Capítulo 4.

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La música de aquel concierto dejo de sonar, el rubio sonrió ante sus fanáticos y finalmente bajo del escenario.

Toda la gente que trabajaba para él lo felicito por otro gran concierto, mientras él sonreía encantado, prometiendo con todos que al día siguiente, después de descansar un poco, saldrían a celebrar que los conciertos en aquel país, y su gira, habían terminado.

Pero su sonrisa se borró en cuanto entró a su camerino, las sonrisas fingidas habían terminado, se sentía cansado física y mentalmente.

Al sentarse en uno de los sillones, un mensaje en su celular llamo su atención, un mensaje agridulce, el cuál fue enviado con la imagen de cierto joven rubio.

"Encontre a Diego."

★★★

-¿desde cuando te están molestando?- pregunto el alfa tratando de no subir el volumen de su voz, no quería asustar aún más a aquel Omega.

El chico observó sus manos, le daba vergüenza admitir que no tenía una buena vida escolar.-a principios del semestre pasado.-

-¿Y porque no les dices nada?-

-son alfas.-

-pudiste hablar con un profesor, algún consejero académico, pudiste haberme pedido ayuda, yo...-

-¿A tí? El líder de los cuatro.-ambos se miraron, uno con duda y el otro con tristeza.

Formo una débil sonrisa y negó.-tienes razón, no hubiera considerado como una opción.-

El Omega se sentó en una de las jardineras cercanas, su cabeza comenzaba a doler, y no solo por el problema con aquellos alfas.-sabes, me asusta que esto empeore. Le he mentido a mis padres diciendo que mi vida escolar es maravillosa, y ahora que mi hermano está aquí es casi seguro que descubra la verdad.-

-¿El profesor Ezra es tú hermano?-dedujo al recordar lo cercanos que eran.

Diego se quedó mudo, había hablado de más.

-no hables de esto con nadie, no quiero que tus amigos me molesten de nuevo.-cambio el tema de inmediato.

Luka pudo notar aquellas tímidas feromonas del Omega, sin pensarlo demasiado se acercó y le revolvió sus dorados cabellos con molestia, mientras le dirigía una mirada de tranquilidad.-no pasara nada, te prometo que todo estará bien. Tranquilo.-

El pequeño rubio levantó la mirada mientras se acomodaba nuevamente el cabello, notando un pequeño y sutil destello en los ojos ajenos.

El timbre de clases sonó de nuevo, el rubio se levanto y evito mirar al alfa.-toca la clase de Ezra, debo ir o seguro se molestará conmigo.-

Diego se marchó, y el alfa se quedó con la duda que antes tenía, ¿Que tenía que ver Antonio con todo el asunto?

★★★

Al terminar las clases, el peliazul se dirigió a casa, sabía que su padre a esas horas no estaría ahí, así que podía descansar unas cuantas horas.

Al entrar a su hogar, lo primero que notó fueron aquellas feromonas que bien conocía y secretamente extrañaba.

-¿Cuando llegaste?-preguntó al llegar a la sala y ver a aquel Omega rubio observando un retrato sobre una pequeña mesa.

Destinados. (OMEGAVERSE.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora