Capítulo 11.

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-¿Hay alguien que te guste?-preguntó aquel cantante rubio mientras caminaba con el hijo de su esposo.

Aquella pregunta logro engrandecer las pupilas del menor, provocando también una pequeña sonrisa.

-claro que si lo hay. Cuéntame, ¿de quién se trata?-

El menor soltó una pequeña risa, recordando a ese Omega; su corazón comenzó a latir.-es un chico, es lindo y algo reservado, no hablamos mucho, pero cuando lo conocí es como si todo estuviera tomando sentido.-

-¡Podría ser tu destinado!-

-seria ridículo, hemos hablado muy pocas veces, es imposible que lo sea.-

-por supuesto que no.-el rubio se detuvo y miro al adolescente mientras sujetaba sus manos. -mira, cuando escuchas su voz solamente puedes céntrarte en él, su mirada puede hipnotizarte, te gusta todo de él y no sabes el por qué. Sientes que todo estará bien si el permanece a tu lado, quieres protegerlo y... Si no estás con él sientes... Qué mueres.-

-¿Es lo que sientes por mi padre?-

Los ojos del rubio comenzaron a cristalizarse, notando aquello, el menor se acercó para poderlo abrazar, no entendía muy bien esa reacción, pero le dolió verlo sufrir.

De inmediato una camioneta negra se freno de golpe frente a ellos, asustandolos a ambos.

Ezra bajo y se acercó amenazante al Omega rubio, quién fue protegido por Antonio, poniéndose frente a él.

-¿En donde está?-preguntó molestó y mirándolos con rabia.

-¿Dónde está quién?-

-¡Diego!-

-¿Como es que no sabes en donde está? ¿No está contigo? ¿No se supone que deberías estar cuidando de él?-

★★★

Prácticamente el clima era maravilloso, el cielo estaba despejado y la brisa era fresca, y aún así aquel pequeño omega descansaba sobre la cama, la cual también dejaba contemplar una vista hermosa de la laguna frente a la cabaña.

Dos suaves golpes se escucharon en la puerta.-¿Puedo pasar?-

-por supuesto.-

El joven alfa castaño entro con una charola en las manos.-te traje el desayuno.-

Sobre un pequeño mueble dejo el desayuno, el Omega trato de sonreír amable.-te lo agradezco, se ve delicioso. Pero no tengo hambre.-

-entiendo. Podemos guardarlo para más tarde.-

Luka entendía por el dolor y las dudas por las que el rubio podría estar pasando, así que se limitó a recostarse junto al Omega, a quien abrazo y recargo en su pecho.

Diego no se quejo, simplemente disfruto de la tranquilidad que el castaño le hacía sentir.

-no tienes que estar conmigo, puedes salir y caminar si quieres, o hacer cualquier otra cosa.-

-no quiero hacer cualquier otra cosa, estar contigo es agradable.-

Una lágrima escapó de los ojos del menor, lo que había escuchado el día anterior había regresado a su cabeza.

Sus manos apretaron suavemente la ropa del alfa.-soy un tonto, toda mi familia me engaño. Ahora entiendo porque mis padres jamás fueron a mis juntas escolares, siempre recurrían a Ezra cuando se trataba de mí. Fui tan estupido que jamás lo noté.-

-no digas eso, no es verdad. Obviamente no ibas a sospechar, desde pequeño pensaste que así funcionaba tu familia.-

-¿Qué se supone que debo hacer?-con lágrimas en los ojos, se removió y quedó sentado frente al alfa.

-deberias hablar con ellos, arreglar las cosas. Y no hablo de tus padres, hablo de... Bueno... En teoría si son...-

El Omega soltó una tierna risa.-entiendo lo que quieres decir, debo hablar con Ezra y Erick. Pero me asusta saber la verdad.-

-pero es lo mejor, así diciparas tus dudas.-

-¿Y si mejor no volvemos?-

-me encantaría.-con delicadeza acercó al rubio hacía si, comenzando a acariciar suavemente su cabello.-pero aún hay cosas que tenemos que hacer.-

-no creo que sean importantes.-

-claro que lo son. Hay que terminar nuestros estudios, conseguir trabajo, enamorarnos, cometer locuras, tener citas románticas y cursis como en las películas, conocer lugares nuevos, conocer más personas. Claro que no en ese orden.-

-¿Y si estoy roto? ¿Aún así puedo hacer todas esas cosas?-

-siempre hay alguien dispuesto a repararnos.-

-¿Y si no hay quien quiera repararme?-

Luka se acercó y le beso su mejilla con ternura.-entonces yo lo haré.-

Aquellas suaves palabras lograron conmover al rubio, quien sonrió y de nuevo se recostó en el pecho del castaño.

★★★

Ezra manejaba por las calles de su ciudad, intentaba encontrar a su hijo en algunos lugares que pensó frecuentaba, a su lado estaba Erick, quién había subido a la camioneta del beta sin preguntar y sin dudarlo.

-¿Ya llamaste a sus amigos?-

-Luka no contesta, y los otros tres no saben nada.-respondio molesto.

-entonces llamare a los padres de Luka.-

-¿Los conoces?-

-son Verónica y Joel.-

-¿Los que conocimos de jóvenes?-el Omega asintió y el beta rodó los ojos, sin duda el mundo era pequeño.

El Omega ignoro aquel disgusto del beta, realizó la llamada y a los tos timbres atendieron.-hola, quiero hacerte una pregunta, ¿De casualidad Diego está cerca? Quisiera hablar con él.-Ezra le miro en cuanto el Omega guardo silencio, notando de inmediato como sus expresiones cambiaban.-¿Cómo dices? Olvídalo, vamos para tu casa, estoy con Ezra.- cólgo.

-¿Qué te dijeron?-

-maneja, te indicaré la dirección.-

★★★

Al llegar a la casa ajena, ambos padres descendieron y se dirigieron a la entrada de dicha casa, la cual abrieron sus puertas de inmediato.

-pasen.-la mujer fue quien los recibió.

Ezra entro rápidamente e inspeccionó la habitación con la mirada.-¿En donde está mi hijo?-

-por favor, toma asiento, necesitamos hablar.-

-¿Le sucedió algo?-

Ni la mujer o su esposo respondieron, se limitaron a esperar a que el beta se sentará frente a ellos, a su lado estaba Erick.

-si estuvo aquí, pero nuestros hijos se fueron gracias a algo que Diego escucho.-

El beta rodó los ojos, algo muy dentro de él ya sabía que el Omega lo había escuchado, pero aún así esperaba que estuviera equivocado.

-necesitan hablar entre ustedes, arreglen las cosas, Diego estaba destrozado.-

-¿Arreglar? No hay nada que arreglar.-con molestia Ezra miro al Omega a su lado.-en está historia ya sabemos que camino escogió cada quién.-

-puedes estar equivocado.-interrumpio la mujer mirando de inmediato al rubio.-hablen con la verdad, necesitan estar bien por Diego, ya que sabe que ustedes son sus padres.-

-si lo prefieren nosotros estaremos en el jardín.-el hombre miro a su esposa, renegando internamente se puso de pie y camino junto a ella.

-¿Para que les dijiste eso? Yo quería escuchar, Verónica.-

Los dueños de la casa salieron, dejando así que la ex pareja mejorará su relación, no por ellos, sino por su hijo.

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Destinados. (OMEGAVERSE.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora