CAPITULO 26.

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Despertar a su lado todavía se sentía como una ilusión. Su olor era embriagante y tocar su cuerpo era placentero en todos los sentidos.
Klaus aún dormía, pero yo no podía conciliar el sueño durante mucho tiempo, cuando desperté decidí preparar algo para desayudar, así que me coloqué mis auriculares y me sumergí en la música mientras preparaba tostadas francesas.

—Eso huele delicioso —era la voz de Santiago— Pero ya voy de salida.

—No te puedes ir sin comer algo.

—Tengo que tomar servicio en el hospital dentro de media hora, si me lo das para llevar lo como.

Tomé una servilleta y le envolví dos panes, él los tomó feliz y se marchó casi volando para su servicio. Las últimas semanas lo he estado conociendo mejor, es un chicho increíble, es amable y es estudiante de medicina, solo le faltan algunos meses para graduarse, dice que luego de eso se irá a Miami.

Margaret de Lana del Rey sonaba de fondo y me hacía bailar lentamente con la melodía, de alguna manera me recordaba demasiado a la relación que Klaus y yo hemos estado construyendo.

—Te ves hermosa solo vistiendo mi camisa —estaba de pie en el umbral de la puerta solo con unos bóxer— ¿Qué prepara mi hermosa novia?

—Tostadas a la francesa —sonreí al verlo y él se acercó para darme un beso— Con jugo de naranja y algo de fruta.

—Eso suena delicioso —dio un beso en mi cuello— ¿Terminaste de las tostadas?

—Si —asentí colocando el plato en la encimera.

—Es que hay algo más que quiero comer antes del desayuno.

Me tomó a volandas y me subió en la encimera sin ningún esfuerzo. Con una de sus manos desabotonó la camisa que llevaba puesta y quedé casi desnuda delante de él.

—¿Lo haremos en la cocina?

—Lo haremos en todos lados, amor mío.

Una de sus manos bajó por mi abdomen acariciando el área hasta llegar a mi vagina, con un dedo empezó a acariciar mi clítoris lentamente lo cual causó en mi descargas eléctricas por todo mi cuerpo, a todo esto la música ya no sonaba en mis auriculares sino en los altavoces de la casa.

—Es muy romántico que vayamos a tener sexo con Lana de fondo —me burlé y él entró dos dedos dentro de mi vagina arrancándome un gemido que hizo eco en toda la casa.

—Es muy romántico que vayamos a tener sexo en sí —sonrió y luego me dio un beso.

Siguió masturbándome hasta que mojé toda su mano durante un orgasmo, podía ver lo duro que estaba debajo del bóxer y lo mucho que deseaba meter su pene dentro de mi.

—El desayuno se va a enfriar —susurré y él asintió colocando su miembro en la entrada de mi placer— No tardes tanto.

—Tardaré todo lo que necesites.

De un sentón se introdujo en mi y un pequeño grito de mi garganta fue ahogado por un beso suyo. Entraba y salía con fuerza, como si hace meses no nos hubiésemos tocado el uno al otro, estaba desesperado, ansioso y eso ocasionaba que fuese salvaje y egoísta al mismo tiempo. Luego de unos minutos terminó corriéndose dentro de mi y yo teniendo el mejor orgasmo del día.

—No te muevas —me dio un beso en la frente— Buscaré toallas de papel para limpiarte un poco.

—Gracias —sonreí recostada en la encimera.

Me gustaba la vida que se estaba formando, tenía a Klaus para mi casi todo el tiempo, Naelea por fin se dignó en hablarme luego de la muerte de Helena, me va bastante bien en la universidad y tengo estabilidad emocional. No creo pedir más por el momento.

Midnight Silhouettes © ||✔|| #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora