CAPITULO 6.

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Por un momento me quedé encima de su cuerpo asimilando lo que mis manos acaban de hacer. No me sentía arrepentida, sino más bien aliviada de lo que he hecho. Me he librado de un peso muerto con una facilidad innegable. Mi vestido estaba manchado por su sangre, pero no del todo, solo los bordes inferiores y entre el desespero de quitar cualquier señal de él de mi cuerpo empecé a cortarlo con el mismo cuchillo con el que había acabado con la vida de Damián.

Durante un largo rato estuve cortando la tela hasta que el vestido llegó al nivel de mis muslos, era algo muy revelador, pero peor es que saliera a buscar a Klaus con toda mi ropa manchada de una sangre que no era mía.

—Esto lo hiciste por ti, Alice —susurré para mi misma mientras caminaba lentamente devuelta a donde sonaban las voces de las personas— Fue en defensa propia. Klaus lo entenderá.

Llegué a uno de los puestos y una señora me echó mal ojos por mi vestimenta.

—¿Ha visto a Klaus Morgan? —le pregunté y ella ignoró mi pregunta, como era de esperar— Bien.

Seguí caminando sola hasta que lo divisé sentado en una banca con Lucia susurrándole cosas al oído.

—Klaus —murmuré y él levantó la vista de inmediato— Necesito tu ayuda.

No dudo un segundo en ponerse de pie y acercarse a mí, detrás venía su novia con una cara de enojo increíble.

—No he podido comprar las cosas, nadie ha querido atenderme —mentí y él puso cara de enojo— Lucia quizá, puedas ayudarnos en eso.

—¿Yo? —preguntó de mala gana y Klaus se giró a ella— Bien, las compraré.

Se alejó a paso pesado de nosotros, volteando a vernos un par de veces en el trayecto. Entonces Klaus notó la cara de pánico que empezaba a mostrarse en mi expresión y entendió de por sí que algo malo había sucedido.

—¿Dónde? —preguntó sin cuestionar nada antes y yo señale hacía donde el bosque se volvía más denso— Vamos.

Me tomó de la mano y a toda prisa sin que Lucia lo notara nos encaminamos hacía el lugar donde yo había dejado el cuerpo de Damián tirado en el suelo. Cuando estuvimos frente a él los ojos de Klaus revelaban un miedo encubierto de sorpresa.

—¿Tu lo has hecho? —preguntó tomando un fuerte respiro y yo asentí— ¿Por qué lo has hecho, Alice?

—Él me conocía... nos conocíamos desde niños. No sé cómo, pero consiguió dar conmigo aquí y vino por mí —lo miré aterrada— No sé si mi padre ya sabe que estoy en este lugar, pero podía dejar que él se fuese de aquí, Klaus.

—Lo entiendo, no te preocupes —su rostro no parecía ser de entendimiento— Debemos esconder este cuerpo antes de que alguien más lo encuentre y te relacione con esto.

—¿Cómo?

—Ya veremos la manera.

Durante un largo rato estuve sentada al tronco de un pino mientras Klaus caminaba alrededor pensando en donde podría el cuerpo. Yo estaba totalmente bloqueada y no sabía que decir ni que hacer. Luego de casi una hora empezamos a buscar muchas ramas, maleza, tierra, troncos, todo lo que nos ayudara a tapar el cuerpo a la orilla de una gran raíz sobresaliente de la tierra. Exitosamente logramos camuflar el cuerpo, aunque es posible que mañana dieran con él inmediatamente empezase a descomponerse y a oler, pero por el momento la prioridad es que yo saliera de Hannover lo más pronto posible.

—¿Qué le diremos a tus padres? —pregunté mientras volvíamos a la casa a paso lento en el carruaje— Se encontrarán muy raro que de la nada yo me vaya al día siguiente de llegar.

Midnight Silhouettes © ||✔|| #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora