actualizaciones sean tan desorganizadas, pero la universidad no me deja mucho tiempo para ser constante. Creo que vienen escuchando la misma excusa desde 2020 cuando estaba escribiendo a Aurora hahahah, les quiero y gracias por la paciencia"



Berlín, Reino de Prusia, 1844.

Ver a Louise me trajo tantos recuerdos y penas. Ella lucia hermosa, llena de vida, pero algo me seguía dando vueltas en la cabeza. Nuestro parecido es tan maravilloso que hasta ahora pude notar las marcas que señalaban por debajo de las mangas de su vestido.

Decidí quedarme por los alrededores durante un rato para confirmar si mi padre todavía seguía viviendo en ese lugar, había una casa en alquiler, al parecer los dueños se habían marchado sin decir nada y decidí alquilarla por unos días.

Entré en el lugar y una sensación familiar recorrió todo mi cuerpo, los olores llegaron a mis fosas nasales de golpe, perfume, rosas, un ligero tono de humedad y ese singular aroma del perfume me hizo romperme en lágrimas. Busqué por toda la casa hasta que di con el retrato, en el estaban de pie una pareja joven y alegre, la chica alta de pelo oscuro miraba con una sonrisa triunfante y el chico rubio me daba una risita cómplice, siempre reía así, mi Klaus.

—No puede ser —mascullé entre mis lágrimas— aquí vivían. Esta era su casa.

Muchas de las pertenencias todavía no habían sido retiradas, pero había una habitación casi en lo ultimo que estaba cerrada a llaves. Rebusqué por todo el lugar hasta que di con la pequeña llave y abrí la habitación; habían dibujos y retratos de mi rostro, habían armas y otras cosas, pero me acerqué a las gavetas y en ellas encontré cartas, dos de ellas iban dirigida a Naelea y se perfectamente que eran para mí, ambas firmadas por Klaus. No decían la fecha, pero era su letra, era su perfume el que impregnaba este lugar.

Me senté en una de las sillas y abrí la primera carta sintiendo un nudo en mi pecho.

"Querida Alice, no se como iniciar esto, pero le hice prometer a Katherine que si algún día desaparecía o moría en guerra les enviaría estas cartas a Naelea y por ende llegaría a ti.

Mi eterna Alice, si estás leyendo esto es porque morí o desaparecí en algún lugar del mundo.

Desde el inicio de todo este secreto he estado contigo, te he amado desde el primer momento y creo que jamás dejaré de hacerlo, aunque mi cuerpo no esté en el mismo plano en el cual tu estás. Entiendo porque te alejaste de mi, después de muchos años logré comprender que el daño que te causaría mi partida sería irreparable y no quiero que vivas una eternidad con la carga de mi muerte.

Te amo tanto que nunca supe como expresarlo, creo que se me da demasiado bien escribirte cartas, porque se que las leerlas, hasta puedo imaginarme tu cara, pero no estoy ahí para ver tu reacción, para abrazarte cuando lo necesites. Espero lo estés sintiendo, espero estés percibiendo ese abrazo desde el más allá, porque te prometo que donde sea que esté estoy abrazando la memoria de lo que pudimos tener.

Siento mucho nunca haberme despedido, pero nunca me lo permitiste, creo que tu también sabias lo mucho que dolería esto, pero acá estamos, en la soledad de una habitación que simplemente abarca la nuestra.

Espero encontrarte en la otra vida, si algún día encuentras la manera de llegar a ella.

Atte. Klaus Morgan."

Estaba petrificada llorando en silencio. Él había escrito estas cartas no hace demasiado tiempo, quizá unos días o semanas antes de su muerte, porque desgraciadamente se sentía como la despedida definitiva.

Midnight Silhouettes © ||✔|| #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora