Capítulo 1.

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El timbre de aquel colegio retumbó por los pasillos y patios del campus, logrando que el sufrimiento de Diego, quien estaba tirado sobre el piso, por fin terminará.

Tres alfas se alejaron soltando risas, en cambio el Omega se levantó sacudiendo su ropa y limpiando su nariz, alejando aquel líquido rojo de su rostro.

Mario, Frank, y Carlos, eran tres alfas de clase alta, prepotentes liderados por Luka, un alfa pura sangre de muy buena posición social.

Aquel Omega se odiaba a sí mismo, no se atrevía a pedir ayuda, sabía que eso implicaba una visita de sus padres en la dirección escolar, lo cual provocaría que todas las mentiras creada para sus padres se romperían.

Sus padres eran una pareja común, hombre y mujer betas, los cuales tuvieron un "embarazo milagroso", pues de dos personas comunes había nacido un Omega.

Gracias a ellos creció en un hogar maravilloso, eran amorosos y comprensibles, ellos se encargan de demostrarle día a día que el verdadero amor existe, un amor que Diego soñaba encontrar.

Sus padres siempre le desearon lo mejor, sus notas eran buenas, pero su vida social un horror, claro que siempre les mintió a sus padres, diciendo que su vida escolar era maravillosa, odiaba mentirles, pero se negaba a arruinarles su felicidad y sustituirla por dolor y preocupación.

***

Al entrar al salón de clases evitó por completo al pequeño grupo de Luka, llegando a su asiento suspiro y se recostó en el pupitre.

Desde su niñez se hizo a la idea de que su problema era ser Omega, pues generalmente son vistos como máquinas que solo sirven para crear vida y complacer a los alfas.

-pasame la tarea de Literatura.-

De inmediato reconoció esa voz, levantó la mirada encontrándose con esos ojos verdes y sonrisa burlona que caracterizaba a ese alfa.

-no creo que sea posible, debíamos escribir una historia con las palabras de la página 74. Se dará cuenta que la tarea es copiada.-

-entonces ayúdame a escribirla.-

-no creo que sea posible, tus amigos me provocaron dolor de cabeza, no me quiero esforzar y tener que ir a la enfermería.-

El alfa le miro curioso.-¿Qué dijiste?-

La entrada del profesor y su orden pidiendo a los alumnos volver a sus asientos logro hacer que ese alfa se alejara. Finalmente Diego pudo respirar con tranquilidad.

***

Durante su niñez, y parte de la adolescencia, había escuchado a las personas decir que en algún momento de su vida llegaría su alma mater, pero su mente siempre le decía que esa persona quedaría decepcionada en cuanto lo conociera, aunque tampoco es como si deseara la típica vida de un Omega, pues conocía a varios que habían pausado su vida para complacer a su pareja.

Sus pensamientos se desvanecieron en cuanto entro a su hogar, el aroma de la comida que su madre estaba preparando llegó a su nariz, sonrió inconsciente y se dirigió a la cocina, pero al ver que sus padres bailaban lentamente una de sus canciones favoritas, y se miraban con demasiado amor, decidió simplemente admirar aquella hermosa escena.

Sus padres día a día le demostraban que el verdadero amor existía, no solo brindándole amor y cariño, sino demostrándolo entre ellos, cómo el matrimonio sólido y respetuoso que eran.

-hermoso, ¿Cierto?-una voz a sus espaldas lo hizo voltear, encontrando a su hermano con la sonrisa encantadora con la que siempre lo recordaba.

-¿Cuando llegaste?-

El mayor sonrió, tomo de la mano al Omega y subieron rumbo a la habitación del pelinegro. Al entrar cerro la puerta y encendió la luz.

-hay que darle sus espacio a nuestros padres.-

El Omega asintió tirando su mochila sobre el sofá.-pensé que seguirías en Londres.-

El mayor se recostó en la cama, haciéndole una señal a su hermanito de que también lo hiciera, quien sin reproches obedeció.

-renuncié a mi trabajo, extrañaba a mi familia.-

-hubieras simplemente pedido unas vacaciones.-

El pelinegro levantó una ceja y formó una pequeña sonrisa.-¿Te molesta que ya no serás el consentido?-

-no es eso. Es solo que tú puedes estar en otro lugar, y renunciaste a él solo por estar aquí.-

-aquí con mi familia.-aclaró sonriendo, pero de inmediato su sonrisa se borró y dibujo una cara de preocupación.-¿Qué sucede? Estás extraño.-

Diego sonrió, su hermano lo conocía a la perfección. Se dió vuelta y de inmediato sintió los brazos ajenos rodeando su cuerpo.-solo estoy cansado, la escuela es pesada.-

-si. Te entiendo.-

Una de las manos del beta subió hasta su cabeza, dónde comenzó a acariciar aquellos cabellos rubios, el toque era amable y dulce, los brazos de su hermano siempre lo habían echo sentir seguro, incluso más que los de sus propios padres.

En cuestión de segundos el Omega quedó profundamente dormido, sacándole una tierna y triste sonrisa al mayor.

-perdóname.-susurro suavemente mientras le daba un pequeño beso en sus dorados cabellos.

***

"-shh. Tranquilo amor. Todo estará bien.
Duerme que yo te cuido. Nunca
estarás solo, mi dulce niño.-"

Al abrir los ojos, se dió cuenta de que la habitación estaba a oscuras, y una suave frazada cubría su cuerpo, aquella voz desconocida aún estaba en su cabeza.

«Esa voz, no es de mis padres ni de mi hermano. ¿Entonces quién es?»

***

Al día siguiente, una camioneta de último modelo color azul metálico, se detuvo en el estacionamiento de aquel colegio, la mayoría de estudiantes dirigían sus miradas curiosas.

El primero en bajar fue el pelinegro, quién rodeo el coche y le abrió la puerta al Omega.

-ya puedes irte a casa.-hablo el rubio nervioso ante tantas miradas sobre ellos.

-oh no te lo he dicho aún, voy a trabajar aquí, como maestro de inglés.-

-¿Disculpa?-

El pelinegro soltó una carcajada ante la cara de horror que el menor había hecho, abrazo al Omega por los hombros y comenzó a caminar rumbo al campus.

-antes de renunciar en Londres busque escuelas en las cuál podría ejercer, casualmente me aceptaron en esta.-

Diego sonrió nervioso, estando su hermano ahí su mentira caería tarde o temprano.

Sintió un escalofrío recorriendo su cuerpo, por instinto volteo, notando que Luka los miraba con un rostro serio, y un ceño levemente fruncido.

Algo le decía que la llegada de su hermano sin duda le cambiaría la vida académica.

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Destinados. (OMEGAVERSE.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora